Lo que se sabe del descarrilamiento del tren en Ohio

A principios de febrero, un tren que transportaba sustancias químicas tóxicas se descarriló en el Este de Ohio, lo que provocó un incendio que cubrió de humo el pueblo de East Palestine. Temerosas de que se produjera una gran explosión, las autoridades delimitaron una zona de evacuación y llevaron a cabo una emisión controlada de gases tóxicos para neutralizar la carga en llamas dentro de algunos de los vagones del tren.

Los residentes temían por su salud, mientras aumentaba la preocupación por el efecto que el descarrilamiento y el incendio podrían tener en el medioambiente y la red de transporte.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos (NTSB, por su sigla en inglés) sigue investigando la causa del descarrilamiento.
El tren, operado por Norfolk Southern, transportaba productos químicos y materiales combustibles, pero es el cloruro de vinilo, un gas tóxico inflamable, el que más preocupa a los investigadores. El descarrilamiento provocó un gran incendio que envió una densa humareda al cielo y a la ciudad.

¿Ha habido daños al medioambiente?

El 10 de febrero, la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés) informó que unos 20 vagones transportaban materiales peligrosos. Según la EPA, “se sabe que se han liberado y se siguen liberando” al aire, al suelo y a las aguas superficiales sustancias químicas como cloruro de vinilo, acrilato de butilo, acrilato de 2 etilhexilo y éter monobutílico de etilenglicol.

El 12 de febrero, la EPA, tras controlar el aire, declaró que no había detectado contaminantes a “niveles preocupantes” en East Palestine y sus alrededores, aunque los residentes podrían seguir percibiendo olores. En colaboración con Norfolk Southern y la Agencia de Gestión de Emergencias del condado de Columbiana, la EPA había analizado el aire de unas 290 viviendas hasta el 13 de febrero, y afirmó no haber detectado cloruro de vinilo ni cloruro de hidrógeno, que podrían causar problemas respiratorios potencialmente mortales.

El 13 de febrero, otras 181 viviendas seguían pendientes de análisis, según la agencia.
Temiendo una explosión, las autoridades realizaron el 6 de febrero una liberación controlada de los materiales tóxicos de cinco vagones cisterna, y el contenido se desvió a una zanja y se quemó.

Se estaban tomando medidas de precaución en toda la región, sobre todo en los estados que usan agua del río Ohio.
La filial de Virginia Occidental de American Water, que presta servicios de abastecimiento de agua en 24 estados, declaró el 12 de febrero que no había detectado ningún cambio en el agua de su toma del río Ohio. Aun así, la empresa instaló una toma secundaria en el río Guyandotte por si fuera necesaria una fuente alternativa. La filial, que abastece a más de medio millón de personas, dijo que también había mejorado sus procesos de tratamiento.

Residentes evacuados

Justo después del descarrilamiento, entre 1.500 y 2.000 residentes de East Palestine recibieron la orden de evacuar la zona. Las escuelas permanecieron cerradas durante toda la semana, al igual que algunas carreteras. Norfolk Southern dijo que había donado 25.000 dólares para ayudar a la Cruz Roja Estadounidense a establecer refugios y hacer frente a la afluencia de personas.

El 6 de febrero, DeWine amplió la orden de evacuación para incluir a cualquier persona en un área de 1,5 por 3 kilómetros alrededor de East Palestine, que abarcan partes de Ohio y Pensilvania.
El 8 de febrero, la oficina del gobernador anunció que se permitía a los residentes regresar a sus hogares después de que las muestras de calidad del aire midieran los contaminantes por debajo de los niveles preocupantes. La planta de tratamiento de agua de East Palestine declaró que no había observado efectos adversos. Norfolk Southern aseguró en un comunicado que sus propios expertos y contratistas estaban analizando el agua de pozos privados, aunque se animó a los propietarios a utilizar agua embotellada.