Empresas y derecho: COVID-19 y liderazgo empresarial

Un informe publicado por la Oficina de Actividades para los Empleadores de la Organización Internacional del Trabajo titulado “Organizaciones Empresariales: Liderazgo empresarial durante la crisis de la COVID-19” hace referencia al papel desempeñado por las empresas durante la pandemia causada por dicha enfermedad, así como a las profundas consecuencias económicas y sociales en todos los países del planeta.

1. Aspectos principales

Entre otros aspectos, el documento antes mencionado destaca lo siguiente:
1.1) “La crisis de la COVID-19 ha dado un vuelco profundo a la forma en que vivimos, a nuestra forma de trabajar y a nuestra visión del mundo. Las Organizaciones Empresariales de todo el mundo han estado al pie del cañón para ayudar a las empresas a las que representan a capear el temporal”. A modo de ejemplo el informe destaca que dichas organizaciones: a) “han contribuido a conformar las medidas políticas mediante la colaboración con los gobiernos nacionales en la concienciación, la gestión de los riesgos inmediatos para la salud y el bienestar, el mantenimiento a flote de las empresas y la protección de los puestos de trabajo”, b) “han dado un paso adelante para prestar servicios esenciales y amplificar la voz de las empresas en medio de esta situación sin precedentes que ha desencadenado la crisis de la COVID-19 y c) “en un entorno externo que evoluciona a diario y en el que millones de empleos, medios de vida y empresas están en juego, han tenido que rediseñar el apoyo que prestan a sus miembros y los canales de comunicación con el gobierno casi de la noche a la mañana”.

1.2) En ese sentido, “el 97% de las Organizaciones Empresariales han realizado esfuerzos de promoción a varios niveles con los gobiernos han creado más asociaciones con otras organizaciones empresariales para defender de manera colectiva las necesidades de las empresas y han participado en un diálogo social bipartito con las organizaciones de trabajadores para encontrar soluciones conjuntas”.

1.3) Dentro de los aspectos más destacables de la contribución de las Organizaciones Empresariales (OE) en cada una de las diferentes etapas de la crisis de la COVID-19, se mencionan los siguientes: a) “Fase 1 (Supervivencia) las OE trabajaron en estrecha colaboración con los gobiernos y los sindicatos para elaborar conjuntamente políticas urgentes que evitaran el riesgo inmediato de cierre de miles de empresas y la pérdida de millones de puestos de trabajo”; b) Fase 2 (Estabilización) Las OE estuvieron al frente para velar por un regreso seguro a los lugares de trabajo, y se centraron en concreto en la seguridad y la salud en el trabajo (SST) y c) Fase 3 (Recuperación) Las OE se basaron en las relaciones cultivadas con la administración pública para ayudar a construir una base sobre la que reactivar las economías nacionales y los mercados de trabajo.

1.4) “Las OE tienen la oportunidad de reactivar el poder colectivo de las empresas, configurar el futuro y encontrar soluciones innovadoras a las cuestiones emergentes que afectan al lugar de trabajo y las economías nacionales. Los gobiernos nacionales y las instituciones internacionales han determinado una serie de desafíos que van ganando intensidad: un mayor crecimiento de la productividad; la mejora del empleo juvenil; la transición hacia economías con bajas emisiones de carbono; el fomento de la igualdad y la inclusión; la formalización de la economía informal, y la aplicación de enfoques a largo plazo en relación con la salud, la seguridad y el bienestar de los trabajadores”.

1.5) Finalmente, el informe expresa que las OE prevén cambios en sus modelos empresariales y en su estructura interna para satisfacer las necesidades a medio y largo plazo derivadas de la crisis, entre otros: “a) el 53% examinará su estrategia de afiliación para atraer a sus filas a una mayor variedad de empresas y organizaciones, b) el 67% espera mejorar su papel de liderazgo durante la crisis y la recuperación y c) el 61% revisará los servicios que presta a sus miembros”.

2. Reflexión final

Aún cuando se trata de un informe que tiene alcance global y recoge la realidad de diversas economías nacionales, lo cierto es que incluye información sustantiva para imaginar y ayudar recorrer el camino que las OE de cualquier país (incluido Uruguay) deben transitar de cara a un mundo que más tarde o más temprano deje atrás las terribles consecuencias del COVID-19. En palabras de Predrag Mitrovic (Presidente de la Federación de Empleadores de Montenegro) y según lo consigna el propio informe, “es preciso ocuparse de la preservación de la salud de los ciudadanos en paralelo al sostenimiento de la economía. Para proteger la salud y las vidas, debemos salvar la economía”. Dr. Rodrigo Deleón