“Hoy somos conscientes que si preñamos un 30% tiramos manteca al techo”, dijo productor de Ruta 26

El efecto de la sequía ya se está viendo en los rodeos, pero los problemas mayores se enfrentarán en la próxima primavera con el nacimiento de una menor cantidad de terneros. En el departamento de Paysandú hay zonas muy comprometidas, como en Guarapirú, en donde Eduardo Filliol Barreiro señaló que el entore se hizo como es habitual, “y pensamos en unos 30 días hacer ecografías a los vientres. Somos conscientes de que si preñamos un 30%, tiramos manteca al techo”. Puntualizó que en Piedra Mora “estamos acostumbrados a preñar entre 82 y 84 por ciento del ganado, por lo que será un golpe importante”.
Comenta el productor sanducero que “desde hace meses que se arman tormentas y se suceden los anuncios de lluvias, pero acá nunca llegan, por lo que hoy decimos: ver para creer, y hasta que no llueva en realidad no nos hacemos ilusiones”.

En el diálogo con EL TELEGRAFO, explicó que “en el predio que tenemos en la zona de Arroyo Malo estamos algo mejor que en el establecimiento Piedra Mora, que está en Guarapirú. En las cercanías de Quebracho está más verde, y aunque no hay volumen de pasto, por lo menos está más verde, producto de que las lluvias han acompañado un poco más en las últimas semanas”.

Pero en el caso del predio de Ruta 26, “estamos como con un paraguas. Mirás a lo lejos y es un desierto, con colores amarillos y negros, y en algún lugar el verde de algún cultivo de soja que también viene sufriendo con la falta de agua”.
En el manejo del ganado, señaló que “está siendo todo muy complejo, porque tuvimos que hacer destete precoz a todo el ganado en general. El 100% del ganado está comiendo suplemento, que consiste en cascarilla de arroz y fardos, porque no tienen otra cosa para comer”.

Hoy pensar en preñar una vaca “es secundario”, enfatizó Filliol. “Actualmente tratamos de salvarlas y sabemos que en toda esta zona será malísima la preñez de los vientres, por todo lo que ha generado el déficit hídrico, y porque fundamentalmente no tenemos nada de pasto”. Y aclaró que “esto no empezó en enero, ya que de acuerdo a los registros que tenemos en el establecimiento, agua de 40 milímetros desde octubre que no tenemos en Guarapirú”.

Recordó que un día en enero “llovió 33 milímetros y después no tuvimos absolutamente ni una gota más de agua, incluso con varias jornadas con temperaturas por encima o cerca de los 40 grados, lo que nos ha jugado muy en contra en todos los aspectos de la producción”.

Consideró que esta seca “la vamos a pagar el año que viene y para adelante estaremos muy complicados”, dijo. Conversando con un amigo que está en el sector agrícola, Filliol sostuvo que “al que le va mal en esta zafra de verano, tendrá la posibilidad de seguirla peleando en la que viene de invierno, pero el de la ganadería al ser un ciclo más largo, lo comenzás a ver el año que viene con la producción de terneros, y en un año veremos la pérdida de esta categoría, y los kilos de las vacas, por lo que para adelante será muy complicado”.

DESTETE

En principio Filliol Barreiro destetó los terneros más grandes, arriba de 80 kilos. “A medida que faltaban las lluvias y el déficit hídrico crecía, se destetó el resto, con ejemplares que incluso en algunos casos no llegaban a los 70 kilos, pero tuvimos que hacerlo igual para salvar a ese animal y también a la madre”.
Los terneros, en la actualidad “están en las plazoletas a fardos de trébol y ración de terneros. La primera semana fue con Acelerador, con mayor potencia en proteína, y después pasan a Terneros 1 y Terneros 2”. Precisó que “no te digo que feedloteado, pero prácticamente lo es, porque no tienen pasto los campos, entonces están cerca de la casa con fardos, ración y agua”.

COSTOS

Hoy los costos son elevados, tanto para darle de comer al ternero, como para salvar a la vaca. “La cascarilla de arroz debe importarse porque no hay en Uruguay y se la trae desde Argentina. Además, se incrementó el costo del fardo. Lo que antes se conseguía por 15 dólares, hoy vale entre 30 y 40 dólares para conseguir un fardo de paja, siendo netamente fibra”.

Importancia del ovino

En estos tiempos de sequía la oveja “viene bien”, resalta Filliol. De todas maneras, sostiene que “también ha sido un año duro, porque sanitariamente a la oveja le cae bien la seca, pero no tanto, porque alguna categoría de ovejas se complica y tuvimos que racionarla”.

Mencionó que ya comercializó la lana. “La vendimos hace unos 15 días a U$S 10,05, lo que consideró que “no es un mal precio, pero la situación que se atraviesa lleva a tener que venderla, porque precisábamos el movimiento”.

Y dejó en claro que “el ovino es nuestro caballito de batalla. A la lana la vendés un dólar a dos más barata o más cara, pero la sacás de la oveja y ésta sigue produciendo, además de dejarte un cordero al año”, precisando que “quienes tenemos lana fina, trabajando en certificaciones, son plus que te permite sacar la producción adelante, a pesar de sequías y te sigue defendiendo”.