La mirada y experiencia en un proceso que requiere paciencia y constancia, con más derrotas que victorias

El licenciado en Ciencias de la Comunicación Marco Caltieri, brindó recientemente una charla en Paysandú, en el marco del Programa Paysandú Audiovisual, denominada “Un fracaso muy bien producido” en la que realizó un repaso por su carrera, hablando de lo particular para llevarlo hacia lo general, con el objetivo de aportar “desde el conocimiento, el aprendizaje muchas veces forzoso o forzado y de procesos largos, que a veces son desestimulantes, son un poquito desesperanzadores” por cuanto suponen reiterados intentos en los que son “tal vez muchas más veces fracasar que triunfar o tener éxito”.

Caltieri es un experiente referente de la industria audiovisual, ilustrador e historietista, autor de los libros “El cuento de nunca empezar”, “Metro de Montevideo” y “Cómo manejar el metro de Montevideo”, editor de la revista de historietas “Gaucho”, director creativo en agencias de publicidad tanto de Argentina como de Uruguay y creador de cortometrajes.

En diálogo con EL TELEGRAFO, consideró que este camino implica “tener paciencia con lo que uno hace, tener constancia, y tratar de tener una cierta coherencia” y “sobre todo tener mucha conciencia de que en esto, como en cualquier otra cosa, son más las derrotas que las victorias.

Todo eso entraña una enseñanza que finalmente es lo que realmente interesa, me parece a mí. Es el punto en el cual puede considerarse que hay un éxito, el entender el proceso y vivirlo de una manera interesante”.

¿QUÉ ES SER CREATIVO?

Aunque coincidió en que ser creativo es fundamental para prosperar en esta industria, “lo interesante puede ser tratar de entender qué significa ser creativo”, observó. En su opinión, “todo parte de una suerte de inquietud, más bien una inconformidad con lo que uno encuentra. Hay que tener mucho interés en lo que uno encuentra o en lo que consume, o en lo que lee, lo que mira, y pensar en cómo hacerlo, que no tiene por qué ser estrictamente original, ni brillante siquiera. Creo que la composición creativa o la construcción de una cultura creativa tiene que ver con una idea que es no conformarse más o menos con lo que hay y tratar de encontrar un camino nuevo o encontrar algo nuevo que uno no haya visto, aún con todos los tropezones que ello implica”.

Para el entrevistado “la creatividad está vinculada con el inconformismo, a cierto desorden, a cierta falta de respeto a las normas” y también a “la haraganería”, pues se trata en “pensar en cómo hacer las cosas con aún menos esfuerzo que el necesario”. En esa línea insistió en que “la creatividad es un atajo para poder hacer eso que se está haciendo pero de una manera más interesante, muchas veces más económica y más simple también”.

“Hay que ser un poco rebeldón, un poco inconformista, un poco vago y un poco ingenioso, para configurar una cierta cultura creativa” reafirmó.

MÁS ALLÁ DE LOS CAMBIOS, PERMANECE “LA NECESIDAD DE CONTARNOS HISTORIAS”

Aunque la industria audiovisual en general “cambió muchísimo” en estos casi 30 años desde que inició su carrera, “en la publicidad en concreto, han pasado 3 olas estéticas” muy diferenciadas y “que son de más corta duración que en otras actividades”, observó. A modo de ejemplo citó que “si mirás El Padrino sigue siendo un peliculón”, pero en cambio “si mirás el mejor comercial del año ‘72 no está muy bueno y puede ser hasta inmirable”.

No obstante, “a mí me importa más que las diferencias, lo que permanece igual”, indicó, y en ese sentido dijo ser “bastante tecncopesimista. Yo no creo que estemos viviendo un mundo mejor y unas mejoras continuas e incuestionables”.

“Y si me tengo que quedar en las cosas que permanecen”, hay algunas que están desde “hace mucho más que 30 años”, como “la necesidad de contarnos historias, la necesidad de inventarnos algo que nos saque del lugar en el que estamos, sean cuentos, ritos, mitos, religiones, leyendas. Creo que eso permanece, creo que eso va a permanecer”, reafirmó.

En la era de la inteligencia artificial, que “me da mucha intriga lo que va a pasar”, igualmente “tengo la sensación que la necesidad de confortarnos por las noches con un buen cuento sigue siendo la misma que hace 5 mil años”. De modo que, “pienso que los que tengan ganas de hacer un buen cuento” van a seguir teniendo espacio, reflexionó.

INDUSTRIA AUDIOVISUAL: SOLVENTE Y CONFIABLE

Consultado si en nuestro país es posible desarrollarse y crecer en la industria audiovisual y al mismo tiempo poder vivir de ello, respondió “absolutamente”, refiriéndose específicamente a la industria publicitaria. En este sentido, recordó que en Uruguay, de acuerdo a datos que refieren básicamente a la capital del país, la industria publicitaria emplea entre 1.500 y 2.000 personas, mayormente mano de obra femenina y joven. Además recordó que entre las hoy llamadas industrias culturales, la publicidad nacional, que “no recibe ningún tipo de apoyo”, “es de las más solventes y de las más confiables”.

En cambio, “es muy difícil que vivas de la historieta en Uruguay; yo he hecho historietas y es imposible, excepto si se venden en el exterior”, citó a modo de ejemplo.
De todas maneras, “a mi modestísimo modo de ver está bueno salir de Uruguay” para vivir la experiencia de “trabajar en otro lado, conocer cómo se trabaja, traer mucho de eso a Uruguay”, consideró. Nuestro país “tiene sus limitaciones, sin dudas, es poco dinámico, es conservador, es chico, pero hay oportunidades”, afirmó.

En este sentido, aseguró que “la industria publicitaria todo el tiempo está demandando gente, hay lugar y hay que encontrar esos lugares, hay que saber buscarlos, tenerle paciencia también”.

“Está todo muy saturado en Montevideo, sin dudas es un gran debe”, pero “hay lugar, es una industria interesante para desarrollarse, yo lo hice”, cerró.