Hacia un ePaysandú

Rápidamente los vehículos eléctricos se están difundiendo por todo el mundo. No es fácil, porque pese a los tremendos avances tecnológicos hay serias dificultades logísticas así como infraestructurales y también de índole económica, sin embargo hay una total coincidencia en que serán, junto al sistema de hidrógeno, las dos fuerzas que “moverán al mundo”.
En un país centralista como el nuestro, con un gobierno centralista por filosofía, que nos dobla el brazo por donde más duele, es decir los fondos, el manejo del dinero, resulta muy difícil pensar en un proyecto como el que plantearemos. Y antes de ponerlo sobre el tapete, recordemos que en este país, concretamente en Paysandú, para remozar una arteria, por ejemplo, se necesita la autorización de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, el “bolsillo” del Poder Ejecutivo.
Por lo expuesto sepamos de antemano que no será nada fácil ni mucho menos rápido, pero debemos pensar en que el objetivo será alcanzado si hay voluntad suficiente y serán nuestros hijos, nietos, bisnietos quienes disfrutarán plenamente –acaso casi sin darse cuenta– en la medida que las cosas se hagan gradualmente.
De cualquier manera, el planteo es claro y conciso: transformemos al departamento de Paysandú en una región “movida” por energía eléctrica. Si bien en esta oportunidad nos estamos refiriendo solo al transporte automotor, son muchas, muchísimas, las otras posibilidades de utilizar la energía eléctrica.
Planifiquemos claramente basándonos en los objetivos que debemos alcanzar. Digamos, por ejemplo, que en 2030, el 90% de los habitantes de Paysandú se desplacen en vehículos eléctricos. Automóviles, miniautos, ómnibus, motocicletas, pequeños y grandes cargueros movidos por las energía más limpia y, si hacemos las cosas bien, económica. Puede parecer ciencia ficción, aunque es posible que aún sin demasiado impulso eso se logre por la fuerza de los hechos. Hoy ya son muchos los que han cambiado la moto por la bicicleta eléctrica, o aún mejor por la moto eléctrica. Y hay hasta quienes se la han jugado por algún auto eléctrico. Recordemos que somos grandes productores de energía, al extremo que ya vendemos sobrantes y que podemos aumentar considerablemente nuestra capacidad de producción.
Y esta situación sería un punto importantísimo en la intención de lograr que la región sanducera esté libre de contaminación ambiental y sonora, como impulso clave a la actividad turística en el departamento. Las posibilidades son muchas, pero también lo son las dificultades que deberemos superar.
Veamos, esquemáticamente, los problemas que tendremos. Comercialmente los vehículos eléctricos son más caros que los convencionales, por lo que será imprescindible lograr un sustancioso descuento en los impuestos que se aplican actualmente. Para ello tenemos un claro ejemplo aquí, al lado, ya que Argentina ha anunciado que bajará los impuestos para los autos de esas características de un 35% a un 2%. El mismo tratamiento se necesitaría para el elemento más caro del transporte eléctrico: las baterías. Por otra parte, es necesario que UTE establezca estaciones de carga quizás en los mismos locales donde abastece de combustibles convencionales.
También es posible adaptar vehículos actuales a energía eléctrica. De hecho, en China se venden kits de transformación para automóviles livianos con valores que parten desde los 3.500 dólares. Los motores son de 15 hp en adelante, pero hay que recordar que 1hp de un motor eléctrico equivale a 4 hp de motor a explosión, debido a que la conversión de energía es mucho más eficiente. Por lo tanto, esos escasos 15 caballos de fuerza alcanzan para impulsar un automóvil chico de la misma forma que lo hace un motor a nafta de 60 hp.
Estos kits son relativamente fáciles de instalar, pero siempre requieren conocimiento del instalador, así como talleres especializados. Por eso, otra pata del proyecto debe ser la escuela técnica local, con cursos de electrónica e instalaciones de vehículos eléctricos, que fomentarían la formación de talleres dedicados a asistir el nuevo parque automotor así como adaptaciones en vehículos existentes.
Hay que tener en cuenta que en nuestro país hay muchos autos antiguos y pequeños en muy buen estado que podrían tener una nueva vida por este camino.
El proyecto debería incluir muchas disposiciones más para fomentar el uso y para generar energía para sostener el mismo pero deben ser los técnicos, los especialistas, quienes diagramen un plan concreto y factible para “electrificar” el transporte en la región. Por otra parte, es preciso establecer que en este momento –no mañana, hoy– la industria automotriz mundial dispone de numerosos modelos en plena producción que serían muy adecuados para hacer marchar –y no es un juego de palabras– el proyecto de un ePaysandú.
Solo a modo de ejemplo podemos mencionar algunos modelos ya disponibles: Renault Kangoo ZE o Zero Emission, Volkswagen e-Golf, Chevrolet Bolt EV y el Nissan LEAF. Entre los miniautos o autos de ciudad, Mercedez Benz ya lanzó Smart Fortwo y el 2+2, eléctricos. También están los chinos, mucho más económicos, por ejemplo los de la marca BYD.
Comparando con vehículos a nafta, los eléctricos tienen menor costo de mantenimiento, son absolutamente silenciosos, son sencillos de mecánica, no se desgastan tanto y, además, no emiten ningún tipo de gas.
La idea debería ser considerada seriamente y en profundidad por las autoridades departamentales, ya que puede generar numerosos beneficios trascendiendo los períodos administrativos y ubicando a Paysandú en un nivel de bienestar social muy superior al actual.