Un Ford A que sigue rodando

El clásico frontal de un auto cuyo modelo entró en la historia.

El descubierto por nuestro fotógrafo es un automóvil Ford A, el segundo gran éxito de la marca estadounidense, que sigue dándole lustre a la fábrica y al modelo, manteniéndose en condiciones de circular, pero además –según nos manifestaran más adelante– con alguna incorporación respecto al original, ya que se le sustituyó el sistema de frenos instalándole hidráulicos, para mejorar el frenado.
Se nos manifestó que se trata de un auto del año 1928. Una versión cuatro puertas pintado de color verde, con capota negra y cerrado con cortinas del mismo material que la capota.
Su impulsor es el clásico y confiable motor de cuatro cilindros de dos litros, tiene rodado con rayos de alambre pintado de color negro. Los estribos están forrados en goma con posa pie de aluminio.
Un ejemplar viviente de un modelo clásico de Ford, que pese al paso de los años sigue rodando sin problemas.

Después del “T”, el “A”

El modelo A fue una respuesta tardía de Ford ante el avance de la competencia de otras marcas que para 1925, ya ofrecían vehículos tecnológicamente mucho más avanzados que el viejo modelo T que revolucionara el transporte automotor desde su salida masiva al mercado en el año 1908. Es que Henry Ford, el padre de esta revolución, seguía creyendo en el proyecto original que tanto éxito le había dado, que se basaba en simplicidad mecánica, fiabilidad y principalmente que sea barato y asequible para la clase trabajadora, sacrificando confort, velocidad y seguridad.
Pero para mediados de la década del ’20, los consumidores querían algo más que un automóvil barato, y comenzaban a inclinarse por motorizaciones más potentes, frenos hidráulicos, cajas de cambio modernas, encendido a distribuidor en lugar de los precarios magnetos, mejores suspensiones, etcétera.
Así, Henry Ford se vio obligado muy a su pesar a sacar al mercado algo que pudiese acercarse a la competencia, que ya le había sacado mucha ventaja. Y a mediados de 1927 lanzó el primer modelo “A”, que era un híbrido entre el T y el A que se vendió desde diciembre de 1927 en adelante.
Los modelos del ’27 al ’31, tenían varias mejoras respecto al modelo T: motor de 4 cilindros de 50 hp y tapa plana, bomba de agua para el sistema de enfriamiento (en el modelo T el agua circulaba por convección, por eso casi siempre hervía el radiador), un distribuidor sustituía el magneto del modelo viejo, frenos de varilla en las cuatro ruedas (sólo en las traseras en el modelo T), arranque eléctrico (a manija en el T), caja de cambios de tres marchas y reversa con palanca al piso y embrague de discos secos (contra el sistema planetario de dos marchas sin embrague y accionado por pedal al piso en el T), entre otras varias mejoras.
El A fue un éxito global, y se vendieron más de 4 millones de unidades. De todas formas, Ford quedó marcado como anticuado con respecto a la competencia, aunque la confiabilidad del la mecánica de sus vehículos y su precio compensaba este aspecto.