Huellas institucionales en la salud mental de jóvenes que egresaron del sistema de protección

El pasado 4 de agosto la docente del Centro Universitario Regional (Cenur) Litoral Norte Estefanía Ronca defendió su tesis de maestría en Salud Mental de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Entre Ríos. La tesis, que refleja un trabajo de investigación llevado adelante durante un período de dos años, se denomina: “¿Que hay después de la institucionalización? Las huellas institucionales en la salud mental de jóvenes que egresaron del sistema de protección.
El trabajo que Estefanía Ronca aprobó con “distinguido 9” y una invitación a publicar en formato artículo en la revista científica de la fue tutoreada por la Magister en Salud Pública Cecilia Augsburguer.

“La investigación estuvo orientada a dilucidar los efectos que tienen los procesos de institucionalización en la salud mental de los jóvenes que durante su adolescencia transitaron medidas de protección en hogares de amparo, en modalidad de atención veinticuatro horas, de la ciudad de Paysandú”, explicó Ronca.
La investigación desarrollada se planteó “buscando problematizar acerca de las condiciones de vida de los jóvenes como consecuencia de los procesos previos, una vez que alcanzan la mayoría de edad”. La investigación se construye tomando como base el diálogo en la intersección de tres fuentes relevantes: la producción científica, las narrativas de los jóvenes y la perspectiva institucional desde el discurso de las autoridades.

Como principales resultados a los que se arriba, Ronca nos destaca “los vacíos institucionales en las respuestas y acompañamiento en los egresos del sistema de protección, sumado a que una vez egresados, no existen otras redes interinstitucionales y/o comunitarias que sostengan, acompañen y fortalezcan los procesos que deben enfrentar los jóvenes a sus dieciocho años; siendo además procesos que exceden el momento de la institucionalización, abarcando las situaciones singulares y contextuales previas al ingreso”.
La investigación nos plantea que “frente a la complejidad que abarcan los procesos de institucionalización, contemplando el nivel de daño con el que los adolescentes ingresan, el deterioro que se produce por la ruptura de la cotidianeidad, las respuestas frágiles frente al egreso y la ausencia de apoyo de redes institucionales una vez que se alcanza la mayoría de edad, evidencian la necesidad de generar respuestas complejas para una realidad que desborda la estructura de servicios y que requiere de prácticas adaptadas a las necesidades que la situación de los jóvenes en esta situación demanda”.