BMW Isetta 300 o el “huevo”

Sí, popularmente los “tuercas” de entonces lo llamaron el “huevo” por sus forma de diseño. ¿De que estamos hablando? Del BMW Isetta 300, aquel vehículo que hizo su ingreso en el parque automotor europeo de la década del cincuenta y también llegó a Uruguay, donde puede observarse todavía alguna unidad como la que hoy mostramos.
En el salón de Ginebra correspondiente a 1954, un pequeño vehículo italiano, ISO, llamó la atención de BMW. Fue así que los hombres de negocio de la marca, vieron el potencial del pequeño coche, compraron la patente y, tras sustituir el motor por uno de motocicleta de origen BMW, mejoraron la trasmisión y realizaron ligeros retoques en la estética de la carrorecía. El BMW Isetta se puso a la venta en el transcurso de 1955.
Se ubicaba en un escalón intermedio entre una motocicleta y un coche, tanto en tamaño como en utilidad y precio. Precisamente, apareció en un momento en el que el país comenzaba a recuperarse tras la Segunda Guerra Mundial, pero donde todavía su gente no contaban con el poder adquisitivo para acceder a un auto convencional.
En Alemania, por 2.550 marcos (un poco más de lo que costaba una motocicleta) el alemán medio podía acceder a un automóvil en el que podían acomodarse dos adultos y un niño pequeño. Su estética resultaba inconfundible, su carrocería ahuevada poseía una única puerta frontal que, al abrirse, desplazaba con ella la columna de la dirección y el tablero de instrumentos, dando acceso al único asiento para los ocupantes.
A todo esto había que sumarle su estrechísima vía trasera, que suscitó la creencia popular de que poseía una única rueda trasera, cuando en realidad eran dos ubicadas muy juntas. En un principio, el Isetta se comercializó con un motor monocilíndrico de 250 cc y 12 cv de potencia, procedente de la motocicleta BMW.
Así, visto el éxito del nuevo modelo, en 1956 BMW amplió la gama con un motor de 300 cc, que otorgaba 13 cv y le permitía al Isetta alcanzar los 85 kilómetros por hora. También se presentó una variante más elegante, con ventana lateral corrediza. De acuerdo con lo que expresaban los entendidos, 1957 resultó el mejor año para el Isetta, con más de 40.000 unidades vendidas.
COMO SALIDO DE FÁBRICA
Y aquí en Paysandú encontramos un BMW Isetta 300 de 1959 como recién salido de fábrica. Pintado en tono claro, muy bien conservado, este BMW Isetta 300 pertenece a Nery Ramón Arbelo, quien lo tiene en su poder hace alrededor de treinta años.
Arbelo nos confirmaba que el motor de este BMW Isetta es de un solo cilindro, de 300 cc, que cuenta con cuatro cambios y reversa. En su momento, le hizo un cambio de aros y, por otra parte, le modificó el sistema de crucetas, que eran de goma, pero al no encontrarse ya las originales, optó por colocar crucetas comunes de auto.
Manifestó además que las dos rueda traseras, que van casi juntas, tienen un solo freno hidráulico. Este BMW Isetta 300 se constituye obviamente en un referente –o quizás único– en este caso, que se mantiene circulando por estos lados.
La única puerta, que además vendría a funcionar como parabrisas, está en el frontal y se abre –como ya expresamos– portando la columna y el volante de dirección, al igual que los instrumentos. Los faros y señaleros se ubican en los laterales, en el extremo delantero. Un amplio cristal lateral y la luneta trasera completan la carrocería.