El gobierno decretó ayer un aumento del 12% en el precio de los combustibles, por lo que la nafta cuesta $ 7,10 más –llegando a $ 65,47 la Súper 95 octanos y $ 67,80 la 97– y el gasoil $ 4,90 más por litro, alcanzando los 45,29 el 50 S y 67,87 el 10 S. El ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, dijo que para considerar el aumento se recurrió “solamente a lo que es el ajuste a la paridad de importación, un mecanismo que comienza este mes y que se va a repetir mensualmente”, y que no se cargaron los llamados “sobrecostos” de Ancap, que serían 3 pesos por litro. La ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, dijo que se evitó subir el porcentaje previsto por Ancap (que era el 17,4% para las naftas y 19,5% el gasoil) para “apoyar al sector productivo”, y que Ancap “deja de percibir U$S 10 millones”.
El aumento tuvo repercusiones en el mercado de combustibles, y Daniel Añón, presidente de la Unión de Vendedores de Nafta del Uruguay (Unvenu), dijo a El País que esta suba es “mala para todos”, tanto para el consumidor como para los vendedores de combustibles.
Walter Sosa Dos Santos, director de Ancap en representación del Frente Amplio, dijo por su parte que “el gobierno ignoró a la oposición” y que “era posible disminuir el Imesi y de esa manera evitar castigar a la población. En plena pandemia sube dos veces el Imesi en menos de un año y en menos de 6 meses dos veces los precios al consumidor final. Todavía anuncia que los ajustará todos los meses de aquí en más”.