Con Enrique Rimoldi, la Comisión del Órgano continúa su proyecto de formación de organistas

Enrique Rimoldi junto a uno de sus alumnos, en el órgano Gamba y Comoglio de la Basílica.

Por iniciativa de la Comisión del Órgano Histórico de la Basílica Nuestra Señora del Rosario y San Benito de Palermo, y recreando la experiencia de años anteriores, una vez al mes se dictan clases de órgano en Paysandú, más precisamente en el órgano Gamba y Comoglio del templo. En 2022, el docente a cargo fue Matías Sagreras, organista argentino que luego se radicó en el País Vasco. En 2023, las clases estuvieron a cargo de la sanducera Lucía Castellanos Fernández. Y en 2024, las clases son dictadas por el argentino Enrique Rimoldi, organista titular de la Catedral Primada de Buenos Aires, quien en los últimos años ha creado un vínculo muy cercano con Paysandú. Organista y organero de prestigio internacional, ha visitado la ciudad en varias oportunidades para ofrecer conciertos y colaborar en el mantenimiento del órgano. A esas actividades se suman ahora sus visitas como docente.

Diversidad y desafíos

Rimoldi comenzó a impartir clases en Paysandú hace poco más de un mes. Aunque la asistencia puede variar, el promedio de participación es de seis alumnos, con perfiles diversos, informó. “Algunos saben tocar el órgano por haber ya tenido la experiencia, con otros profesores; otros vienen del piano; otros quieren retomar porque dejaron. Cada uno es un mundo”, dijo. “Pero ahí está la diversidad de enseñar. Con cada uno tenés que arrancar desde donde están, hasta donde llegaron, y desde ahí retomar”. La experiencia es también un desafío por el amplio rango de intereses musicales de los estudiantes. “Tenés desde el que toca un tango hasta el que toca la Marcha Nupcial, o el que quiere tocar Bach. Es un abanico muy amplio”.

Enseñar un instrumento que los alumnos no tienen en sus casas, “como es un órgano de estas características”, es también un desafío, continuó diciendo. “Me estoy centrando más que nada en lo que tiene que ver con el manejo del teclado, más que de los pedales, porque los pedales están acá únicamente. Entonces, en principio, si quieren practicar para una ejecución organística más comprometida tienen que venir acá, porque no hay otro lugar en Paysandú, o trasladarse a otro lugar”. Rimoldi destacó especialmente la vocación y las ganas de los estudiantes de Paysandú, subrayando que en Buenos Aires, una ciudad con una población mucho mayor, él cuenta con solo cuatro alumnos. “Allá hay dos cátedras oficiales, con cuatro alumnos cada una. Que acá haya seis es algo realmente notable”.

El valor del apoyo y la vocación

El músico resaltó también que el órgano de la Basílica se mantiene en muy buen estado, y que el uso constante asegura su buen funcionamiento. “Este tipo de órgano necesita estar en acción. Es un sistema neumático tubular, con piezas internas que se inflan y desinflan cuando uno pulsa las teclas o los pedales, y que necesita estar en movimiento”. Destacó especialmente el trabajo de la Comisión del Órgano y el apoyo de los Salesianos, “que prestan el instrumento, lo ponen a disposición. O sea, se tienen que dar varias coordenadas para que la cosa camine”. Destacó también el apoyo de EL TELEGRAFO, “como medio de prensa, para difundir todo esto”.

Por otra parte, hizo notar que existe “una preocupación real, por parte de la Comisión, de la gente que está en el tema, y de los curas, por un problema generacional que hay con esto, que a la larga se va a notar, cuando falten aquellos que están, que ya tienen sus años, y no haya quien lo continúe. Sobre todo, para que si acá alguien tiene que tocar el órgano, no tengan que llamar a alguien de Montevideo, por ejemplo.

Lo ideal es que acá haya gente, sobre todo joven, que se empiece a preparar como para poder, de repente, tocar en un casamiento, hacer un concierto de cámara, acompañar un coro, acompañar un cantante, lo que sea. Para eso hay que crear un pequeño movimiento. Creo que está muy bien la idea. Sin esas ideas, y sin esos objetivos, esto a la larga se te muere. En todas partes del mundo pasa”.

Como ejemplo de lo que sucede en otros lugares, mencionó que en Estados Unidos es común que las asociaciones de organistas tengan filiales en cada Estado, para evitar vacíos generacionales. “Y eso es lo que ha faltado mucho en América Latina. Por eso, yo destaco en particular lo que se hace en Paysandú.
Que en Paysandú se haga esto, es realmente muy destacable, muy loable. Así que felicitaciones a todos los que intervienen”, culminó.