Un diálogo postergado, pero inevitable

Recientemente, el equipo de representación de los trabajadores en el Banco de Previsión Social (BPS) ha propuesto llevar adelante una instancia de diálogo entre quienes sean ungidos candidatos a la Presidencia de la República, sobre los planes y propuestas para los desafíos que enfrenta la Seguridad Social.
En este sentido, el director del Banco de Previsión Social en representación de los trabajadores, Ramón Ruiz, informó que la convocatoria al encuentro sobre el futuro de la Seguridad Social está pensada en “clave de construcción democrática, para escuchar y no para confrontar”, y destacó que el equipo que encabeza inició “contactos con los precandidatos para alcanzar coincidencias sobre el futuro de la Seguridad Social”.
Se invitó a todos los precandidatos de los partidos políticos a que una vez transcurridas las elecciones internas, quienes resulten ganadores participen en un encuentro en el que puedan informar sobre sus “planes y propuestas para un tema tan sensible para toda la población”.
“Lejos de pretender que se transforme en un espacio para la confrontación y el distanciamiento en las posiciones, queremos que sea una instancia de reflexión que permita encontrar puntos de acuerdo y caminos de entendimiento entre los diferentes actores que tendrán la responsabilidad de conducir los cambios que la Seguridad Social necesita”, dijo Ruiz en diálogo con el Portal del Pit Cnt.
Amplió que existe un consenso de que en el próximo período de gobierno tiene que haber una reforma de la Seguridad Social, y que se trata de un tema que “tiene que ver con los madres, adultos mayores, niños y niñas, personas con discapacidad, quienes trabajan y también quienes están sin trabajo, es decir, abarca a toda la sociedad. Es un tema muy sensible y por ello le damos un valor muy importante previo a las elecciones”, indicó.
En cuanto a números actualizados sobre la gestión del BPS, señaló que hay unas 40 mil empresas más registradas en el BPS que las que había en el 2007. Dijo que en la actualidad hay 198 mil que aportan y que a su vez tienen trabajadores que aportan también a la seguridad social. Asimismo informó que en el año 2004 había en el país unos 900 mil trabajadores registrados que aportaban.
Acotó que la idea es que los actores políticos expongan cómo piensan procesar sus ideas y los cambios, “si lo van a hacer a través del diálogo con los sectores sociales o no, si va a existir una agenda con prioridades. En definitiva, lo que queremos es que ese ámbito no sea un debate sino un ámbito propositivo, constructivo para que cada candidato exponga sus ideas sobre la Seguridad Social”, en tanto “queremos que sea un momento de reflexión en el que podamos encontrar puntos de acuerdo y caminos de entendimiento entre todos los actores, fundamentalmente quienes tendrán la responsabilidad de conducir los destinos del país”.
A partir de la vastedad e importancia de la problemática y la mirada no siempre coincidente que sobre todo desde el punto de vista ideológico hasta ahora han tenido los actores y los sectores involucrados, debe partirse de que es impensable que un solo partido pueda llevar adelante las imprescindibles reformas para sanear el sistema. Sobre todo, darle viabilidad de cara al futuro, no ya al presente, dada la magnitud de los desafíos y la vastedad de los cambios que se están procesando tanto en el país como en el mundo, sin perder de vista lo que corresponde al conflicto de intereses entre los propios sectores involucrados, porque la sustentabilidad no se va a lograr con medidas simpáticas ni de corto plazo, en el mejor de los casos.
Teniendo en cuenta además la naturaleza global de la problemática, es pertinente traer a colación apuntes formulados hace un tiempo por Eduardo Cavallo, economista líder en el Departamento de Investigación Económica del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), sobre el envejecimiento poblacional y las jubilaciones próximas, en el sentido de que “el problema que tenemos es que hemos vivido un período en el cual la población joven ayudó a fortalecer las economías, pero no hemos ahorrado lo suficiente en un período demográficamente favorable. Ahora, la población empieza a envejecer y no tenemos los recursos para atender las necesidades de una población que envejece. Es hora que tomemos el problema de las pensiones en serio y trabajemos para solucionar algunos de los déficit estructurales”.
Expuso que “uno le pregunta a un latinoamericano promedio: ¿usted ahorra para su retiro? La respuesta típica es no. Se le pregunta: ¿usted qué piensa hacer cuando se retire? La respuesta es: yo voy a cobrar una jubilación. ¿Y cómo piensa que la va a cobrar? El gobierno me la va a proveer, contesta. Ante esa creencia colectiva la gente no ve el valor o la necesidad de ahorrar para su retiro, porque entiende que es responsabilidad del gobierno. Hay que concientizar a la población de que tenemos una crisis en ciernes con el tema del envejecimiento poblacional y si no tomamos medidas ahora se nos va a venir encima muy rápido. Y una masa muy grande de la población va a entrar a la edad de retiro sin los recursos para poder financiar pensiones de calidad y vamos a tener un problema de empobrecimiento de nuestros adultos muy serio”.
Bueno, más allá de esta visión esquemática, la realidad indica que efectivamente cada uno tiende a formular sus expectativas teniendo en cuenta su escenario personal o sectorial, cuando estamos ante un tema que tiene una cantidad de puntas, y que además de los problemas estructurales, agrega factores coyunturales, como es el ir haciendo parches a partir de los vaivenes de la economía y con una mirada cortoplacista, lo que solo implica ir postergado las imprescindibles reformas de fondo.
Y el diálogo que se propone desde el ámbito de la representación de los trabajadores en el BPS es un paso que hay que dar, que debe enmarcarse en una apertura mental y disposición para generar el máximo consenso posible en el que cada uno tiene su cuota parte de responsabilidad, por encima incluso de las visiones ideológicas.
Pero, sin dudas, la mayor cuota corresponde al sistema político, que es el que tiene que ponderar los pro y los contra de la respuesta en base al interés general y sin cortoplacismos, en el convencimiento de que deberán estar sobre la mesa medidas que no serán simpáticas, pero que deberán adoptarse cuanto antes. Es que por ejemplo la mayor presión demográfica prevista para las próximas décadas deberá tener, como respuesta, un aumento de los recursos disponibles y una revisión de algunos parámetros críticos del sistema previsional, en un marco de gradualidad de supuestos inevitables como el incremento de la edad límite jubilatoria, entre otras medidas.