El arma de seducción: el peso de la historia y las raíces

El 21 de agosto Peñarol jugará en el Estadio Centenario la Intercontinental Sub 20 ante Benfica, y el partido que reeditará la final del torneo disputado en mayores en 1961 será otro banco de pruebas importante pensando en un objetivo que parece descabellado, pero que sigue tomando forma: el Mundial 2030.
La candidatura de Uruguay, Argentina, Chile y Paraguay toma forma, y cada vez más. Sobre lo que en su momento parecía una utopía, los cuatro gobiernos y sus respectivos Ministerios de Deportes tienen en claro a qué hay que apostar para tentar a FIFA para que, a la hora de definir, vuelque la balanza para esta candidatura: la historia y la vuelta a las raíces.

La Intercontinental Sub 20 servirá para interiorizar a las autoridades de UEFA y FIFA sobre la idea. Es más: se pretende montar un espectáculo grande, para la familia, y con un par de sorpresas que están por confirmarse, entre ellas un juego entre estrellas de América y Europa.

Las finales de la Sudamericana y Libertadores del pasado año fueron el puntapié inicial para demostrar que Uruguay puede recibir este tipo de competencias internacionales. Y siempre mirando al Mundial de reojo. Y la misma fiesta tienen en mente el gobierno, la AUF y Conmebol, para la Intercontinental. Es más: a finales de mes se espera una delegación de Conmebol para dialogar con los diferentes ministerios.

Pero ¿realmente se puede apostar a que el Mundial 2030 llegue a Sudamérica? La respuesta que brindaron a EL TELEGRAFO algunas fuentes es que sí. Es más: se tiene en claro que se pondrá sobre la mesa a FIFA que el peso de la historia y la vuelta a las raíces (pensando en que en 2030 se celebrarán los primeros 100 años de la primera Copa del Mundo, jugada en Montevideo) es algo que debe abrazar indefectiblemente.

Además, los cuatro países dejarán en claro que el fútbol debe terminar con la fastuosidad de los escenarios que luego, en la mayoría de los casos, no son utilizados. Y se pretende generar un Mundial sustentable para no sumergirse en la locura de construir nuevos estadios sino adaptar los existentes.
La otra gran pregunta es qué pasa con los cambios de gobierno en cada uno de los países, a la hora de empujar la candidatura. Y en ese sentido, se pensó en crear una Corporación Juntos 2030, con sus propios estatutos, para trabajar independientemente.