La selección uruguaya de fútbol trabajó ayer con 24 jugadores a disposición, pero seguramente será hoy cuando el entrenador Oscar Tabárez comience a delinear cuál será el equipo titular que enfrentará mañana a Perú, de visita en Lima, en el primero de los tres partidos que conformarán la maratónica triple fecha de eliminatorias. Con los problemas sabidos por las bajas de Suárez y Cavani, además de la de Coates, la Celeste trabaja pensando en disimular las ausencias y masca bronca por la situación vivida con los clubes europeos.
“Es todo un circo que lamentable, nadie piensa en el jugador de fútbol. Todos piensan en la conveniencia propia y cada vez que hay una convocatoria solo hay problemas nunca una solución, y los jugadores de por medio”, se descargó José María Giménez al llegar a Montevideo.
Ayer, la selección trabajó en el gimnasio bajo techo y luego se trasladó a una de las canchas, en las que se realizaron ejercicios con pelota.
El único jugador que resta integrarse es Martín Cáceres, uno de los últimos convocados, que se sumará al plantel tras el partido ante los incaicos.
Hoy será tiempo de trabajar desde la hora 10, aguardándose que Tabárez pare en cancha al equipo presuntamente titular, ya que luego se viajará a Lima, donde mañana se jugará el partido desde la hora 22 denuestro país, en el Estadio Nacional.
Son pocas las piezas con las que el entrenador tendría dudas para conformar el equipo titular. Muslera estará en el arco, y seguramente atrás se integren Nahitan Nández, José María Giménez, Diego Godín y Matías Viña. En la mitad de la cancha estarían Matías Vecino, Federico Valverde, Rodrigo Bentancur, con Giorgian De Arrascaeta más adelantados. Y sin Suárez y Cavani, tomarían la posta Maximiliano Gómez y Jonathan Rodríguez.
Mientras la Celeste intenta hacerle frente a los problemas de cara a esta triple fecha en la que luego se recibirá a Bolivia el día 5 y a Ecuador el 9, en ambos casos en el Campeón del Siglo, recibió la noticia de que cuando juegue el 14 de octubre de visita ante Brasil, deberá hacerlo nada menos que en Manaos, con un calor y humedad insoportables.