Levantado en andas por la multitud albiverde que acompañó al equipo –que junto a la hinchada rival le dieron un colorido espectacular a la tarde en Old Boys–, Alejo Durán sonría con la marca del cansancio en la cara y de la satisfacción por haber alcanzado el título tan ansiado por Trébol. Se encargó de patear a los palos en la definición de una final histórica, tras el empate en 22 con alargue incluido. Tremenda responsabilidad que la sorteó con personalidad para darle la primera estrella a su club.
“Lo pateé tranquilo, capaz porque había errado (durante el partido falló una conversión). Pero he entrenado mucho patadas a los palos y siempre soñé con esto, con tener una patada para definir algo importante y hoy (por el sábado) se dio”, explicó a EL TELEGRAFO rodeado de hinchas.
Respecto al encuentro ante Old Christians, lo definió como “realmente intenso”, protagonizado por los dos mejores equipos del torneo. “Estábamos tranquilos y muy preparados, y eso se notó”, agregó Durán.
También dijo que el título de campeón responde a “muchos años de laburo” de la institución y a que Mateo Durán, su hermano y entrenador de Trébol, los hizo “cambiar la idea de juego”.
