Sanducero fue víctima de una llamada extorsiva por falso secuestro de su hijo

La madrugada de la víspera se volvió caótica para un sanducero que recibió una llamada alegando el secuestro de su hijo y le pedían el pago de un rescate de 13.000 dólares o “a lo que llegara con el dinero de la casa”. Su caso, que incluso movilizó a la Policía de Montevideo, sirvió para que la Jefatura local emitiera una alerta a fin de evitar otros hechos similares.

Eran cerca de las 4.10 cuando el teléfono fijo de la casa de familia sonó. Sorprendido por la hora, Roberto (nombre ficticio) atendió con un “hola”. Del otro lado de la línea comenzó a hablarle un hombre con voz de muchacho joven que le dijo: “Papá, están acá. Entraron a la casa y me destrozaron la cara. Ayudame por favor”. Semi dormido, Roberto lo nombró, pensando que verdaderamente se trataba de su hijo que vive en Montevideo. En ese momento, ante la desesperación, cayó en la primera trampa de los estafadores: revelar el nombre del familiar para darle más ventaja en su cuento.

“Evidentemente cuando te agarran a esa hora y son varias las personas que están en la llamada, saben bien lo que están haciendo y estás en total inferioridad de condiciones. De entrada me di cuenta que no era la voz de mi hijo, pero con el cuento de que le habían roto la boca no descarté que fuera, porque te agarran medio zombie y no sabés lo que está pasando”, dijo a EL TELEGRAFO.

Tras el pedido de ayuda del supuesto hijo, otro hombre tomó el teléfono. “Esa otra persona me dijo ‘su hijo está con nosotros, si quiere volver a verlo tiene que pagar 13.000 dólares’. Le contesté que no tenía y que de dónde iba a sacar esa plata a esa hora de la noche. Insistieron en que tenía que conseguir. Pensando que de verdad estaban en mi casa en Montevideo, le indiqué al secuestrador que fuera a mi cuarto y buscara algo de plata en el ropero y que se fueran. Pero ahí me desconcertó porque me dijo ‘no, porque vos estás en Paysandú’. Yo creo que, en medio de la locura, algo llegué a decirles de que estaba en lo de mi madre y enseguida lo tomaron a favor. Entonces me reclamaba que les llevara la plata que tenía ‘la vieja’”.

Entonces, como en una comedia negra, el extorsionador le dijo: “Ah, no te preocupes porque nos equivocamos de persona’ y me colgó”, contó Roberto.

El miedo a la realidad

Sin entender nada, la víctima comenzó a llamar desesperado al celular de su hijo para cerciorarse de que todo estuviera bien. “Porque te cuelgan y vos no sabés si era real y lo estarán torturando o matando porque no diste nada, es terrible el momento de estrés que vivís en esos minutos”, contó.

“Mi hijo no me contestaba, entonces probé con un amigo suyo que vive cerca y nada. Llamé a un cuñado que estaba en Montevideo y a otro vecino para que por favor alguno fuera a casa a ver si estaba todo bien. Mientras eso, era una locura de que nadie me respondía e intentaba llamar al 911 a la misma vez”, agregó.
En eso, “el vecino de al lado de la casa fue quien le abrió un portón a la Policía. Golpeaban y nada. No salía nadie, no se veía nada. Hasta que lo que hoy contamos como chiste fue que mi hijo se asomó super dormido y no entendía nada de por qué había dos patrulleros y tantos policías”, relató a EL TELEGRAFO.

“Creo que si anoche me tomaban la presión, habré tenido un pico de no se cuánto. Lo que quiero con esto es alertar que por favor no caigan como yo en dar detalles, que son inevitables a veces porque te agarran tan mal parado que ni lo pensás”.

“Pero eso te va a jugar en contra. Creo que dijeron ‘Papá’ porque atendí yo, pero estoy seguro que si atendía mi mujer le habrían dicho ‘Mamá, soy yo’ o si hubiera sido mi madre le habrían jugado a que era el nieto secuestrado”, indicó sobre la noche para el olvido.

Alerta de jefatura

En tanto, ayer Jefatura de Policía alertó que ante las reiteradas denuncias de tentativas de estafas con el mismo cuento, den cuenta de forma urgente al servicio 911 o a la comisaría de su jurisdicción.