SUMI alerta que al 4 de abril podría colapsar el sistema de asistencia intensiva en el país

Julio Pontet Ubal, presidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva.

“Como viene los casos desde la visión del CTI, solo cabe esperar que por lo menos, por una semana más, los datos serán cada vez peores, lo que obliga a hacer cambios importantes en las formas de interacción social. El gobierno toma en estas horas decisiones que deben tener como único objetivo permitir que en un par de semanas podamos aplanar la curva de crecimiento”. Así lo expresó a EL TELEGRAFO el doctor Julio Pontet Ubal, presidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI), director de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Pasteur y docente universitario.
En comunicación telefónica, aseguró además que “en particular Paysandú está con dificultades en la capacidad locativa. El hospital tiene un plan de contingencia muy bien armado para esta instancia, tal como me fue informado por los referentes de CTI de Paysandú, pero claro, son planes de contingencia pero en un CTI que no es grande. Entonces obviamente tiene límites con sus 7 camas. Una situación algo diferente se vive en Salto, que tiene más camas CTI, está mejor preparado, se puede decir, aunque siempre todo dependerá de la cantidad de pacientes que demanden medicina intensiva”.
SUMI hizo “un modelo predictivo lineal hasta el 4 de abril, porque hacer una predicción de más de dos semanas aumenta mucho el margen de error. Ahí surge el porcentaje del 79%. En Medicina Intensiva hablamos técnicamente de saturación cuando se llega al 85%. Esa gráfica tiene que alertarnos que vamos camino al 85% en la gestión de camas, que es el nivel que se define habitualmente como un nivel de saturación en terapia intensiva”. Implica entonces que los especialistas en medicina intensiva estiman que en doce días, el sistema sanitario uruguayo puede estar totalmente saturado, con la ocupación de las 800 camas CTI que tiene.
Horas antes que el Poder Ejecutivo anunciara las últimas medidas, Pontet aseguró que “en este momento es impostergable la reducción de la movilidad. Parece una realidad impostergable volver atrás. Pero nosotros no podemos hacer un listado de qué hay que cerrar y que no. Para eso hay que tener información de primera mano del impacto que tiene cada cosa. Desde nuestro lugar podemos aportar conceptos médicos y técnicos, pero no podemos ir más allá del concepto global desde el punto de vista científico”.

NUEVA VARIANTE DE MANAOS ES DE MAYOR AGRESIVIDAD

Hace pocas semanas el propio Pontet indicaba que la capacidad del sistema de medicina intensiva era buena, pero rápidamente esa situación cambió.
“No hay una sola causa, es multicausal, pero son dos las razones fundamentales: la forma de transmisión del virus y la facilidad de la naturaleza del virus para transmitirse. Parece que esas cosas por un lado y la conducta humana, por decirlo de alguna manera, desconociendo el lado biológico del virus, cambiaron una realidad que hace muy pocas semanas era bastante mejor”.
“La parte biológica del virus está demostrando que la nueva sepa, brasileña, tiene más transmisión, más capacidad de contagio -2,5 veces más- y también algo más de agresividad”, subrayó. Como consecuencias inmediatas “esto determina más hospitalizaciones y por otro lado, hubo más interacción humana en el mes de marzo respecto a meses anteriores, actividades sociales, además de todo lo que rodea a las actividades laborales y educativas, provocan inevitablemente más contactos. Cuando comenzó la pandemia todo el mundo se restringió a su hogar, pero desde un tiempo a esta parte las actividades han sido muy diferentes, mucho más abundantes”.
Para el Presidente de SUMI, “eso hace pensar que en realidad el virus es el que cambió. Un escalón abrupto de las conductas humanas, como lo que se ha apreciado, habrían generado brotes. Esto parece algo más complicado que eso. No se explica solo porque haya más gente en la calle”.
“Hay más actividad social, es cierto. También que se han producido aglomeraciones. Hay más actividad laboral, presencial en todos los aspectos, pero tenemos entre nosotros el virus que estuvo en Manaos, donde hizo estragos. Está entre nosotros, ahora científicamente demostrado. Era algo que se podía suponer cuando vimos el comportamiento cambiante del virus, que aceleró la curva de casos”.

SE LIMPIAN HASTA LAS PAREDES

Por otra parte explicó el proceso de trabajo dentro de un CTI. “Cuando uno tiene una cama que se libera, esa cama no queda para uso enseguida. Esa cama hay que acondicionarla, hacerle una higiene ambiental. No es el mismo procedimiento en una habitación que se cambia las sábanas, se pasa una escoba y listo. En este caso hay que hacer una higiene ambiental, una desinfección con tres limpiezas como mínimo. Se lava todo, se pasa alcohol a los artefactos electrónicos y se lavan las paredes. Luego un control biológico para comprobar que no haya residuos orgánicos en el lugar”.
Julio Pontet puso como ejemplo que “en un CTI pequeño de diez pacientes, uno se va de alta y queda una cama libre. Pero que no puede ser ocupada de inmediato, sino que debe esperarse horas. El problema es que haya un paciente inestable, que necesite CTI, pero no la puede tener. Esas horas de demora pueden resultar claves. Por eso es imprescindible reducir la cantidad general de pacientes en esas salas intensivas”.
“Eso ocurre especialmente en el nivel de saturación, con el 85% de las camas ocupadas. Eso trae demoras en el ingreso del paciente al CTI, lo que puede resultar grave o aun peor”.

MENOR INCIDENCIA EN PERSONAL DE SALUD

En cuanto a la incidencia de la COVID-19 en personal de salud que trabaja en área intensiva, Julio Pontet indicó que “el Ministerio de Salud Pública hizo un muestreo del personal de salud y uno de los sectores con menos contagios es el de medicina intensiva. Fue hecho el año pasado, pero pensamos que se mantiene porque se trabaja con protocolos específicos para ver a esos pacientes, con una vestimenta especial y un protocolo de higiene especial, por lo cual la probabilidad de contagio es baja”.
“De hecho -destacó-, la mayoría de las personas que trabajan en la salud y han contraído COVID-19, fueron contagiadas a nivel social”, agregó.