Aun cuando el Sistema Nacional de Emergencias (Sinae) incluyó en su informe del domingo –que recoge los datos del sábado– que en Paysandú había fallecido una persona con diagnóstico de SARS-CoV-2 de 32 años de edad, en el Hospital Escuela del Litoral se habían tomado otras precauciones el mismo sábado –día en que falleció– y calificado como “muerte dudosa” ese fallecimiento.
Como usuario de ASSE –residente en el nterior del departamento– había sido atendido días antes debido a un estado febril con dolor de cabeza. Se le realizó un hisopado nasofaringeo que dio positivo a COVID-19. A la semana se le hizo un segundo análisis PCR que dio negativo. De acuerdo a datos extraoficiales, ese resultado le fue enviado a su teléfono móvil, cuando ya había muerto.
Horas antes de ese acontecimiento, en la mañana del sábado, el hombre ante un fuerte dolor de cabeza fue trasladado en ambulancia al hospital, ingresando al servicio de Urgencia del hospital en estado crítico, donde pese a los cuidados médicos que se le suministraran perdió la vida.
El director del hospital, Gustavo Curbelo, confirmó que la jefatura del servicio de Urgencia y él mismo “así como el equipo médico, consideramos que había algunos elementos que despertaban cierta duda por lo que decidimos la calificación como muerte dudosa, lo que dispara un protocolo que se aplica en cualquier ocasión similar, se haya producido el fallecimiento por la patología que fuera”.
En estas situaciones no se firma el certificado de defunción y se informa de la situación a Fiscalía, que es la encargada de la investigación. Convoca a un médico forense y de acuerdo a su informe se establece la causa de muerte y lo ocurrido durante la atención médica del paciente.
No se ha podido establecer aun por qué el Sinae lo incluyó dentro de las víctimas fatales con diagnóstico de SARS-CoV-2 y lo mantiene en esa lista. Fiscalía tampoco se ha pronunciado, encontrándose en la etapa de presumario la investigación.
