Facultad de Agronomía en Paysandú “ya no imparte la materia de Ovinos y Lanas, como lo supo hacer desde la creación de la Estación Experimental ‘Dr. Mario Alberto Cassinoni’ (Eemac)”, manifestó a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Gianni Bianchi. Agregó que “al menos es la única (en forma conjunta con Lechería) que los estudiantes que van a cursar cuarto año de la carrera agronómica no necesariamente tienen que cursar, porque son opcionales”.
Entiende que es “paradójico, si se tiene en cuenta que el departamento de Paysandú está en el pódium, en forma conjunta con Artigas y Salto, como los tres departamentos que más ovejas poseen. Pero sobre todo increíble si se considera la contribución de la Eemac al desarrollo de la investigación nacional en ovinos y al reconocimiento regional y mundial en diferentes disciplinas, hecho dado no solo por técnicos que trabajaron en la propia Universidad, sino que formados en ella brillaron en otras instituciones”, dijo.
Explica que la “Cassinoni” siempre se caracterizó “por contar con proyectos de alta envergadura y pioneros en la materia en el país, que fueron hitos para la región, constituyéndose en muchos casos en sendos libros de texto utilizados en los cursos otrora obligatorios. Libros que hasta hoy son buscados y comprados por los países de la región”.
Citó a “verdaderos maestros de la producción ovina nacional, algunos amigos como el ‘Chino’ Arbiza, que lamentablemente ya no está en este mundo, pero otros como Mario Azzarini, al que tuve la suerte de conocer y en forma conjunta con Raúl Ponzoni realizaron una contribución muy significativa para los que de una u otra forma estaban vinculados con la ciencia y práctica ovina”.
Más de 40 años después, “es precisamente Ponzoni quien plantea, en las diferentes estaciones experimentales de la Facultad de Agronomía, una serie de proyectos de investigación”, en referencia al que se desarrolla desde 2017 en la Eemac. Señaló qué durante los 15 años previos a la implementación de este nuevo proyecto, la Eemac desarrolló una línea de investigación que contempló la caracterización de todas las razas carniceras existentes en Uruguay (dos censos: 1997-2007). También la evaluación biológica y económica de cruzamientos terminales de las razas: Dorper, Poll Dorset, Ile de France, Hampshire Down, Southdown, Texel, sobre vientres Corriedale, Merino, Ideal o Romney Marsh.
Agregó la evaluación de cruzamientos múltiples de razas de lana blanca: Finnish Landrace, Milchschaf, Texel, Ile de France sobre vientres Corriedale o Merino australiano. “En ningún caso se trabajó con menos de 100 vientres por año. El trabajo completo incluyo varias localidades y más de 100 carneros de todas las razas”. Y acotó que toda la información está publicada en diferentes ámbitos y el libro ‘Alternativas tecnológicas para la producción de carne ovina de calidad en sistemas pastoriles’”, de su autoría, en 1997, es una buena síntesis de ello”, aclaró.
En la actualidad, se están comparando o caracterizando cinco razas: Corriedale, Corriedale PRO (50% Corriedale + 25% Finnish Landrace + 25% Milchschaf), Romney Marsh, Dohne Merino y Highlander. También hay una variedad de Corriedale resistente a parásitos gastrointestinales, que también se estudia.
Oportunamente, el profesional había indicado que “por más que se pueda decir que no se desea comparar sino caracterizar, todos saben que si se presenta información de dos o más razas en las mismas condiciones (o al menos eso aparente), es lógico y esperable que todos tiendan a hacerlo. En ese momento, no hicimos prácticamente hincapié en aspectos metodológicos, entre otras cosas, porque desconocíamos cuestiones que salen a la luz en un informe preliminar de resultados, que el responsable de este proyecto hace llegar a las sociedades de criadores que contribuyeron con su implementación, a través de la donación o préstamo de hembras y carneros”.
Para el profesional, “hay otras limitantes que tienen que ver precisamente con el diseño o su falta, que hacen que sea imposible mostrar el potencial de producción de las razas involucradas, como en teoría pretende el proyecto”.
