
El servicio meteorológico brasileño Metsul anunció que las condiciones atmosféricas y oceánicas en el Océano Pacífico Tropical se corresponden con el inicio de un episodio del fenómeno de La Niña, que se espera impacte en los patrones climáticos mundiales durante el año entrante. De acuerdo con el observatorio climático brasileño, la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica) de Estados Unidos está a punto de declarar oficialmente el evento de La Niña, “lo que podría ocurrir esta semana o principios de enero” y en ese caso sería el de inicio más tardío en 50 años de observaciones, dado que típicamente comienzan en el invierno austral o a principios de la primavera.
La Niña es definida por un patrón acoplado entre el océano y la atmósfera en el Océano Pacífico tropical, para ello las aguas superficiales en el Pacífico tropical deben ser al menos 0,5ºC más frescas que el promedio a largo plazo (1991-2020) y mostrar evidencia de cambios en la Circulación Walker, la circulación atmosférica sobre el Pacífico tropical. Estas señales incluyen vientos más fuertes en las capas superiores y cerca de la superficie en el Pacífico tropical, más precipitaciones de lo habitual sobre Indonesia, y menos precipitaciones sobre el Pacífico central, de las cuales se han observado en las últimas semanas. Para que se declare un evento de La Niña, tanto el océano como la atmósfera deben mostrar estos cambios.
Aunque las condiciones atmosféricas ya habían mostrado signos de La Niña, las anomalías de la temperatura de la superficie del mar no se alinearon inicialmente con el fenómeno. Sólo en el informe semanal de la NOAA del 11 de diciembre, la anomalía reportada cayó en territorio de fase fría.
Sin embargo en los últimos 15 a 20 días se obeservó un mayor enfriamiento de las aguas superficiales en el Océano Pacífico ecuatorial, y las anomalías de la temperatura del mar entraron sólidamente en el territorio de La Niña.
DÉBIL Y CORTA
En una publicación de diciembre pasado, la Organización Meteorológica Mundial, OMM, había previsto la formación de un episodio de La Niña, con características “probablemente débil y de corta duración”. “El escenario más probable para los meses de febrero a abril de 2025 es la reaparición de las condiciones neutras en cuanto al ENOS (El Niño-Oscilación del Sur), puesto que esa eventualidad presenta una probabilidad cercana al 55%”.
Por lo general, La Niña genera en el clima efectos a gran escala opuestos a los de El Niño, en especial en las regiones tropicales. Sin embargo, los fenómenos climáticos de origen natural, como La Niña y El Niño, ahora tienen lugar en el contexto más amplio del cambio climático antropógeno, que provoca un aumento de las temperaturas mundiales, exacerba los eventos meteorológicos y climáticos extremos y altera la configuración de las temperaturas y las precipitaciones estacionales. “El año 2024 comenzó con un episodio de El Niño y va camino de convertirse en el más cálido jamás registrado. Incluso aunque se produzca un episodio de La Niña, su efecto de enfriamiento a corto plazo no bastará para contrarrestar el calentamiento causado por los gases de efecto invernadero que retienen el calor en la atmósfera”, declaró en ese momento la secretaria general de la OMM, Celeste Saulo.