Medicina en el Litoral Norte: “el desafío es poder brindar una formación de calidad”

Diana Domenech en ocasión de entrega de premios a estudiantes de la carrera en cierre de curso con Unasev.

El 19 de noviembre de 2019, el Consejo Directivo Central (CDC) de la Universidad de la República (Udelar) aprobó la implementación del segundo y tercer año de la carrera de Medicina entre las sedes universitarias de Salto y Paysandú del Centro Universitario Regional (Cenur) Litoral Norte. Esto permitió que a partir de 2020 la carrera se pudiera realizar de forma completa en esa región. En 2020 y lo que transcurre del 2021, la enseñanza universitaria pasó a desarrollarse a través de plataformas virtuales dada la emergencia sanitaria por el COVID-19. Desde el Portal de la Udelar, Mariana Burgueño y Andrea Cammarano, entrevistaron a la doctora Diana Domenech, coordinadora de la carrera Doctor en Medicina en la sede Paysandú del Cenur Litoral Norte, acerca de la forma en la que se está implementando la carrera y los desafíos que implica para los docentes y estudiantes.

A partir de 2020, los estudiantes pueden cursar el segundo año de esta carrera en el Litoral Norte, porque acceden egresando del Ciclo Inicial Optativo (CIO) del Área Salud en Paysandú, que equivale al primer año de esta carrera. A partir de 2021 pueden cursar tercer año y antes ya podían realizar los cursos de cuarto, quinto y sexto tanto en Salto como en Paysandú.

Domenech señaló que han un crecimiento exponencial de estudiantes desde que se completó la opción de cursar completa la carrera Doctor en Medicina en la región. “En 2021 ingresaron 645 nuevos estudiantes en el Ciclo Inicial Optativo (CIO) Salud, que equivale al primer año de la carrera, y unos 300 que han manifestado interés en hacer la carrera completa en la región; además se registraron 183 nuevos estudiantes para cursar el segundo año de la carrera Doctor en Medicina en el Cenur Litoral Norte.

“Es un desafío inmenso, más allá de que es una aspiración de largo aliento de la región para brindar una enseñanza de calidad a todos estos chiquilines. Estamos felices”, expresó. Sostuvo que es una apuesta a futuro de que sean los profesionales que después se radiquen en el Interior y que disminuyan esa brecha en la desigualdad de atención que hay entre el Norte y el Sur. Además, comentó que se han incorporado muchos estudiantes del interior rural, lo que evidencia la oportunidad para un público que no llegaba a ingresar. La docente sostuvo que el gran crecimiento en las inscripciones para la carrera de Medicina se refleja en los números de estudiantes que están cursando cada etapa de la carrera y plantea varios desafíos fundamentales en cuanto al fortalecimiento de la estructura docente, tanto en número como en especialidades, y también es necesario contar con más infraestructura como laboratorios y servicios clínicos para el estudiantado.

Adaptarse a la virtualidad

Con respecto a la virtualidad, para la carrera en Medicina en particular, este formato en cierta manera “alivió” los problemas locativos, ya que no se cuenta con espacios tan amplios para más de 500 estudiantes en simultáneo. “La virtualidad nos vino a desafiar de una forma impresionante”, señaló. Con respecto a los apoyos que brindó la Udelar, Domenech dijo que los docentes utilizaron todo lo que la Universidad les ofreció desde las plataformas Webex, Zoom y Eva, así como también las capacitaciones a los docentes para el uso de estas herramientas. “Tuvimos que actualizarnos a esta nueva modalidad y, en ese sentido, hubo muchas instancias de apoyo a los docentes para que nos sintiéramos cómodos con las nuevas herramientas virtuales”, comentó.

De todas formas, señaló que la carrera de Medicina, a su vez, tiene instancias de formación donde la virtualidad no es tan útil: los prácticos y en la clínica con el paciente. “En Anatomía no es lo mismo una figura que el trabajo presencial con un cadáver, y no es igual la instancia con un paciente más allá de que se puedan hacer simulaciones por Zoom, que los estudiantes hagan entrevistas, pero no puedan examinar”, ejemplifica. Por eso, afirmó que hay instancias que son insustituibles en sus diferentes modalidades, ya sea con paciente real o simulado, tiene que ser presencial.

De todas maneras se han implementado modalidades creativas en las que la virtualidad finalmente ayudó y que son preparatorias para cuando el estudiante se enfrente al paciente real. Considera que esto también depende de cuánto el docente se actualice al nuevo trabajo y prevea cómo optimizar el intercambio. Entiende que esto “los estudiantes lo agradecen porque se dan cuenta de que hay un esfuerzo del docente por estar”. También comentó que las plataformas permiten la división en grupos y docentes para cada uno y eso da la posibilidad de realizar un intercambio más reducido. Con respecto a la organización de las clases en esta modalidad, explicó que se realizan varias reuniones de coordinación entre docentes e interacción para armar los cronogramas en clave de región entre Salto y Paysandú.

Este año, al igual que en 2020, la modalidad mixta se va a mantener, a pesar de que en el segundo semestre se trató de enfatizar la clínica, en el caso de Medicina, nunca se abandonó la virtualidad y eso seguirá este año, comentó. La particularidad en esta carrera es que la discusión de pacientes que se realizaba en la policlínica, ahora se hace desde los hogares, porque cuanto antes se vayan de los centros de salud es mejor para evitar contagios. “El gran desafío es poder brindar una enseñanza de calidad en la virtualidad”, afirmó, porque actualmente no están dadas las condiciones sanitarias para que los estudiantes ni los usuarios se expongan. Esperan que tal vez en agosto la situación mejore, pero será como el año pasado: de a uno o dos estudiantes cada visita. De esta manera, ellos no ponen en riesgo su salud, pero eso no garantiza que lleguen a ver la cantidad de pacientes que necesitan y es importante en esta parte de la carrera que se formen, es el momento para equivocarse porque no tienen responsabilidades y están siendo monitoreados por el docente, explicó. Ese es el gran desafío que tienen los docentes: “la responsabilidad de estar formando un buen médico en la pandemia, aunque lleve más tiempo”.