Ante baja tasa de crecimiento de pasturas, preocupa cómo se ingresará con la carga ganadera al invierno

Ing. Agr. Marcelo Pereira Machín
Ing. Agr. Emilio Duarte

Ajustar la carga ganadera en el basalto es lo que establece un programa de simulación que posee el Instituto Plan Agropecuario, exhibido por el ingeniero agrónomo Marcelo Pereira Machín, coordinador de la regional Litoral Norte, en la jornada técnica realizada este viernes en Paysandú. En ella, se analizó –de acuerdo con la cantidad de pasto y el estado de los animales– cómo mejorar el resultado del entore y cómo planificar el invierno.
El profesional sanducero señaló a EL TELEGRAFO que este programa de simulación que tiene el Plan Agropecuario “es muy accesible y fácil de utilizar”. Con base en la cantidad de animales que hay en un potrero, la altura del pasto “y dependiendo de la zona del país que estemos simula, de acuerdo con cómo venga el clima (normal, bueno o malo), cómo está ese ganado con la cantidad de pasto”.
“Lo que da la simulación de venir normal de ahora en adelante es que la única situación que más o menos se comportaría bien es la de carga ajustada en el basalto”, expresó el técnico, lo que genera preocupación para el ingreso al otoño e invierno. Para Pereira, normalmente la capacidad de carga en el basalto promedio “anda en el orden de 0,67 a 0,70 Unidades Ganaderas por hectárea. Con esto, tenemos un seguro de producción, que es el pasto. Estamos siguiendo establecimientos y, cuando las cargas en términos promedio, se manejan en ese entorno. Uno enfrenta situaciones con pasto y cuenta con un banco de forrajes que permite tomar decisiones con más holgura”, dijo. “Ahora bien, cuando se tienen cargas ganaderas de 0,8 o 0,9 UG en campos promedios, la situación de pasto hoy no es mayor a tres centímetros y eso no es más que 600 kilos de materia seca por hectárea”, precisó Pereira. “Esto determina que hoy el ganado esté perdiendo estado y no tenemos reserva y hay que comenzar a suplementar para salvar animales”.
Durante la jornada, quedó claro que las lluvias dispares han generado una heterogeneidad de situaciones. “Llovió por encima de 150 milímetros en algunos lugares, hasta zonas en los departamentos de Artigas, Salto y el Este de Paysandú, donde no ha caído más de 30 milímetros desde diciembre hasta ahora”, aclaró.
En el departamento de Paysandú, hizo referencia a “zonas en ruta 26, desde el kilómetro 140 en adelante, con suelos muy superficiales, ha llovido muy poco. Estos suelos producen un material muy acuoso, que con pocos días de seca provoca que el pasto se quiebre y se vuele. Si el productor no tiene la carga ajustada, se queda sin pasto en el campo”.
MEDIDAS
En la jornada organizada por el Plan Agropecuario y la Cooperativa Agraria Nacional (Copagran), con el apoyo del INIA, SUL, la Dirección General de Desarrollo Ganadero del MGAP y el Instituto Nacional de Colonización (INC), indicaron qué medidas a corto plazo se pueden tomar. Para eso, los técnicos brindaron el diagnóstico de situación, a través de un proyecto que lleva adelante el Plan Agropecuario: un FPTA donde se monitorean 17 predios ganaderos. Allí se encuentra la heterogeneidad de situaciones, pero lo destacable es que la altura a fines del invierno “era de cinco centímetros de pasto en promedio en los 17 predios y en diciembre, después de la primavera, donde normalmente tiene que sobrar el pasto, estábamos al mismo nivel, lo que significa que el pasto no sobró”, manifestó Pereira.
Entiende que dos aspectos influyen en esto: “la alta carga y que las tasas de crecimiento a partir de la mitad de noviembre bajaron sensiblemente en diciembre y enero”. La doctora Andrea Álvez, de INIA, mostró que “sacándole una foto al rodeo a través de los diagnósticos de actividad ovárica, se ve cómo está el rodeo y se abre un abanico de posibilidades de tomar decisiones en el rodeo de cría, determinando los destetes y la posibilidad de ajustar la carga”, acotó.
RELEVO DE 17 PRODUCTORES
El ingeniero agrónomo Emilio Duarte presentó información que se está relevando a partir del proyecto FPTA, ejecutado en los departamentos de Artigas, Salto y Paysandú, monitoreando 20.000 hectáreas pertenecientes a 17 productores, “donde estacionalmente medimos pasto y se pesa el ganado”.
Con respecto a la actualidad de los campos del litoral norte, Duarte precisó que “los campos más complicados son los de la zona sureste de Salto, ya que no han ocurrido lluvias y en verano, con varias jornadas de mucho calor y alta temperatura, el agua es la variable que determina con más fuerza el crecimiento de pasto”. Se le suman zonas del Este de Artigas, un gran área de Tacuarembó y el Este de Paysandú y Río Negro”.
“Independientemente de la zona en que estemos, es muy importante la cantidad y forma de ganado que maneje el productor”, dijo Duarte.
“Hay productores que están en zonas complicadas, pero han hecho cosas, como ajustar la carga, tomar medidas para el requerimiento de las vacas, haciendo destete precoz temprano y varias alternativas”.
Sobre las aguadas, manifestó que “se está complicando cada vez más y las llamadas ‘cañadas falsas’, que las tienen muchos potreros, ya están cortadas. Esto agrava el panorama, porque si hay escasez de pasto, el potrero que no tiene aguada no va a poder ser aprovechado y ahí no se puede pastorear”.
Durante la jornada, también se analizó el estado de situación del rubro ovino, por el ingeniero agrónomo Marcelo Grattarola, técnico del Secretariado Uruguayo de la Lana, y el desempeño reproductivo de los rodeos y qué herramientas existen para conocerlo a nivel predial. La información y la toma de decisiones estuvo a cargo de la doctora Andrea Álvez.