Planteos delirantes, ante el agujero fiscal

En las últimas horas se han intensificado los contactos con sectores y grupos de interés que se verán afectados por las disposiciones de la próxima Rendición de Cuentas, y como protagonistas principales se encuentra naturalmente quien encabeza el equipo económico, el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, así como representantes sindicales nucleados en la central Pit Cnt y los delegados de las cámaras empresariales.
Pero en esta oportunidad, lejos del ya legendario y supuesto “espacio fiscal” que en su momento esgrimió Astori para hacer lugar a reclamos de sindicatos del Estado –que terminaron inflando el gasto público y consecuentemente déficit fiscal–, el enlentecimiento de la economía, las dificultades en los mercados internacionales y el abultado déficit en las cuentas del Estado, transformaron aquel espacio en un agujero fiscal que necesariamente hay que tratar de llenar o disimular hasta después del próximo acto eleccionario.
No es extraño por lo tanto que en sus contactos el secretario de Estado, así como en sus declaraciones públicas, apele al sentido común y a la moderación en los reclamos, porque lo que se pretenda dar a uno habrá que quitárselo a otro, reafirmando la vigencia del síndrome de la sábana corta.
Otro elemento se ha agregado en esta oportunidad, y es el dinero que van a dejar de percibir actores fundamentales de la economía, como los sectores agropecuarios y sobre todo los agricultores, por efectos de la sequía, que redujo a un mínimo la cosecha de soja, entre otros cultivos.
Astori, tras reunirse con la central sindical, al ser consultado sobre la situación macroeconómica del país, dijo que a nivel global, lo que ocurre hoy “es el reino de la confusión, la incertidumbre, la volatilidad, las tendencias proteccionistas”. A su juicio, “la normalización de la política monetaria de Estados Unidos (suba de tasas) no es buena para Uruguay” y “hay una tendencia al incremento de los costos financieros”.
Agregó que “desde el punto de vista del vecindario la cosa está muy complicada a partir de un desorden fiscal muy importante en Argentina, que ha entrado en un círculo vicioso de déficit, endeudamiento, deuda (…) y ese es un ejemplo muy cercano de lo que no puede hacer Uruguay. Tenemos que lograr que Uruguay evite entrar en ese círculo vicioso y mantenga el desequilibrio fiscal en una trayectoria descendente y al mismo tiempo compatible con la disminución de la deuda en relación al producto. Desde el punto de vista del Uruguay estamos recuperando niveles de crecimiento y se lo planteamos al Pit Cnt”, dijo, y agregó que “hay un factor circunstancial que está operando en contra y ese factor es la sequía muy intensa que hace que tengamos una proyección de disminución de U$S 450 millones en las exportaciones de cultivos de verano y particularmente de la soja. Es medio punto del producto en contra”, comentó.
Observó que ante este panorama, es fundamental tomar en cuenta las restricciones fiscales, aunque aseguró que la Rendición de Cuentas permitirá “el avance en temas programáticos que son prioritarios para Uruguay en vivienda, educación, salud, seguridad”.
Igualmente, el aumento del gasto rondaría entre 140 y 160 millones de dólares y la mitad se destinaría a la enseñanza. La Administración Nacional de la Educación Pública (ANEP) recibiría en el entorno de U$S 65 millones. Ese monto daría para cubrir el convenio salarial firmado al comienzo del quinquenio que estableció que en 2020 el salario mínimo del docente de menor grado, por 20 horas de trabajo, sería de unos $25.000 a valores de 2015, algo más de $36.000 al término del quinquenio.
Debe tenerse presente que actualmente el déficit fiscal está en 3,7% del Producto Bruto Interno Bruto (PBI) y el gobierno se había comprometido a llevarlo al 2,5% en 2019, lo que es harto problemático de lograr el próximo año, aunque sí se quiere mostrar a los mercados internacionales que al menos hay una tendencia a la disminución del desequilibrio, de manera de no poner en riesgo la calificación de la deuda pública uruguaya.
Aclaró el ministro que todo lo que haga el gobierno lo hará sin subir la carga tributaria, pero este aspecto no parece ser prioritario para el Pit Cnt, una central sindical que sigue atada a sus visiones ideológicas arcaicas, a la lucha de clases, a los pobres contra los ricos, a los buenos contra los malos, y por lo tanto reclamando aumento de impuestos sobre el mundo empresarial “explotador” y que ha “ganado fortunas” en los últimos años.
Lo que sería tragicómico, si no fuera que aparentemente se lo creen y sobre todo tratan de hacérselo creer a la opinión pública, como si vivieran en otro planeta, lejos de las vicisitudes que vivimos los uruguayos a diario, como lo vemos en las ciudades y en los campos. Como lo vemos en un Paysandú con calles y comercios desiertos, con industrias chicas y grandes en problemas, con el común denominador de los costos exacerbados, caso de los servicios, de los impuestos y las cargas que aplica el Estado para atender precisamente el exceso del gasto público.
Pero todo indica que los planteos tributarios del Pit Cnt, que pretendía que se incrementara el Impuesto al Patrimonio y el Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas (IRAE), fueron descartados de plano y “acá hay claramente una diferencia importante” dijo Fernando Pereira, presidente de la central sindical, en tanto Astori explicó que el panorama en cuanto a empleo “está bastante complicado”, por lo que no se puede subir la carga tributaria a quienes generan empleo.
“Sería absolutamente contradictorio con lo que necesita el país” en un momento, además, en el que el gobierno anuncia diversas medidas para intentar crear empleo, dijo, y admitió que tiene “una discrepancia” con la central obrera en este aspecto.
Es que la conjunción de capital-trabajo, como eje de la creación de riqueza y multiplicación de empleos, precisamente, es un elemento que está atravesando cada vez más problemas en Uruguay, que se traduce en la persistente caída de rentabilidad en la empresa en general y en determinados sectores en particular con mayor énfasis.
Ello ya está repercutiendo decididamente en los índices de desempleo, un aspecto que el gobierno se había negado a reconocer hasta hace pocos meses, pese a que rompía los ojos, y ha salido tarde a tratar de revertir la situación, porque ha adoptado medidas de estímulo muy menores para que las empresas retengan o contraten personal, y ha dejado intacto el grueso del problema, que es la tajada que se lleva el Estado de quienes crean la riqueza.