La bajante del río Paraná hace peligrar las tomas de agua para consumo humano

Las embarcaciones en los muelles deportivos están ahora sobre tierra.

“El año pasado el sistema gastó todas sus reservas, ya que los embalses río arriba están un 40 por ciento más bajos que en 2020, por lo que la situación es complicada”, dijo a Elonce TV el director de Hidráulica de Entre Ríos, Cristian Gietz, quien señaló que la situación del río Paraná “sigue siendo muy preocupante, sobre todo en el corto plazo”, por lo que estimó que durante julio “las condiciones van a desmejorar bastante”.

El funcionario dio cuenta de que la lectura en el hidrómetro local marcó -11 centímetros, sólo uno por encima de lo registrado hace 15 días que “fue el mínimo en estos dos años de sequía que tenemos”. Acotó que “la situación se monitorea constantemente, sobre todo por las tomas de agua. Hay que ver cómo evolucionan las lluvias en la alta cuenca y ver qué pasa más adelante”.
Por su parte, desde el Instituto Nacional del Agua (INA) se afirmó que julio será “especialmente crítico, con afectación de todos los usos del recurso hídrico”, principalmente en la “captación de agua fluvial para consumo urbano”.

Además, el INA espera impactos en “las tomas de agua para consumo urbano, para refrigeración de centrales de generación eléctrica y de procesos industriales”, problemas en “la navegación fluvial, fauna íctica, estabilidad de márgenes” y una “exposición a incendios en márgenes e islas”.

READECÚAN LAS TOMAS DE AGUA

Gietz confirmó que “las tomas de agua con más problemas son las de Paraná, Santa Elena y Victoria. Hay un trabajo conjunto entre Provincia y Nación que ha salido con un aporte extraordinario para la readecuación de las tomas de agua. Asimismo, la provincia viene realizando obras para hacer frente a esta contingencia”, expresó Gietz.

“Esta bajante es parecida a la de 1944. Si se reproduce lo de aquel momento el mínimo ocurriría entre setiembre y noviembre. Por entonces se llegó a -1,40. Si llegan a producirse lluvias de manera sostenida, con la primavera, el sistema no reaccionará inmediatamente, sino que demorará unos meses”, advirtió el director de Hidráulica.

Tras adelantar que “a fin de julio llegaría a -60 centímetros y para octubre estaríamos en -1,40 si ocurre este panorama previsto”, puso de relieve “debemos cuidar el agua, porque la cuestión es que no hay agua. El año pasado el sistema gastó todas sus reservas, ya que los embalses río arriba están un 40 por ciento más bajos que en 2020, por lo que la situación es complicada”.

Además, el INA espera un promedio para el mes de julio de 0,95 metros; es decir, 2,86 por debajo del nivel mensual promedio desde 1996 y 1,14 metros inferior al promedio de julio 2020.
Los medios argentinos recuerdan que en 1944 la situación fue peor que la actual: frente a Paraná, el río marcó 1,40 metros por debajo del cero, al igual que en Diamante (-1,38), Victoria (-4,1) y en La Paz (-1,11).