En Argentina el productor sojero recibe el 40% del valor del grano

El aumento del precio internacional de la soja de los últimos días, casi constante desde mediados del año pasado, ha posicionado al commodity con cotizaciones en torno a los U$S 600 la tonelada en el mercado de Chicago. Si bien se trata de una muy buena noticia para la economía argentina, ya que las exportaciones del complejo sojero son las principales del país, para el productor la realidad es diferente, ya que solo percibe, de manera real, menos del 40% del valor del grano.
Según un relevamiento realizado por el analista Carlos Etchepare, y reproducido por Infobae, en la actualidad el productor de soja argentino recibe el 37% del “precio lleno” del commodity, principalmente por el cobro de retenciones, que se ubica en el 33% y el desdoblamiento cambiario, además de otras distorsiones con menor impacto.
En primer lugar, conviene aclarar que el agricultor argentino no cobra en dólares, sino en pesos. Entonces, si el precio FOB de exportación de soja es de U$S 604 la tonelada, el productor recibirá $ 34.500 por tonelada, con retención de derechos de exportación mediante. O sea, si se mide al valor del dólar oficial, apenas por debajo de los $94, percibió el equivalente a U$S 368 la tonelada.
Ahora bien, si el productor decide comprar dólares con los $ 34.500 que recibió por la tonelada de soja comercializada, no los podrá adquirir al valor del dólar oficial, sino que tendrá que recurrir a los conocidos como dólares financieros, más precisamente, el dólar MEP, que cotiza en torno a los 154 pesos. Esto significa que podrá hacerse de menos dólares, por los que supuestamente recibió el equivalente en moneda local. De esta manera, con $ 34.500 solo podrá comprar unos U$S 222, que es la cantidad de dólares que realmente percibió.
En diálogo con Infobae, Etchepare remarcó que esa diferencia que se genera entre el precio internacional y lo que recibe el productor argentino “se lo queda el Estado, por efecto de los derechos de exportación, que es una recaudación directa y, por otro lado, por la distorsión en el tipo de cambio”.
Por su parte, el vicepresidente de la Sociedad Rural de Trenque Lauquen Ignacio Kovarsky, indicó a este medio que “hay una realidad distinta a la que se viene escuchando sobre el precio de los granos. Se habla de un precio en dólares de tarifa internacional llena, y eso hace que en el común colectivo se generen pensamientos erróneos de cómo es la realidad de los productores y cómo influyen estos precios sobre el valor de los alimentos”.
“Nosotros cobramos en pesos, porque el Gobierno pesifica el precio, pero antes le saca retenciones, lo cual recorta el precio. Por eso, no solo no se reciben los U$S 600, sino que el Estado se lleva la diferencia por retenciones, por la distorsión cambiaria y los impuestos. Por lo tanto lo que recibe el productor es mucho menos de lo que la gente se puede imaginar”, culminó el dirigente agropecuario.
Esta suba en los precios internacionales de los commodities, principalmente de la soja, traerá consigo un considerable incremento en las exportaciones del sector y en el ingreso de divisas, vitales para las malogradas cuentas del país, como así también, una suba en la recaudación del fisco vía retenciones.