Salto registra alta tasa de desempleo; unos 20.000 ocupados están en negro y existe gran desigualdad

En procura de conocer cuál es la causa que está llevando a que la ciudad de Salto se haya tornado tan violenta, EL TELEGRAFO accedió al estudio realizado por el doctor Jorge Leal, del Departamento de Ciencias Sociales Cenur Litoral Norte de la Universidad de la República, quien junto a un equipo de profesionales se dedica –basado en información de fuentes estadísticas oficiales– a investigar la situación del mercado laboral, uno de los factores que incide en el comportamiento social.
“A todos como ciudadanos nos afecta y preocupa el tema de la seguridad, en mi caso y en mi rol del área en que me desempeño, es buscar las explicaciones a los fenómenos. Me sensibiliza como un ciudadano más pero en mi rol como investigador intento explicar cuáles pueden ser las causas en este caso puntualmente del fenómeno de la inseguridad. Dentro del departamento de Ciencias Sociales del Centro Universitario del Litoral Norte de la UdelaR me he especializado básicamente en cuestiones relacionadas con las desigualdades regionales, el mercado laboral y la política pública”, comentó Leal.
Luego indicó que si hay un punto clave que actúa como integrador en las sociedades modernas, es el trabajo y la educación. “Son como los dos elementos centrales. En ese sentido hay suficiente información, en el caso de Salto, que indica que hay estructuralmente problemas laborales, es decir que no son problemas recientes. Hay características del mercado laboral salteño que hacen que sea un mercado de trabajo que responde a un modelo de desarrollo ciertamente excluyente. La matriz productiva del departamento, sus principales ramas de empleo y qué tipo de empleo desarrolla cada una”.
Salto es el segundo departamento en superficie del país y el cuarto en población. “Pero es el séptimo en aporte el PBI nacional. Estamos diciendo que es un departamento que genera un 2,8% de la riqueza del país. Esa participación, cuando lo discriminamos por rama, es una economía con una mayor participación del sector primario que en el promedio nacional; una menor participación con respecto al promedio nacional del sector industrial; y a la vez, al igual que en todo el país, es una economía básicamente con una fuerte presencia del sector servicios, el sector terciario, aún cuando eso en el país es un 65%, en el caso de Salto es de un 56%”, indicó el profesional.
“Tenemos una estructura económica, con respecto a los grandes sectores de actividad, con una mayor participación del sector primario, una menor de la industria y del sector servicios, pero eso igualmente es más de la mitad del aporte al valor agregado bruto”. Eso se traduce en que “62% de las empresas son del sector agropecuario y comercios, y cuando miramos dónde están ocupados es casi el 40% de los trabajadores en este sector. Tenemos un 80% de las empresas que tiene hasta 4 trabajadores y 40% son unipersonales, es decir que es una estructura empresarial basada en pequeñas unidades económicas”.
La tasa de actividad, es decir la participación en el mercado de trabajo en Salto, “es más baja que la del promedio nacional; eso es particularmente cierto en las mujeres. La tasa de actividad específica por sexos, en el caso de las mujeres es bastante más baja que la de las mujeres en el promedio nacional”.
La tasa de ocupación, cuánto empleo se ofrece en este mercado, marca que la de Salto es “más baja que la del total nacional, incluso si excluimos a Montevideo”.
“Es un mercado de trabajo donde hay una menor actividad y la tasa de ocupación es que demanda menos empleo. Para el total del año pasado eran unos 2 puntos mayor que el promedio nacional. Y esos son datos bastante estructurales. Podemos decir –especificó Leal– que es un mercado de trabajo que, comparativamente con el total del país, tiene una menor participación de la población en edad de trabajar, ofrece menos empleo y a la vez hay un desempleo mayor”.
UNOS 60.000 OCUPADOS EN SALTO
En cuanto a los ocupados (es decir quienes trabajan) casi un 40% está ubicado en el sector agrícola y en el comercio, aunque hay diferencias entre mujeres y hombres de acuerdo a la rama de actividad. “De esos 60.000, hay 20.000 que trabajan en negro. En cuanto a empleo no registrado, que sería el indicador de no aporte a la seguridad social, tenemos un 32% de informalidad, son 7 u 8 puntos más que el promedio nacional”.
“De los trabajadores ocupados hay cerca de 20.000 que no aportan, con las implicaciones que sabemos que esto tiene porque no es un dato económico sino social. Esas personas están por fuera de los sistemas de protección y son futuros adultos mayores que si no aportaron estarán en una situación de vulnerabilidad mucho más evidente”, dijo.

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