La faena de vacas y el precio del ternero guardan una relación inversamente proporcional. Y es lógico, ya que la vaca tiene dos destinos posibles –mantenerse en el rodeo de cría o engordarse y ser enviada a faena–, y cuando el ternero no vale no hay incentivos para la primera alternativa, sostiene un informe de la consultora Tardáguila Agromercados.
Lo inusual de la situación actual es que el precio del ternero está en ascenso, alcanzó promedios históricos de más de U$S 3 el kilo en las pantallas y, sin embargo, el envío de vacas a faena mantiene la senda de crecimiento. Inusual, pero también lógico, porque al pagarse más de U$S 1.200 por una vaca que se va a frigorífico, la opción rodeo de cría sigue quedando relegada.
Tardáguila analiza que esta inusual situación de precios en alza del ternero y faena creciente de vacas puede conformar en un mediano plazo un escenario muy atípico, porque el actual desequilibrio a favor del precio del gordo puede dar pie a otro absolutamente contrario en el que la escasez relativa de animales de reposición dispare de forma inusitada su precio y también la relación de reposición, apretando los márgenes de las invernadas y de los corrales que han sido los grandes beneficiados en el último año.
El informe reconoce que hay incentivos para acelerar el apronte de las vaquillonas, que se inseminan a los 15 meses y que, de esa manera, se compensa parcialmente la mayor extracción de vacas del rodeo de cría. ¿Pero será suficiente para satisfacer la demanda?, se pregunta también. En base al contexto internacional actual, la demanda por carne vacuna en el mundo parece que seguirá firme en el mediano plazo o algo más. En este mar plagado de cisnes negros por el que se navega en los últimos años, no hay nada garantizado, pero las perspectivas son de precios firmes para la carne vacuna exportada, asegura Tardáguila.
Las inversiones a nivel de invernadas y corrales demandarán cantidades crecientes de animales de reposición que, probablemente, no estén. Como siempre, un bien que escasea tiene más valor. El próximo entore, 2022-23, serán los terneros que nacerán en la primavera 2023 y que se destetarán en el otoño de 2024. El rodeo de cría va a ser algo menor. Para compensar esa caída, la tasa de destete debería aumentar en el entorno de 3%. Sería la forma de llegar a 2,9 millones de cabezas, sin mayores variantes respecto a los niveles actuales. Hoy la situación está dada para que los terneros de esa generación tengan un precio muy atractivo. Las vacas que preñarán esos terneros son las que se empiezan a aprontar en los próximos meses para el entore. Por cómo están las cosas, parece lógico apostar una ficha a que ese vientre se preñe. Tan lógico como en la actualidad es engordarlo y enviarlo a faena, arriesga el informe.
MERCADO
Una semanas más de dinamismo y firmeza para el mercado de las haciendas gordas con destino a faena, en base a lo que han señalado distintos operadores consultados por Tardáguila Agromercados.
Lejos de lo que pasa en estos días en los principales centros de demanda de carnes, el precio del ganado en Uruguay siguió subiendo y cada vez que los diferentes actores del mercado estiman que se ha llegado a un techo, el mercado sorprende con un nuevo ajuste.
Varios consignatarios dijeron que había que esperar al impacto de la semana de turismo, y poco de eso pasó, más bien todo lo contrario.
Esta semana, el novillo especial de punta ha llegado a comercializarse en el entorno de los U$S 5,45 a U$S 5,50, incluso hubo un negocio el día miércoles de “algunos centavos por encima de eso”.
“Si hace un mes me decías que el gordo iba a llegar a U$S 5,50 no te creía, pero llegó” dijo uno de los consultados, reafirmando sobre esa frase en que no se anima a señalar sobre si ese techo llegó o si va seguir subiendo.
Para la vaca la situación no es distinta, con las mejores de punta que se negociaron en esa semana en el entorno de U$S 5,15 y U$S 5,25, mientras que la vaquillona que sigue con poca oferta, está en U$S 5,35, con algún negocio puntual en U$S 5,40.
