Por cadenas de valor en la madera, en lugar de enviar señales confusas

“Imagino que aparecerán empresas que aserren y debobinen, que vengan a instalarse cerca de donde están nuestros bosques, que empiecen a generar mercado”, resumió el vicepresidente de la Sociedad de Productores Forestales de nuestro país, Francisco Bonino, al analizar para el suplemento Economía y Mercado del diario El País la realidad del sector forestal y sobre todo las perspectivas de abordar un esquema revulsivo imprescindible para el sector y el país, como es el caso de la incorporación de valor agregado a la materia prima que se produce en los bosques.

Reveló asimismo que los fondos captados en los fideicomisos van a terminar generando ingresos muy significativos, “pero el sector en general está teniendo un desempeño por encima de lo esperado. Este ha sido un año absolutamente récord en volumen y precios, excepto dos sectores que tienen un comportamiento no tan bueno. Las exportaciones de celulosa están creciendo, pero no arrancaron bien, y las exportaciones de chips se habían parado durante la pandemia y recién comenzaron a retornar a una buena senda”.

Consideró que sin dudas hay espacio para crecer, y que para las plantaciones que están en marcha, “lo importante será el desarrollo industrial”, a la vez que reflexionó que “tenemos muy fuerte la celulosa en el Uruguay, pero hay otros eslabones en la cadena para aprovechar. Y aunque estemos exportando bien la madera en bruto, hay otras oportunidades. Cuando se aprovecha bien la madera en el lugar donde se produjo, se logran muchas eficiencias, con menores emisiones de carbono por transporte”.

Lo que expresa el empresario va en línea con lo que hemos señalado en más de una oportunidad, respecto a que si bien la inversión en el área forestal en las tres últimas décadas ha sido revulsiva e incorporado un sector pujante al agro, creando miles de puestos directos e indirectos, hasta ahora la participación en valor agregado en el sector en nuestro país es muy relativo, desde que la madera se exporta como materia prima para su industrialización en el exterior, lo que indica que es preciso buscar alternativas de inversión que permitan aportarle mano de obra dentro de fronteras, y establecer una cadena de valor potenciada que sería de gran beneficio para la economía.

Vienen al caso declaraciones del subsecretario del Ministerio de Industria, Energía y Minería, Walter Verri, al efectuar su presentación en la firma por la Unión Europea (UE) y la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional (AUCI), del acuerdo bilateral “Facilidad para el Desarrollo en Transición”, ámbito en el que se proporciona oportunidades para trabajar en cooperación internacional apoyando iniciativas que sean innovadoras y de beneficio mutuo, además de fortalecer el diálogo estratégico y de desarrollo entre Uruguay y la Unión Europa.
En la oportunidad fueron presentadas tres iniciativas relacionadas con la economía circular, como es el caso de Innovación y desarrollo sustentable de la industria de transformación mecánica de la madera, Mujeres en el sector de la Información y Formación de jóvenes innovadores.

El subsecretario de Energía sostuvo que “la transformación mecánica constituye un sector con gran potencial que nos posibilitará avanzar en la cadena de producción, obteniendo como resultado de productos destinados a la construcción en madera y carpintería, mayor valor agregado y generación de mano de obra”.
Verri asimismo destacó que se realizó un estudio sobre las oportunidades de la bioeconomía forestal en el país, y en este documento de trabajo se puso énfasis en el análisis de una industria catalogada como primaria y poco profesionalizada, por lo que la transformación mecánica constituye un sector con gran potencial, “que nos posibilitará avanzar en la cadena de producción hacia la segunda transformación, obteniendo como resultado productos destinados a la construcción en madera y carpintería, mayor valor agregado y con ello generación de mano de obra”.

Precisamente, uno de los aspectos a tener en cuenta para intentar generar un nuevo escenario en esta industria parte de que la mayor parte de los productos ofrecidos por los aserraderos nacionales hoy son los que surgen de la transformación mecánica, los cuales presentan bajo valor agregado. “Pero a su vez en la transformación mecánica hay grandes oportunidades de desarrollo y de generación de empleo, mediante el agregado de valor a la materia prima a través de su transformación en productos conocidos como los productos de ingeniería de la madera”, aportó el subsecretario.

En este sentido figura entre los destinos posibles identificados la madera tratada térmicamente, la madera laminada cruzada, la madera microlaminada, los tableros de virutas, la madera laminada encolada y los paneles y contrachapados, aseguró el subsecretario de Industria.
Este es el camino que se debe seguir, el de generar propuestas e incentivos para potenciar el ciclo de valor agregado a la materia prima que se genera dentro de nuestro territorio, porque implica incorporar inversión, tecnología y empleos de calidad, además del reciclaje de insumos dentro de fronteras en el marco de una economía circular que recicla recursos que de otra forma se van del país.

Es decir, todo lo contrario al proyecto que se intenta impulsar en el Parlamento por el que se pretende introducir limitaciones muy precisas a la expansión forestal porque, como bien señala Bonino, “ningún inversor apuesta en lugares donde está topeado. El inversor apuesta a lo que crece, tiene proyección y futuro. La señal en este caso iría en sentido contrario. En nuestro país el espacio para seguir creciendo dependerá de las condiciones que establezca la legislación”.
Y una parte importante de la ecuación para promover inversiones de riesgo de este perfil es no generar señales equívocas a estos capitales, como por ejemplo el incorporar medidas limitantes en la Ley de Desarrollo Forestal.