Inversión, ciencia y desarrollo

Aunque la capacidad de innovación de un país generalmente determina su potencial de desarrollo y crecimiento, y a pesar que se trata de un tema que suele estar presente en el discurso de nuestros gobernantes y políticos, la asignación de presupuesto ha estado signada por la insuficiencia de recursos.
Si bien ha dado algunos pasos importantes para consolidar su sistema de ciencia e innovación, Uruguay aún está lejos de destinar al sistema de ciencia, tecnología e innovación el 1% del Producto Bruto Interno, tal como se había prometido en la campaña electoral por la actual administración de gobierno nacional. Por el contrario el presupuesto para ciencia y tecnología sigue estancado en una cifra de aproximadamente el 0,40%, bastante lejos por cierto de la promesa que se incluyó en el programa de gobierno de la primera administración del Frente Amplio y que también fue un punto sobre el cual el presidente Tabaré Vázquez enfatizó durante la última campaña electoral.
Según el decano de la Facultad de Ciencias, Juan Cristina, la principal carencia del país sigue siendo la formación de recursos humanos. Existen en el país un total de 504 científicos por cada millón de habitantes, una cifra menor a la de Argentina y Brasil (1.202 y 698 respectivamente), bastante alejada del promedio (cercano a los 2.500) y mucho más lejana de la correspondiente a los países avanzados, como Israel o Dinamarca, donde dicho guarismo alcanza a 8.255 y 7.198, respectivamente.
Si bien la cantidad de científicos del país aumentó 2,5% entre 2002 y 2014, el crecimiento fue sensiblemente mayor en países como Corea del Sur (7,1%), Malasia (17,6%) o Turquía (10%), según datos publicados por El Observador.
En cuanto a la innovación, el Índice Mundial de Innovación 2017, elaborado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), ubicó a Uruguay en el puesto 67° a nivel global y en el sexto lugar entre los países de Latinoamérica, detrás de Chile (46°), Costa Rica (53°), México (58°), Panamá (63°) y Colombia (65°).
En opinión del decano de la Facultad de Ciencias, la necesidad de un mayor presupuesto está determinada, fundamentalmente, por lo costosa que es la formación de un científico. En este sentido, resulta claro que se han dado algunos pasos importantes para consolidar el sistema de ciencia e innovación pero se requiere más inversión económica y fundamentalmente invertir en recursos humanos, asegurando que los profesionales formados tengan posibilidades reales de inserción laboral en el país, acordes a su preparación y a las necesidades del país. Evitar la denominada “fuga de cerebros” resulta crucial ya que la capacidad de innovación suele estar fuertemente asociada a las posibilidades de realizar desarrollos propios o adaptados a sus necesidades locales en materia de ciencia, tecnología e innovación.
Este año se cumplió la primera década de existencia de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), que ha resultado fundamental para la consolidación de un Sistema Nacional de Investigadores y de un Sistema Nacional de Becas, que ya alcanzó miles de beneficiarios que han recibido apoyo en formaciones de postgrado y favoreciendo una producción científica nacional de calidad que cumple con los mejores estándares internacionales y que lidera en calidad en promedio en América Latina, lo cual representa también un avance destacable.
En 2007 también se creó el Plan Ceibal y la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y el Conocimiento (Agesic), cuya labor también es reconocida en cuanto al impulso de la innovación y desarrollo de tecnología, llevando a Uruguay a los primeros puestos en Latinoamérica en materia de tecnologías de la información y gobierno electrónico.
La vinculación del circuito de ciencia e innovación con el sistema productivo y económico del país –por ejemplo en el sector agrícola ganadero- es también un aspecto en el que ha habido avances importantes que se requieren profundizar.
En esta línea se incluye el requerimiento de la finlandesa UPM al gobierno uruguayo en cuanto a la mejora de la Universidad Técnica (UTU) y la Universidad Tecnológica (UTEC) especialmente en Paso de los Toros, Durazno y Tacuarembó, para “mejorar su capacidad de brindar instalaciones y recursos educativos con respecto a las disciplinas mecánicas, de instrumentación y eléctricas”, como se indica en el acuerdo firmado entre dicha empresa y el gobierno uruguayo. Allí se establece una serie de protocolos en materia educativa que el Estado deberá cumplir antes de iniciarse la etapa de construcción de la segunda planta procesadora de pasta de celulosa de UPM, para lo cual se contará con la cooperación de universidades técnicas finlandesas.
Interesar a las generaciones jóvenes para que estudien y elijan carreras científicas y tecnológicas o desarrollen la capacidad de innovación es un proceso largo pero necesario para el país. Un camino que muchas veces comienza con la motivación de los docentes de aula para despertar vocaciones e intereses.
En este sentido, la intención de acercar a la población, en particular los jóvenes a la ciencia el país tiene también una larga trayectoria en materia de popularización de la cultura científica, a través del programa del mismo nombre de desarrolla la Dirección de Innovación, Ciencia y Tecnología del Ministerio de Educación y Cultura que anualmente organiza las ferias de ciencia en todo el país con la participación de cientos de clubes de ciencia y miles de niños y jóvenes de todos los niveles educativos, desde preescolar a bachillerato. Salidos de ese semillero, escolares, estudiantes de Enseñanza Media y Formación Docente de Paysandú están representando al Departamento en la Feria Nacional de Clubes de Ciencia que comenzó en la víspera en la ciudad de Piriápolis (Maldonado).
Muchas veces la ciencia es vista como algo totalmente ajeno a la vida cotidiana aunque vivamos rodeados de aparatos, objetos y hasta alimentos y modos de comunicación y transporte que han requerido de la ciencia y tecnología para su desarrollo. Por esta razón, la realización de actividades que apunten a desarrollar una mayor comprensión social de la ciencia, siempre serán un aporte ya que en la medida que cuanto más conciencia tenga la gente de su importancia, más herramientas tendrá para reclamar a los gobiernos la atención que merece la producción de conocimientos. Ello involucra también la necesidad y el desafío de mejorar la educación para que nuestros jóvenes tengan mejores capacidades y puedan estar mejor posicionados para aprovechar los recursos que el país destina y deberá destinar en los próximos años a la ciencia e innovación.