(EFE)
Los restos humanos de un posible desaparecido en la dictadura, hallados el 30 de julio en el Batallón 14, pertenecen a un hombre de entre 43 y 57 años, indicaron fuentes oficiales.
Así lo confirmó este miércoles la antropóloga Alicia Lusiardo, quien forma parte del equipo de la Institución Nacional de Derechos Humanos, durante una conferencia de prensa llevada a cabo en la Fiscalía, donde brindó datos del informe primario.
“En relación al análisis de los restos, una vez hechas las radiografías y acondicionados los mismos, estamos en condiciones de compartirles que se trata de un individuo masculino”, indicó Lusiardo, quien añadió que su estatura era de entre 1,75 y 1,85 metros. Inmediatamente, apuntó que es importante que quede claro que los datos no son determinantes, sino que es información sobre quién puede estar representado con mayor probabilidad en el enterramiento.
En concordancia con ello, remarcó que la identidad será dada por la prueba genética, mientras que indicó que el 20 de agosto será tomada la muestra para el análisis genético e inmediatamente esta será trasladada a un laboratorio en la ciudad de Córdoba.
Los restos humanos de un posible desaparecido en la dictadura cívico-militar fueron encontrados a 170 metros del lugar en el que en junio del pasado año fueron hallados otros restos, que este año se confirmó que eran de la militante Amelia Sanjurjo Casal, desaparecida en 1977.
Según detalló Lusiardo el 1º de agosto, el nuevo caso era un enterramiento “primario e individual” en una fosa que se encontraba a 90 centímetros de profundidad, en la que se encontró un cuerpo boca abajo y cubierto por cal.
Asimismo, explicó que el enterramiento tenía “un patrón común” con otros que se hicieron en dicho lugar de desaparecidos en dictadura que fueron hallados tiempo atrás, aunque también remarcó diferencias que podrían responder “a distintas temporalidades o distintos operativos”.
La prensa le consultó a Lusiardo si cabe la posibilidad de saber cuándo ocurrió el enterramiento. Contestó que no hay un método que permita determinar la fecha, “ni siquiera aproximadamente, del año en el que tuvieron lugar los enterramientos”. “Si estuvieran acompañados de algunos marcadores culturales, podríamos tener una estimación: cuando hay una moneda, un elemento que nos permite dar una cronología. En este caso, es esa camisa, esas medias y esa chapita o tapita; entonces, no tenemos nada que acompañe ese enterramiento que nos permita establecer el momento”, explicó.
Por último, la especialista fue consultada sobre cómo se llegó a determinar la franja etaria de entre 43 y 57 años. Explicó que lo que los antropólogos pueden determinar al observar los huesos y medir los dientes es “la edad biológica de la persona, que no es necesariamente la cronológica”, porque “una persona puede tener un esqueleto que refleja una juventud pero tener una edad mayor que la que su esqueleto refleja”. Por lo tanto, señaló que, para no caer en errores, cuando tratan de determinar la edad de un esqueleto buscan los métodos “que está probado que no tienen ninguna variante por el estilo de vida de la persona, por su dieta o por su sexo”, por ejemplo.
APROBARON GARANTÍA PARA EL CASMU
(SUBRAYADO)
El Senado y la Cámara de Diputados aprobaron este miércoles por unanimidad el proyecto de ley que establece el acceso del Casmu a una garantía por hasta 2.184 millones de pesos (unos 54 millones de dólares).
Esta garantía se otorga por única vez y de forma urgente debido a la situación económica y financiera de la mutualista, lo que motivó además la decisión del gobierno de intervenir la misma durante un año, sin el desplazamiento de sus autoridades.
El proyecto de ley fue aprobado por unanimidad en comisión el martes de tarde, donde se agregaron condiciones para el Casmu y se acordó la creación de una comisión de seguimiento del plan de reestructura interna de la mutualista.
PERSONAS EN SITUACIÓN DE CALLE CONVOCAN A MARCHA
(LA DIARIA)
Este lunes, colectivos marcharán por el Día Internacional de las Luchas de las Personas en Situación de Calle.
Según el comunicado difundido por la coordinadora de la marcha que nuclea a colectivos y usuarios de refugios y a Ni Todo Está Perdido (Nitep), el año pasado “más de 11.000 personas, entre ellas casi 2.000 niños, niñas y adolescentes, pasaron por los refugios de emergencia” y “más de 1.000 personas fueron contadas en ese invierno durmiendo a la intemperie”.
En diálogo con La Diaria, un integrante de la coordinadora, que prefirió no ser identificado, señaló que las principales reivindicaciones de la marcha tienen que ver con el “aumento de las personas en calle”, el “maltrato, la discriminación, la violencia”, así como “las situaciones que han sucedido en los últimos años en los refugios”.
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