El INIA estima que Uruguay podría duplicar la plantación de manzana Pink Lady™

Desde mayo y hasta fin de año en Uruguay se puede comprar una variedad de manzana de color casi rosado, jugosa, crujiente y con un equilibrio especial de acidez y dulzura. Se trata de la Pink Lady™, “la manzana que toma más precio en el mundo, la que tiene más marketing y de las más valoradas por los consumidores”, señaló el ingeniero agrónomo Danilo Cabrera, director del Programa de Investigación en Fruticultura del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), quien entiende que en el país se podría “duplicar el área plantada con el objetivo de aumentar su exportación”.

Pink Lady™ es la marca registrada con la que se comercializa la fruta que producen las plantas de Cripps Pink, Rosy Glow o Lady in Red. Para que una manzana se pueda vender con este sello debe superar determinados estándares de calidad en niveles de intensidad de color, firmeza de pulpa, contenido de azúcar y aspecto.

Esta manzana fue creada por la Oficina de Agricultura de Australia Occidental en la estación experimental de Stoneville. Para comercializarla en los cinco continentes, se le dio autorización a ciertas empresas que formaron la Alianza Internacional de Pink Lady™ (IPLA), que es la que controla la venta, define los requisitos de calidad y se encarga de la estrategia de marketing que ha posicionado la marca en el mundo.

INIA con el grupo de productores plantadores de Pink Lady™ en el Uruguay, acompaña desde 1999 la producción local de este cultivar, estudiando aspectos agronómicos de adaptación, fisiología, manejo, sistemas de conducción, distancias de plantación, cosecha y poscosecha, conservación, valor nutricional, calidad de la fruta y control de enfermedades y plagas, entre otros. “En 1999 instalamos el primer ensayo de Cripps Pink en INIA Las Brujas y en predios de productores para estudiar la adaptación y el comportamiento de la variedad sobre dos portainjertos con diferentes sistemas de conducción. Desde entonces hemos acompañado con investigación el proceso de pasar de Cripps Pink a Rosy Glow y luego a Lady in Red porque, tanto el productor como la ciencia, deben estar ávidos para absorber la tecnología y adaptarse a los cambios para seguir las tendencias”, precisa Cabrera.

A pesar de estar posicionada en el mundo, de ser valorada por los consumidores y de ser rentable en materia de precios, en Uruguay la producción de Pink Lady™ representa únicamente el 11% del área plantada de manzanos, con 250 hectáreas en los departamentos de Canelones, San José y Montevideo que corresponden a 210 productores. De los 50-60 millones de kilos de manzanas que se cosechan por año en el país, 5 millones son de esta variedad.

“Por su calidad, la Pink Lady™ en general alcanza el doble de precio que si se vende como Cripps Pink. Por eso desde INIA siempre insistimos en que, haciendo un cultivo para producir fruta de exportación se podría, por ejemplo, duplicar o más el área plantada de esta manzana en el país, porque hay demanda y el productor puede ganar mucho en mercados de Europa y Asia”, subraya Cabrera. Otra de las particularidades de este cultivar es que es uno de los aproximadamente 30 en el mundo que se manejan bajo sistema de “Club”. La IPLA está integrada por licenciatarios de países como Australia, Nueva Zelanda, Japón, Chile, Argentina, Sudáfrica, Francia, Reino Unido, Estados Unidos y, desde 2006, Uruguay, de la mano de Los Reyes Group. Esta empresa agroexportadora familiar nacional obtuvo la licencia exclusiva para el uso de la marca Pink Lady™, para su producción y venta local, y para la importación y exportación. Diferenciadas por sus cajas rosadas y su tradicional logo con forma de corazón, Pink Lady™ ha comenzado a ganar terreno en el mercado interno, donde la manzana roja “es la que se vende por excelencia”, explica Cabrera, quien reafirma las buenas oportunidades que avizora en materia de exportación. “Uruguay tiene posibilidades, solo falta sumar esfuerzos, realizar más plantaciones para la cosecha de fruta de exportación y así seguir aumentando los volúmenes de Pink Lady™ que el mercado mundial demanda. Sería bueno para el productor, para el país y para la investigación”, concluye.