Con una interesante asistencia de productores y técnicos vinculados al sector, se desarrolló días atrás una exitosa jornada de capacitación y visita al Campo de Recría de la Cooperativa Agraria Limitada de Recría de Tierras Coloradas (Caltieco), ubicado en el kilómetro 117 de ruta 26. “Presentamos los nuevos desafíos a los que nos estamos enfrentando en el campo”, explicó a EL TELEGRAFO el doctor Carlos Pepe.
La jornada realizada en el marco de la ejecución del proyecto de la Dirección General de Desarrollo Rural (DGDR) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) “Somos producción familiar, más integrados”, permitió mostrar “lo que se está haciendo en el campo de recría”, señaló el coordinador general del campo.
El campo pertenece al Instituto Nacional de Colonización (INC) y cuenta con 2.060 hectáreas, siendo gestionado por las dos gremiales lecheras del departamento: La Asociación de Productores de Leche de Paysandú (APLP) y la Asociación de Productores de Leche de Parada Esperanza (Aplpe), en tanto el doctor Carlos Pepe es el coordinador.
Para el profesional veterinario, “la actividad general fue presentar los nuevos desafíos a los que nos estamos enfrentando en el campo, de empezar la recría con las terneras más chicas, prácticamente a la salida de las guacheras después del desleche, con un proyecto que nos permite acceder a esta nueva instancia del campo, en la que la alimentación juega un rol fundamental en esta categoría”.
Pepe explicó que la idea es que los animales “estén desde más chicos y menos tiempo en el campo, de manera de devolverlo al productor en el menor tiempo posible, para que no se enlentezca el proceso de recría”.
Dijo que el técnico del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), ingeniero agrónomo Alejandro Mendoza, brindó una charla muy interesante de capacitación sobre el tema manejo de la recría inmediata (posdesleche) en terneras de razas lecheras, “partiendo desde el calostrado, la recría y todos los puntos que se debe atender, para lograr lo que pretende el campo, de acelerar el proceso”.
MAYOR PRODUCCIÓN
“Desde el año pasado hemos incursionado en otros temas para dinamizar el campo de recría, como son los novillos –pueden ser Holando y sus cruzas–, aunque también se ha recibido ganado de carne”, indicó el técnico.
Agregó que, por otra parte, “hay un convenio respecto a la agricultura con la Cooperativa Agraria Nacional (Copagran), efectuado en 2015, lográndose además la implantación de praderas, que sustenta toda la otra parte del sistema”. Y también se refirió al convenio con UPM, que todavía no ha iniciado, pero que tiene que ver con la forestación para brindarles abrigo y sombra, pero que, a su vez, es otro ingreso para el campo”.
GENTE NUEVA
El doctor Carlos Pepe manifestó que “nos acompañó durante la jornada más gente nueva que deseaba conocer el sistema que los propios usuarios del campo”.
Aclaró que “estamos en un momento de transición, en donde la situación está mejorando, pero se han cerrado tambos y hemos perdido productores familiares”. Entiende que el invierno actual “ha sido muy benigno y la gente no se ha apurado a llevar sus recrías. Estamos en un diálogo permanente, tratando de minimizar con todos estos puntos el funcionamiento del campo”, dijo.
MANEJO DEL GANADO
El responsable del manejo de los distintos lotes de ganado que están dentro del campo –la recría lechera y los novillos a pastoreo–, el ingeniero agrónomo Gustavo Widmaier, planteó durante la actividad el trabajo que se realiza.
El campo de recría se basa en las pasturas naturales y últimamente se han incorporado mejoramientos, “fundamentalmente praderas, con un manejo en la rotación dentro de los distintos potreros que tiene campo, y manejando las distintas categorías de recría”, explicó a EL TELEGRAFO.
Aclaró que se trata de una zona “típicamente ganadera con suelos de basalto, donde las dificultades para lograr una recría eficiente en tiempos más acortados es difícil. Por eso se debe complementar con una suplementación estratégica en algunos momentos, más la utilización de sales minerales y bloques proteicos”.
Se debe tener en cuenta que el productor quiere que “esa vaquillona llegue lo antes posible a su tambo en condiciones de producir, lo que se venía logrando en tiempos normales para ese tipo de campo. Son alrededor de 28 a 30 meses de vida de esa vaquillona al momento de la entrega al productor, que no era lo más deseado por los tamberos”.
En el marco de la actual directiva de las gremiales lecheras que impulsan las mejoras de los campos, tanto en el uso de praderas como de cultivos, “la idea es acortar el ciclo y con este proyecto del Ministerio de Ganadería incorporar ejemplares más chicos que los que estaban ingresando al campo”, señaló Widmaier.
El Campo de Recría posee 2.060 hectáreas divididas en 43 potreros. “Para el productor lechero, es difícil entender la escala de lo que estamos trabajando, porque es bastante mayor de lo que muchos tambos familiares utilizan en la zona de Paysandú”, indicó el agrónomo.