Legado guaraní misionero: pasado, presente y futuro

En el marco del Día del Patrimonio, el sábado tuvo lugar en el salón comunal de Arbolito una charla sobre la presencia misionera guaraní, a cargo del investigador independiente Daniel Cortazzo. Unas 50 personas asistieron al salón que está ubicado en el camino vecinal que une las localidades de Tambores, Piedra Sola, Tiatucura y Morató, al que se accede tanto desde Ruta 5 como desde Ruta 26.
Cortazzo dijo a EL TELEGRAFO que “la localidad de Arbolito está inmersa dentro de lo que denominamos la cultura guaraní misionera, está llena de vestigios de esa cultura y también de descendientes de esa gente que fue la primera que en tiempos históricos trabajó en ese lugar”. Agregó que “yo siempre pregunto si es posible que nos imaginemos un Uruguay sin vacas. Acá tuvimos la oportunidad porque estuvimos dentro del territorio de la gran Estancia de Yapeyú, una estancia que arrancó allá por el año 1660 y llega hasta el año 1801, cuando el virrey Márquez de Avilés termina con las propiedades descomunales”.

Refiriéndose a la charla, Cortazzo contó que “hicimos un repaso por el pasado, el presente y el futuro de la zona. Porque lo fundamental primero es conocer, si lo ignoramos no vamos a darle importancia. Segundo, una vez conocido no vamos a tomarlo como un monumento, porque es un bien patrimonial que puede ser bien gestionado de manera que, dadas las nuevas características del turismo, podamos proveer de un ingreso a la gente que vive en esos lugares tan apartados de las rutas de mayor circulación y que se merecen, obviamente, una mejor calidad de vida. Al ser ellos los beneficiarios vamos a tener la mejor policía para el mantenimiento de ese patrimonio, pensando en la identidad de nuestro país, del norte uruguayo, que siempre ha sido ninguneada por la historiografía oficial”.
Por otra parte, señaló que “más que investigador independiente, soy un militante de la causa guaraní, soy un apasionado de esta cultura que descubrí, digamos, cuando crucé el río Negro hacia el norte. Me dejó asombrado la cantidad de gente que se va sumando; yo lo que hago es sembrar semillas, que cuando caigan en tierra fértil germinarán, y espero que el día que yo me vaya sean muchos los que sigan con el tema”.

El historiador aseguró que “es necesario patrimonializar todo esos vestigios, porque hay antecedentes de algunos que se han destruido y, sobre todo, lograr que se declare patrimonio de la humanidad, porque sin esto los pueblos misioneros no hubieran existido. La idea es ir poniendo el tema en la cabeza de la gente, que se pregunte, que se discuta, que se argumente. Hace dos años nadie hablaba de esto y estamos logrando que la gente hable, hay una gran avidez por conocer del tema, esto es importante”.