Los precursores y visionarios que en Abril de 1973 crearon las Jornadas de Buiatría “definieron claramente que serían “jornadas” y no un congreso tradicional más, una instancia teórico-práctica, con contenidos novedosos, con fuerte rigor científico pero aplicados y útiles para el veterinario de campo”, señaló en su oratoria el doctor Rodolfo Rivero, presidente del Centro Médico Veterinario de Paysandú (CMVP).
Este objetivo de “jornadas y no congresos” que inspiraron “a nuestros pioneros, sigue intacto y contribuye –a nuestro entender– a la vigencia de las mismas”, acotó en su alocución, ante la atenta mirada del presidente de la República, doctor Luis Lacalle Pou y demás autoridades.” La elección de los temas, y sobre todo de los disertantes y su nivel, no dudamos que explican en gran medida los logros obtenidos”.
Señaló que “han pasado más de 50 años que 12 socios fundadores, el 16 de noviembre de 1971 decidieron formar el Centro Médico Veterinario Paysandú. Todos motivados y estimulados en crear y desarrollar actividades de capacitación en apoyo de la profesión veterinaria, fundamentalmente para los veterinarios de campo que trabajaban en los distintos sistemas de producción”.
En ese proceso, el 13 de abril del año 1973, se realizan las Primeras Jornadas Uruguayas de Buiatría destinadas a profesionales tanto liberales como oficiales principalmente del Interior del país, con menores oportunidades de actualización técnica. También el intercambio social y gremial fue un objetivo establecido para una profesión diseminada por el país y de pocos integrantes en ese momento.
A partir de esos 12 socios fundacionales “a quienes rendimos un merecido homenaje, han pasado diversas directivas y comités organizadores, pero lo que se mantiene inalterable es el espíritu de grupo, de trabajo en equipo, de compromiso y de esfuerzo desinteresado. Valores que aquel grupo de colegas fundadores de nuestro centro nos supieron dejar como un legado indeleble para las nuevas generaciones”.
En nombre de esos 12 pioneros, Rivero recordó y resaltó a dos de ellos: a los doctores Recaredo Ugarte y Miguel Dubra. Sus fuertes personalidades pertenecientes a diferentes colectividades políticas del país y referentes en ellas, nunca fueron motivo de divergencia o discusión. Por el contrario, siempre buscaron las coincidencias en el trabajo en equipo, en la claridad de objetivos y en el respeto de la diversidad de opiniones. Ambos siempre trabajaron como creadores de realidades, donde las dificultades no eran un impedimento para el desarrollo de las propuestas; con el firme convencimiento que trasmitían de que nada era imposible y las utopías se podían hacer realidad”.
En un país que está cumpliendo 200 años, “que una institución cumpla 50 años de organización de jornadas científicas –desde el interior del país–, en forma casi ininterrumpida, es un hecho histórico y destacable; motivo de orgullo, festejo y sobretodo, compromiso para el futuro”.
Más de 20.000 congresistas han pasado por este evento; sostuvo el titular de la institución organizadora. “Cientos de disertantes nacionales y de todo el mundo han compartido sus conocimientos teóricos y prácticos. Se han concretado además 8 Congresos Latinoamericanos y el recordado Congreso Mundial de Buiatría como un momento cumbre celebrado en Punta del Este en el año 2000. Todos los buiatras que ejercen en nuestro país en la actualidad han recibido aportes de estas jornadas, sea en forma presencial o a través de la información en formato de libro que se produce cada año en cada evento, tanto en papel como digital, siendo fuente de consulta permanente de toda la profesión”.
Expresó que “tampoco son muchas las oportunidades que la profesión tiene –como en Buiatría– donde se encuentran un número muy importante de colegas vinculados a la producción animal, toda la institucionalidad veterinaria, relevantes autoridades públicas y empresas del sector, con el acompañamiento, además, de la prensa local y nacional”.
Estas mismas Jornadas de Buiatría “también han sido testigos en estos 50 años, de etapas de crisis, con precios internacionales deprimidos, con fragilidad de los sistemas productivos y de las cadenas agroalimentarias, así como de episodios sanitarios relevantes como lo fue la Fiebre Aftosa en el año 2001, con severas consecuencias económicas, laborales y sociales”.
NOTABLE EVOLUCIÓN
Rivero resaltó “la notable evolución de la profesión veterinaria reflejada en estas mismas jornadas desde esos primeros años a la actualidad, donde en las primeras era principalmente el abordaje de casos clínicos a estas actuales, compuesta por 10 simposios y especializaciones, acompañadas del debido desarrollo tecnológico e informático”. Indicó que “no debemos dejar de recordar que, en un país básicamente agro dependiente, las limitaciones actuales al comercio de los productos de origen animal, no son solo arancelarias, sino todo lo que hace referencia a la Salud Animal e Inocuidad de los Alimentos. El mundo y los mercados exigen cada vez más vigilancia, más diagnóstico e inocuidad”.
Hace muchos años nadie pensaba que “íbamos a estar hablando hoy en estas mismas jornadas, de bienestar animal como un requisito para la producción y exportación de alimentos, estando todos comprometidos en el logro de una Salud, una mejor Salud Humana, Animal y Ambiental”.
El mundo y los científicos, “nos están avisando hace tiempo y han demostrado que la reciente pandemia de COVID-19, no van a ser ni la primera ni la última. Muchas de ellas de origen animal y zoonóticas. Son ejemplos actuales la Influenza aviar y Peste Porcina Africana, que afecta varios continentes, a los que debemos responder con sistemas de vigilancia eficientes y de rápida acción”.