Solicitada: Inicio de clases presenciales y horarios

El domingo 16 de mayo EL TELEGRAFO publicó una solicitada dando mi opinión contraria al inicio de las clases presenciales, considerando que estamos en un crecimiento exponencial de la enfermedad y que las madres y hermanos de esos niños, por la franja etaria a la que pertenecen, no han sido aún vacunados contra la COVID-19 ni contra la gripe.

Si se cumpliera con el cronograma establecido, recién a fines del mes de julio esas madres estarían inmunizadas contra estas graves enfermedades. La dispersión en todo el país de la variante P1 de Manaos –Brasil–, contagia a niños y adultos. Esos niños se pueden contaminar en las escuelas y llevar la enfermedad a su burbuja familiar, contagiando a sus padres y sus hermanos, ya que la gran mayoría no han sido aun vacunados.

La gran movilidad que produce el tránsito de escolares y quienes los acompañan, se cuentan por cientos de miles de personas en todo el territorio, justo en un momento en que hay que reducir los contactos. Los días fríos de fines de otoño y la cercanía del invierno, aumentan las posibilidades de contraer enfermedades pulmonares, lo que se constata todos los años.

El personal de salud sabe que la gripe demanda muchas camas de CTI y ahora esas camas están ocupadas con los enfermos de la pandemia. Este 26 de mayo el intendente de Paysandú, Nicolás Olivera dijo en el informativo, que ya hay 40 escuelas con niños contagiados y por eso pide la suspensión de las clases presenciales.

Era evidente que eso iba a pasar y ya sucedió. Las autoridades de la educación tampoco han tenido en cuenta que la hora de iniciación de las clases fue establecida muy temprano, ya que para estar en la escuela a las 8:30 los niños deben levantarse como mínimo una hora antes.

Para la OMS, un niño de entre seis y 11 años, durante su etapa de educación primaria, debería dormir una media de once horas diarias. Si normalmente, la escuela en esa franja de edad empieza a las nueve, el niño debería acostarse como muy tarde 9 de la noche.

Para poder cumplir con el horario de 8:30 deben levantarse a las 7:30 y para haber dormido once horas como dice la OMS deberían acostarse a las 20:30. Es evidente que eso no ocurre y para que los niños puedan dormir las horas que necesitan, es fundamental el inicio de las clases una hora más tarde.

Los pronósticos del tiempo indican un aumento de dos grados entre las 8:30 y las 9:30 y eso mitigaría los daños que el frío pueda producir sobre la salud de los niños. ¿Están de acuerdo los neuropediatras con el horario de 8:30 que rige actualmente? Sin ser médico, pero por sentido común, considero que es un grave error haber reiniciado las clases presenciales en estos momentos de crecimiento exponencial de la enfermedad y de personas fallecidas, favoreciendo aún más los contagios.

Ricardo Brasesco