Sostuvo que, en primer lugar, “el número de hembras involucradas es bajísimo y si a ello le agregamos que se utilizaron dos carneros por raza y consideramos los resultados reproductivos en el primer año donde el Highlander fue el mejor y el Dohne el peor —aunque es relativo, porque con tan bajo número de animales es imposible hacer cualquier análisis estadístico que determine que estas diferencias no se debieron al azar o a otras causas ambientales como veremos a continuación–, en el mejor de los casos, habrá 23 u 11 datos por cada carnero usado, respectivamente”. Por tal motivo, se pregunta: “¿Qué sentido tiene trabajar con dos carneros por raza cuando el número de hembras utilizado es tan limitante?”
Pero además, “¿por qué trabajando con un número tan limitante no se tuvo la mínima precaución de que todas las hembras fueran de la misma edad?”. Precisó que “ninguna de las cinco razas evaluadas presenta una estructura de edades comparable. Es más, se llega al desbalance, donde por ejemplo en el Corriedale PRO las 30 hembras son borregas dos dientes, mientras que en la raza Romney Marsh el 63% son boca llena. El resto de las razas presentan estructuras de edades intermedias”.
Expresó que esta observación, “que no merece ningún comentario a quienes escribieron el informe, invalida cualquier tipo de comparación. Es sabido que el máximo desempeño reproductivo se alcanza a los seis o siete años, mientras que la mayor producción de lana se alcanza a los dos o tres años y luego comienza a disminuir –al igual que la calidad, en especial el diámetro–. Cuánto de las diferencias en desempeño reproductivo se atribuyen a la raza y cuánto a las diferencias en edad. ¿Qué peso tiene en la cantidad de lana y en el diámetro medio de fibra el hecho de que, por ejemplo, solo en Corriedale todos los animales sean borregas dos dientes?”, se preguntó Bianchi.
Por último, intenta entender “por qué razón hay 16 orígenes de Corriedale (dos ovejas por origen) y tan solo tres orígenes de Romney Marsh”. Se entiende que exista un único origen de Highlander, ya que hay uno solo en el país –aunque se desconoce si los dos carneros usados son al menos de diferente descendencia– y también que solo exista un único origen del Corriedale PRO, en tanto y en cuanto ni siquiera está establecida como raza en el país”.
Para Gianni Bianchi, “la representatividad de lo que se pretende evaluar se considera con el número de ejemplares (hembras y machos), en la que este proyecto es deficiente y con su origen, en el caso del Romney Marsh, me pregunto por qué razón se consideraron solo tres orígenes y si ello es compatible con el número de cabañas padres en el país”.
Especificó que “ninguna de estas carencias es marcada por los autores”. Luego de mostrar resultados reproductivos, de lana y de peso de corderos, “realizan una serie de consideraciones generales, donde solo mencionan que el proyecto recién comienza y que las hembras utilizadas nacieron y se criaron en diferentes ambientes y ello, de alguna manera, puede estar confundido con el efecto raza. Pasando por alto otras cosas que seguro se confunden con el efecto racial. Demasiado poco para quien encabeza el equipo de trabajo y cuenta con antecedentes sobrados en la materia. Muy poco si además se considera toda la masa crítica que se señala en el informe y que involucra personal del SUL y del INIA”, acotó.
MIRAR PARA EL COSTADO
Bianchi desconoce si alguna de las sociedades de criadores hizo algún comentario. “Si lo hicieron, fue en privado, porque no tuvo notoriedad”. De todas formas, entiende que “por el cargo que ocupa el responsable del proyecto y al tiempo de dedicación en la Facultad de Agronomía (es un Grado 5 con dedicación exclusiva), llama poderosamente la atención que ninguno de los estamentos de la institución se hayan expedido. Nadie cuestiona los antecedentes del implicado, pero es claro que no hay ninguna correspondencia entre las credenciales y lo diseñado en la Eemac”.
Agregó que este proyecto, tal como se está desarrollando en la Eemac, “tiene muchos puntos débiles en su diseño y el informe preliminar elaborado, por más primario que sea, es fiel reflejo de ello. El año pasado hicieron una jornada en Paysandú exclusivamente para contar lo mal que iban a trabajar y nadie dijo nada”, subrayó. “A pesar de que en el auditorio había entre los presentes un técnico que en forma privada me había llegado a decir que Ponzoni jamás haría lo que terminó diseñando. Sin embargo, fue uno de los invitados para justificar la importancia del proyecto”.