Un concierto para el reencuentro

Cristina García Banegas durante el concierto.

Los dos últimos años han sido complejos para todos los sectores de la sociedad, y también para la Comisión del Órgano Histórico de la Basílica Nuestra Señora del Rosario. Por eso, es una muy buena noticia que el domingo, con la presentación de Cristina García Banegas, hayan regresado los conciertos presenciales con el emblemático instrumento.

La velada comenzó con palabras del sacerdote Ruben Avellaneda, párroco de la Basílica desde el 1° de febrero. En su alocución celebró el retorno de la presencialidad, y tras varias referencias a la riqueza cultural e histórica de Paysandú y a otros aspectos de la realidad local que ha venido descubriendo, destacó especialmente el incansable trabajo de la Comisión del Órgano Histórico, “que hace tiempo que está funcionando, que se reúne,que colabora, que piensa”. Luego recordó la extensa trayectoria de García Banegas –destacada organista cuya vínculo con la Comisión y su apoyo permanente la han llevado a ser considerada la madrina del órgano–, para luego cederle la palabra.

Para la concertista, Paysandú es su segunda casa. “Es un lugar donde me siento más que feliz, donde me siento acogida de la manera más cálida, espiritual y entusiasta”, manifestó. “Es nuestro deber en esta vida dar a conocer y recrear la música para el rey de los instrumentos,como lo llamó Wolfgang Amadeus Mozart. Siempre, dentro de mis posibilidades, yo vendré aquí. Es mi deber y mi gran felicidad”, agregó.

Música rescatada

Al igual que el trabajo discográfico más reciente de la organista –“Zipoli: olvidados y ocultos”–, el programa del concierto estuvo conformado por obras del compositor Domenico Zipoli. Nacido en 1688 en Prato, Italia, que llegó a ser reconocido en su época como un gran organista y un extraordinario compositor. Editó dos libros en Roma, uno con sonatas para órgano y otro con piezas para clavecín. Tras vivir un tiempo en Sevilla, desapareció de la escena europea. “Escribía para la iglesia, música instrumental y vocal. Pero sintió el llamado de Dios y decidió venirse a nuestra América”, relató García Banegas, Incorporado a la Compañía de Jesús, se estableció en la ciudad de Córdoba, desde donde “formó musicalmente a muchos fieles, y alumnos” y continuó creando.

“De manera muy inteligente, se dedicó a escribir su música y a adaptar música de otros contemporáneos italianos, entre ellos Arcángelo Corelli”. Esas músicas se tocaban en las Misiones Jesuíticas, y hoy se encuentran en archivos coloniales bolivianos como el de la Iglesia de Concepción, localidad ubicada en Santa Cruz de la Sierra, en la denominada Chiquitania. Cristina ya había grabado algunas, pero lo que llevó a que las reuniera en un disco fue una sugerencia del musicólogo argentino Bernardo Illari, “que reunió esas obras, y las agrupó a la manera de sonatas”. Son obras creadas para ser tocadas en instrumentos pequeños, órganos de un solo teclado”, que eran los que había en la región boliviana de la Chiquitania en el momento histórico en se escribieron y se tocaban. Esos instrumentos ya no existen; por guerras y otros motivos, no sobrevivieron al paso del tiempo. Para grabarlos con un órgano de la época del compositor, la organista viajó a Rezzato, Brescia, Italia, donde se encuentra uno. Para el concierto en Paysandú las adaptó al órgano romántico de la Basílica, tocando básicamente en los teclados superiores y tocando muy poco la pedalera, pero con un gran trabajo en torno a los registros del instrumento, logrando sugerentes juegos de sonidos.

Un recuerdo para José

Olga Fuletti, en representación de la Comisión del Órgano de la Basílica, agradeció especialmente al organero Jaime Camps, quien llegó desde Montevideo para poner a punto el instrumento, y a las profesoras Gloria Vivián y Laura Sarlo, “nuestras organistas, que estuvieron también al pie del cañón, ayudando para ponerlo en órbita, y escucharlo con el placer que lo hacemos siempre”. Los agradecimientos se extendieron a socios, auspiciantes y colaboradores, medios y autoridades que colaboran con la comisión. Hubo también un momento para recordar a José Rivero Horta, miembro fundador de la comisión, fallecido el 9 de setiembre, a quien García Banegas dedicó el concierto.