Centro Vidart recibió biblioteca especializada en antropología, de más de mil ejemplares

Andrés Oberti, Líber Acosta,Teresa Porzecanski, Ana Ribeiro, Nicolás Olivera.

Quedó habilitada la nueva biblioteca del Centro de Documentación e Investigación Daniel Vidart, conformada fundamentalmente por más de un millar de libros recientemente donados por la antropóloga Teresa Porzecanski, alumna y colaboradora del antropólogo e investigador sanducero que da nombre a ese espacio.
En la ceremonia de habilitación participaron el intendente Nicolás Olivera y la subsecretaria de Educación y Cultura, Ana Ribeiro, acompañados por el secretario general de la Intendencia, Fermín Farinha, el director de la sede Paysandú del Cenur Litoral Norte, Líber Acosta, el director de Cultura de la Intendencia, Eugenio Pozzolo, la responsable de la donación, la antropóloga Teresa Porzecanski, y el encargado del centro, Andrés Oberti.

Ana Ribeiro relató los pormenores de la donación de la biblioteca especializada en antropología y ciencias sociales. “Teresa (Porzecanski) me llamó desde Israel, donde vive y me dijo: ‘Tengo que hacer algo con mi biblioteca, yo te doy los libros y vos decidí adónde van’. Fue así de protocolar. Yo pensé enseguida en el Interior, eso lo tenía clarísimo, Montevideo ya tiene bastante. Y después pensé dónde en el Interior. Donde haya materia prima demandante de alumnos, con amor por los libros. Donde se sepa su importancia. Esta es una biblioteca refinada. Intelectualmente compleja, actualizada. Con libros en más de un idioma”.

“Acá hay una biblioteca con un acervo importante, que lleva nada menos que el nombre de Daniel Vidart, que tiene antecedentes de gente que supo buscar y supo atesorar los libros. Así que me pareció una de esas verdades reveladas que parte de la biblioteca de Teresa Porzecanski tenía que venir a Paysandú”, destacó.
El intendente Olivera aseguró que esta nueva donación constituye “un acto de tremenda generosidad, por cuanto estos libros, esta documentación, alimentarán y darán sustento teórico a muchas investigaciones, a la formación de muchos estudiantes, en quienes también fortalecerán el espíritu crítico”.

“Este material –agregó– se encuentra ahora en un lugar donde será debidamente valorado y donde seguramente dará frutos, constituyéndose en elemento de referencia en una ciudad que vive un momento de efervescencia, con la mayor matrícula universitaria del Interior del país y a punto de dar un salto en materia de infraestructura, con la generación de un campus que unificará todos los servicios”.

“Estos libros están en muy buenas manos y estamos trabajando para que estén en muchas y mejores manos”, enfatizó el intendente.
Líber Acosta recordó que “por estos tiempos Paysandú lleva adelante un proyecto universitario muy ambicioso, que demanda hechos concretos, como la importante donación realizada por Porzecanski, que permanecerá en el Centro Vidart a disposición de estudiantes y de todo quien esté dispuesto a indagar en una disciplina como la antropología, muy ligada a la vida universitaria de esta parte del país. Los estudiantes de nuestra sede tienen que recorrer, disfrutar y aprovechar todas las bibliotecas de la ciudad”.

“Me honra mucho que hayan recibido los libros, que han organizado esto; me siento realmente conmovida”, dijo en tanto Teresa Porzecanski.
Recordó que ella fue estudiante de Daniel Vidart y luego de recibida “fui su ayudante”. Cuando Vidart se trasladó a Colombia, donde residió varios años, “me tocó la responsabilidad de dar todos sus cursos universitarios; que cuando regresó no lo retomó. En ese ínterin se fundó la Facultad de Ciencias sociales en Montevideo y yo era la responsable de todas las variedades de antropología”.
“Paysandú, el centro Daniel Vidart gana. La ciudad, la Universidad, la Intendencia –todos– estamos tremendamente contentos y especialmente agradecidos por este acto de generosidad. Que es algo mágico, porque desprenderse de esos libros no es fácil. Se desprende de parte de una vida. Por eso es importante que sepan que tienen un lugar en el que valoramos eso. Una biblioteca, en este caso el centro Daniel Vidart, es un lugar en donde se acumulan cosas y donde le sacamos el jugo de las cosas que se acumulan”, subrayó Nicolás Olivera.