El ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, afirmó a EL TELEGRAFO que tanto para los vehículos urbanos como los de larga distancia, como camiones y ómnibus, los combustibles derivados del petróleo darán paso a la energía eléctrica, que se presentaría en dos variantes: las baterías y el hidrógeno.
Este último es experimental, y funciona cuando el hidrógeno almacenado en los tanques abastece la pila de combustible, donde se produce la mezcla de hidrógeno y oxígeno que genera energía eléctrica y vapor de agua, que es lo único que se expulsa por el tubo de escape y lo hace tener cero emisiones.
Al respecto, el ministro afirmó que “hay toda una transformación que tiene que ver con la energía, que está pasando en el mundo y es parte de la salida de la pandemia. Si uno le pregunta a los organismos internacionales cuáles son los tres temas principales responderían que: la tecnología digital, las energías limpias y la salud. Y Uruguay está bien posicionado también en el mundo de la energía por la transformación de la matriz de generación eléctrica hacia las renovables, que puso al país en un buen punto. Tenemos algunas debilidades, porque la energía todavía es cara, pero hay una transformación de la matriz que es reconocida y podemos dar más pasos en ese sentido, avanzando en la electrificación del transporte”.
Urbanos a batería, carreteros a hidrógeno
En este sentido, señaló que “hay dos niveles, el vehículo particular urbano a baterías y vamos a fomentar ese desarrollo lo más posible, y a más largo plazo también los vehículos de carga, apuntado al hidrógeno. En ese sentido, el gobierno está impulsando un proyecto piloto de uso de hidrógeno para el transporte de carga que tal vez presentemos la licitación para el segundo semestre de este año, e incrementarlo el año que viene con pruebas piloto en pequeña escala, para algunas decenas de camiones, mostrando que la tecnología del hidrógeno funciona y para que vayamos ampliando la curva de aprendizaje”.
Destacó la importancia de este combustible, “porque Europa ya lo definió como la tecnología que va a sustituir el petróleo, impulsándolo fuertemente no solo en el interior de su territorio, sino también asociándose con países que puedan ser proveedores de hidrógeno en el futuro. Es una movida a largo plazo, no es un negocio inmediato de exportación de Uruguay, pero apostamos a estar en la lista de países que puedan dar esa pelea en algunos años”.
Trabajan Ancap, UTE y la ANII
Consultado si hay gente preparada para desarrollar esta propuesta, Paganini dijo que “hay gente preparada y hay un trabajo en conjunto que se hace por Ancap y UTE con el apoyo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), para ir desarrollando proyectos de investigación y experiencias piloto para realizar esa curva de aprendizaje, hacer un proyecto a pequeña escala para que los técnicos locales aprendan, y que las empresas internacionales traigan la tecnología en una escala más manejable, y después apoyar proyectos más grandes”.
Afirmó que “hay mucho interés de inversores grandes para hacer cosas de porte, pero es un mercado que hoy está muy inmaduro, y va a demorar. Pero los países desarrollados están invirtiendo fuerte para empezar a generar la infraestructura para reemplazar el petróleo con el hidrógeno”, y explicó que “requiere estructura propia, barcos especiales, grandes tanques para manejarlos y el aporte de la industria química”. Agregó que para su transporte, el hidrógeno “puede transformarse en amoníaco o en metanol, y después volver a recuperarlo”. No obstante, “es algo que está en desarrollo y Uruguay quiere estar, pero es una apuesta de largo plazo”.
En cuanto a que tipo de motores se utilizarán teniendo como combustible el hidrógeno, el ministro de Industria señaló que “la tecnología va para lo que se llama la celda de combustible, que es como una pila que recibe hidrógeno por un lado, oxígeno por el otro y sale electricidad, con lo que se mueve un vehículo eléctrico”.
Ventajas y desventajas
Este nuevo sistema “tiene ventajas y desventajas respecto a los vehículos a batería. Para un vehículo de gran porte la ventaja es que en un espacio pequeño tiene mucha energía guardada, entonces en un camión se puede tener la energía necesaria para muchos kilómetros con una celda de combustible, un tanque de hidrógeno y un compresor, y si el camión fuera a batería ocuparía la caja del camión, y no serviría. Pero a nivel de vehículos pequeños, la batería tiene otro tipo de ventajas, es más económica y con rendimiento energético mayor, con cada kilovatio de electricidad se obtiene el 70% de energía motriz”.
Con estos datos, “para los vehículos urbanos vamos a ir viendo cómo las diferentes marcas van a ir ofreciendo vehículos a batería, y ese va a ser el camino por muchos años. Pero para camiones y ómnibus de larga distancia, dentro de un tiempo vamos a empezar a ver vehículos a hidrógeno, que ya hay, pero están a un precio muy alto”.
Además, con esta tecnología “usaremos los excedentes de energía eléctrica, pero también es una oportunidad para tener más capacidad de generación”.