El jueves 30 de setiembre venidero se estrenará en todo el país la película “El viento nos dejará”, que expone con crudeza la fortaleza del tornado que azotó Dolores en 2016 y recoge testimonios de quienes lo vivieron y sobrevieron.
En Paysandú se exhibirá ese día en el teatro Florencio Sánchez, a las 20, con producción de Paysandú Gestiona Cultura (PGC), con el apoyo de la Intendencia Departamental de Paysandú (IDP) y la Unidad de Gestión de Eventos y Escenarios (UGEE). Las entradas a 180 pesos se pondrán a la venta esta semana.
El 15 de abril de 2016, la ciudad de Dolores fue atravesada transversalmente por un tornado de EF3-EF4 en la escala Fujita mejorada, con vientos de aproximadamente 250 km/h a 330 km/h, que ocurrió desde las 16:11 hasta las 16:23, causando al menos 7 víctimas mortales, innumerables heridos, más de 9.000 damnificados y millones de dólares en pérdidas materiales. Casi la mitad de los pobladores resultaron damnificados y 130 manzanas destruidas.
En “El viento nos dejará” de Pablo Martínez Pessi, la palabra deviene en tornado; es decir, en una poderosa fuerza capaz de arrastrar los techos de nuestras seguridades y nuestras casas para dejarnos inermes, en medio del visionado, resonando con la fragilidad y la trémula humanidad de estos ciudadanos de Dolores, testigos y padecientes de ese tornado que los zarandeó y que, ahora, la palabra convoca.
En “El viento nos dejará” sentados en una silla, los personajes recuerdan. Además, el documental trasciende el recuerdo y la memoria, para convertirse en un ejercicio de humanidad, donde estos personajes elaboran su aquí y su ahora, sus cicatrices, sus sombras.
La mirada de Pablo Martínez Pessi es única, porque nació en Dolores y allí vivió 20 años, hasta que se trasladó a Montevideo para estudiar Comunicación Audiovisual. Cada tanto regresa a su ciudad natal para visitar a su familia. Como lo hizo aquel 15 de abril de 2016 “cuando fuimos a pasar el fin de semana y llegamos 15 minutos después de que pasara el tornado. Por suerte mi familia estaba bien y los daños en la casa de mis padres y su negocio no fueron graves. Pero cuando salí a caminar por Dolores y vi todo el destrozo que el tornado había provocado en las casas, plaza, edificios, y que la gente que me había visto crecer estaban heridos y llorando frente a sus hogares destruidos, sentí una tristeza muy profunda porque no era la Dolores que yo conocía y entendí que no lo volvería a ser”.
“Cuando comenzamos el proceso de investigación comprobamos que hay mucha gente que quiere hablar, que quiere contar lo que le sucedió. Las vidas de estas personas se vieron sorprendidas por un hecho atípico que los cambió para siempre. Esto nos recuerda lo vulnerables que somos frente a hechos a los que creemos que estamos preparados, como la muerte, una pandemia, un tornado de 330 km/h o cualquier otra cosa que altere nuestra vida. Es por eso y mucho más, que esta película abre ese espacio para que ellos, con sus voces y sus rostros, nos hagan parte de su historia y reflexionemos sobre la nuestra”, agrega.
