Cómo repercute la pandemia en la localidad de San Javier

Una imagen típica de San Javier, un pueblo que también apuesta al turismo interno.

La localidad rionegrense de San Javier, con muchos vínculos con Paysandú por su relativa cercanía, está sufriendo los embates del COVID-19, no tanto por pobladores afectados —que los hay pero no tantos– sino porque disminuyó el vínculo social de la colectividad, y es casi nula la presencia de turistas, que se habían vuelto importantes para la economía del pueblo.
El periódico El Pregonero de Young realizó un informe especial, dando cuenta de cómo viven este momento.
San Javier no escapa a la realidad del resto del mundo, con una pandemia que golpea duro y, sobre todo, se siente más en una comunidad pequeña. Los impactos no solo van desde lo económico a lo laboral, sino también en lo psicológico, donde de pasar de salir para hacer los mandados, recibir visitantes, turistas y conversar día a día entre vecinos en un vida normal se pasó a una movilidad mínima, con medidas restrictivas y el miedo constante y latente de poder contraer el virus que impacta, sobre todo fuerte, en los mayores y en quienes padecen ciertas afecciones de salud.

La visión del alcalde

San Javier recién en este 2021 tuvo casos activos por primera vez en su comunidad. El alcalde del municipio de San Javier, Washington Laco, fue consultado sobre esta situación: “el 2020 lo pasamos sin casos activos, este año llegó el primer caso, hubo un pico en los primeros días del mes de marzo, de 15 personas con casos positivos”.
“Luego logramos ir descendiendo hasta llegar a cero caso nuevamente y hoy, otra vez volvimos a tener otro pico de casos positivos, actualmente estamos en 10 casos activos”, dijo.
En lo económico varios rubros han visto afectado sus ingresos diarios, creando un problema que preocupa a las autoridades. Sobre ello el alcalde explicó que “hay un montón de personas que vendían artesanías, o que realizaban otro tipo de actividades que hoy no las pueden realizar. En ese sentido, debemos trabajar para ver cómo podemos solucionar, cómo podemos ayudar a esos artesanos, a ese tipo de gente que hoy ve afectado su ingreso diario. Surgió también con el cierre del puerto, del acceso de las lanchas, que teníamos una cantidad de personas, pescadores, colmeneros que salían diariamente al río, que al cortarse el acceso al puerto se ven perjudicados. Se habló con Prefectura, llegamos a un acuerdo, se elaboró una lista de personar autorizadas a salir al río; Prefectura ya tiene una lista de la gente que sale a diario como pescador, colmeneros que salen a revisar las colmenas a las islas”.

Así lo vive un empresario

Oscar Malarov es un empresario sanjavierino que desde hace varios años impulsa al turismo en su comunidad. Posee un restaurante y hotel llamado “Na Zdorovie”, que hace que desde su interior, se pueda estar más cerca de la cultura rusa, con comidas típicas como el shaslik, entre otros platos de la carta, cervezas del mismo origen y retazos de la historia de la localidad ilustrada en cuadros, imágenes en un televisor que muestran cuerpos de baile con tradicionales danzas y repisas repletas de artículos como vinos, llaveros y matrioshkas. Pero todo esto también fue impactado por la pandemia.
Malarov contó la situación que, en lo personal con su emprendimiento de años, viene pasando desde el comienzo y hasta que llegó la pandemia donde solo prácticamente cubre sus gastos. “Es muy fuerte, me ha perjudicado muchísimo pero bueno… por lo menos aquí lo vamos llevando, he visto lugares que han tenido que cerrar los restoranes y alojamientos. Nosotros el alojamiento está andando, el restorán está andando, básico para solventar los gastos ¿verdad? Tampoco es algo como para que digas que te queda ganancia, superávit; no, ni ahí, pero por lo menos da para ir pagando los impuestos y las cuentas”.
Con los ingresos el mantenimiento de los sitios que disfrutan los visitantes en todos estos meses anteriores no se ha podido realizar, lo que hace más difícil la inversión a la hora en que se salga de la pandemia. También nos dio una visión de cómo la localidad ha sido afectada a grandes rasgos, señalando que “en la parte de alojamiento es que se necesita un mantenimiento continuo, y al no estar generando, eso se decae, es complicado. Entonces, cuando salgamos de la pandemia, dentro de un par de meses si Dios quiere, por lo menos que se empiece a reactivar con la gente ya vacunada y demás, y esto se empiece a mover un poquito más, vamos a necesitar capital para poder invertir, mejorar y volver a la calidad que teníamos de los servicios, mejorar los servicios, difusión y todo lo demás que se necesita para poder captar turistas, para decirles ‘vengan a visitarnos, ¡estamos bien!”