La Mehari ya tiene cincuenta años

El 11 de mayo de 1968, en Deauville, localidad de Francia en el departamento de Calvados de la región de Normandía, fue presentada la Mehari. Un simple modelo cabrío, que se convertiría en un clásico, en todo un emblema de esa época.
Un vehículo que resultó tan versátil que fue adaptado para diversos usos y hasta se construyó para la Gendarmería de ese país y, ni que decirlo, participó en películas y series. La Mehari fue fabricada sobre la plataforma del Citroen Dyane 6 (de los “Patito Feo” 2 y 3 cv) y superaba apenas los 500 kilos de peso; esto gracias a su carrocería construida en plástico.
Su mecánica era por demás sencilla y fue lanzado al mercado en colores que no eran comunes para los años de su puesta en venta. Otra particularidad era que la Mehari podía ser reducida hasta la mitad de su altura si se le replegaba el parabrisas y se quitaba la capota. Cuando corría el 1979, apareció la versión de tracción integral, condición que aprovecharon los organizadores de los primeros rally Dakar para ser utilizados como vehículos de asistencia en los extensos desiertos africanos.
En el Río de la Plata, las carrocerías eran de fibra de vidrio, hechas en Uruguay, por lo tanto todas las que se ven por acá a la vuelta son “uruguayas”. Fueron armadas en Argentina con mecánica de ese país entre 1971 y 1980, y resucitada entre 1984 y 1986 por la empresa IES (Industrias Emilio Sal Lari). Lo que las hizo populares en muchos lugares tiene que ver con varias de sus características, que le brindan un desempeño extraordinario para determinados usos. Para empezar, es muy liviana y tiene tracción delantera. Esos dos elementos conjugados la hacen increíblemente ágil tanto en el barro –usando ruedas “pantaneras” adelante– como en la arena suelta, equipándola con cubiertas “patoncitas”. Además, es alta, por lo que es difícil que quede colgada. Y si se queda… bueno, entre cuatro personas la levantan y la llevan a pulso hasta donde quieran.
Además, la carrocería de fibra de vidrio fue muy bien valorada en la zona costera, donde los autos literalmente desaparecían en una montaña de óxido, corroídos por la sal del mar en apenas unos años. Si bien el chasis es de metal, es fácil y barato de cambiar, y queda un vehículo nuevo en un rato. Otro aspecto nada despreciable es su bajo consumo de combustible. Con todo eso, era visto como un Jeep más accesible, fácil de manejar y cool. En definitiva, aún hasta hoy es el “vehículo del verano” en nuestras playas. En diciembre de 2015, Citröen presentó el E-Mehari para recordar el icónico vehículo, pero eléctrico y de líneas modernas. Ahora, en 2018, esta versión apareció con un techo rígido y se convirtió en una berlina. Por supuesto, no tiene nada que ver con aquel que se hizo famoso por su versatilidad y diseño espartano. Se trata de un coche mejor equipado, con un nuevo techo rígido y ventanilla de cristal. El interior aparece totalmente renovado y se instalaron materiales de mayor calidad.