Grandes logros, enormes desafíos

Los últimos días han quedado escritos y principios de agosto ha quedado como un momento de grandes logros y merecidos festejos para el deporte uruguayo y, en particular, para ciudades litoraleñas como Paysandú y Mercedes que vieron crecer y desarrollarse a jóvenes deportistas que hoy son motivo de orgullo y reconocimiento.

Manuela Rotundo (Paysandú) y Felipe Klüver (Soriano) nos han dado de las más gratas noticias no sólo por su triunfo deportivo en escenarios mundiales sino porque sabemos a conciencia que ellos constituyen un punto de inflexión en sus jóvenes trayectorias deportivas y porque, además, posicionan a Uruguay en el mapa deportivo internacional.

No es menos meritoria –y además un hecho sin precedentes en la historia del remo uruguayo para la rama femenina– la clasificación de Paulina Centurión y Tatiana Seijas a la final del Mundial Sub 23 de Italia.
El regreso de Luis Suárez al país, y la pasión de multitudes que esto provoca, son también otro componente fundamental del panorama deportivo de los últimos días y un espectacular telón de fondo de la mano de un futbolista consagrado que también la luchó muy de abajo y logró algo que miles de gurises desean y muy pocos logran.

Las historias de vida no sólo son utilizadas como método de investigación descriptiva para conocer las personas y el mundo social que las rodea, sino que tienen el valor y el potencial de revelar el trabajo que hacemos con uno mismo cuando perseguimos un propósito.
En este sentido, una rápida mirada a las historias de vida de estos dos jóvenes deportistas litoraleños que vuelven con medallas nos los presenta en su ciudad natal, haciendo cosas que haría cualquier adolescente hasta que un día, casi fortuitamente, toman contacto con aquello que hoy los ha llevado al podio mundial.
Felipe Klüver, el remero mercedario que acaba de consagrarse en Italia como campeón del mundo en la categoría single peso ligero al obtener medalla de oro en el Mundial de Remo Sub 23, luego de salir sexto junto a Bruno Cetraro en los Juegos Olímpicos de Tokio, comenzó a remar hace siete años. En una nota concedida a El País tiempo atrás, contó que en 2015 estaba en Mercedes cuando un día fue a acompañar a remar a un amigo. Si bien él no practicaba ese deporte y se quedó esperándolo a que terminara la práctica, tuvo luego una invitación ya que el profesor de la escuelita de remo, Carlos Meléndrez lo invitó “a subir a una canoíta”. “Yo de corajudo porque no sabía nadar y no había tenido contacto con el río me subí y desde ese momento me encantó”, contó el sorianense que se convirtió ahora en el primer uruguayo en tener el título que hoy ostenta. La sanducera Manuela Rotundo, lanzadora de jabalina, ha expresado públicamente su orgullo y felicidad por ganar una medalla de bronce para Uruguay en el Mundial Sub 20 de Atletismo en Cali (Colombia), algo que seguramente no soñaba cuando practicaba atletismo en el liceo y fue “descubierta” por un entrenador que observó sus cualidades físicas para el lanzamiento. “En el liceo hacía atletismo (salto largo y disco) y lo compartía con el vóleibol al mismo tiempo. Un día durante un torneo de vóleibol estaba presente Julio (Acosta), me vio y me invitó a entrenar jabalina porque dijo que tenía velocidad en el brazo y además la técnica del lanzamiento tiene similitudes con el saque y pegada del vóley (…) Ahí empecé, me motivé, fui consiguiendo objetivos y sigo entrenando hasta el día de hoy con todas las ganas. Este bronce es un espaldarazo más”, dijo en un artículo publicado en Montevideo Portal.

De esta manera, la existencia de clubes deportivos locales, las plazas de deportes y la práctica del deporte en competencias liceales se constituyen en elementos fundamentales en el inicio de la trayectoria de estos y otros deportistas, siendo además importantes engranajes del complejo universo deportivo uruguayo en el que cada deportista que llega a los objetivos planteados deja tras de sí un camino lleno de sacrificios, desafíos y desvelos propios, familiares y de los equipos que los acompañan.

Si para muestra basta un botón, cabe señalar que la sanducera Manuela Rotundo –quien además fue oro en el Sudamericano Sub 18 que se realizó en Encarnación, Paraguay y previamente plata en la competencia continental Sub 20 de Lima, Perú en el 2021– obtuvo su medalla de bronce compitiendo con jabalina prestada, dado que la falta de 500 dólares extra impidieron que pudiera viajar con la suya. “Es que llegamos hasta el aeropuerto, y nos querían cobrar 250 dólares de ida y otros 250 dólares de vuelta para llevar las jabalinas. Me costó mucho encontrar una. En el primer lanzamiento encontré una que no me quedó muy bien, luego probé con la que estaba usando una chilena-finlandesa, y me quedó bien. Pero si te ponés a buscar una jabalina se te pasa la competencia”, dijo en declaraciones a EL TELEGRAFO. Aún así selló su lugar en el podio con un 55,11, muy cerca del 55,81 con el que en el Iberoamericano de España batió el récord nacional absoluto e hizo historia cosechando la primera medalla mundialista de la categoría para nuestro país.

Seguramente existen muchos más ejemplos y anécdotas de las dificultades que encuentran nuestros deportistas cuando nos representan en competencias internacionales… y aún así se las ingenian para ganar y mostrar su valía.
Entonces, ese mismo motivo de orgullo que nos provocan cuando ganan el que debería hacernos también dimensionar el esfuerzo y reflexionar sobre la importancia de que nuestros jóvenes tengan posibilidades reales de desarrollar carreras profesionales deportivas, en el entendido que ello requiere de dedicación absoluta y exclusiva durante sus mejores años y luego –en la mayoría de los casos y casi con las pocas excepciones de los futbolistas que ganan fortunas en la grandes ligas– esas personas deben continuar sus vidas y subsistir como cualquier ciudadano.

Es verdad que las políticas de apoyo al deporte competitivo han mejorado en los últimos años y que la Secretaría Nacional del Deporte tiene un rol fundamental en cuanto a lograr los apoyos necesarios para los atletas dentro de las posibilidades de Uruguay, pero no es menos cierto que un deportista de alto rendimiento debe enfrentar costos elevados y que vivir de la práctica deportiva es, en general, un negocio poco rentable. Es necesario continuar trabajando e introduciendo mejoras en estos temas en el marco de políticas públicas nacionales –que fortalezcan los sistemas de becas y otros apoyos y acompañamientos– así como el fortalecimiento de la necesaria vinculación del deporte con los ciudadanos a través de las vías y mecanismos hoy existentes y seguramente otros nuevos. Se trata de temas que la actualización del Plan Nacional Integrado de Deporte para el período comprendido hasta 2024 necesariamente debería incluir y considerar.