Jaime Rodríguez es el diseñador tras la jarra oficial de este año en la Semana de la Cerveza. Como es también quien la vende en el predio, recoge de primera mano las impresiones del público, que –afirmó– la ubica entre sus preferidas.
“Ha gustado mucho, todo el mundo está diciendo que es la más linda, también es la que me dio más trabajo, porque no me quedó a mí la jarra de entrada, la tuve que empezar más de una vez, porque no me gustaba, no estaba satisfecho. A veces estás con la jarra empezada y no sabés cómo continuarla, cómo complementarla, si está quedando, si las perspectivas están bien o no. Llevó mucho tiempo, es realmente la que me dio más trabajo. Pero estoy satisfecho con el resultado”, dijo Rodríguez a EL TELEGRAFO.
Sea como fuere, la jarra no deja a nadie indiferente, por ser un homenaje nada menos que a uno de los iconos de la cultura sanducera. “Esta jarra, a proposición de la comisión tenía que referirse al teatro Florencio Sánchez, había que diseñar algo alusivo, que fuera un homenaje y una recordación, y bueno, empecé a buscar e idear cómo podía crear algo que cumpliera ese objetivo. Y fue saliendo esta jarra a partir de material fotográfico, los recuerdos que yo tenía de haberlo visitado”, indicó.
COLECCIÓN
Desde el punto de vista comercial, Rodríguez entiende que “se están vendiendo, capaz que un poquito menos que el año pasado, pero la jarra tiene un público muy fiel, compradores que son los que la siguen y no se la pierden”.
En cierta forma, la jarra incluso se ha despegado de la fiesta para convertirse en un objeto que tiene valor por sí misma. “Hay gente que la compra y ni siquiera viene, que la manda buscar; de pronto ves gente que sale con dos o tres bolsitas con la jarra, es porque son encargos, o son para enviar a parientes o hijos que están en el exterior y se las encargan”, explicó.
Para Rodríguez se trata de un caso único. “Se convirtió en una tradición y hay que cuidarla, porque todo es efímero en nuestro país. Las tradiciones se van disolviendo y a nadie le importa. Sin embargo se dio el fenómeno del coleccionismo de la jarra de Paysandú, que no existe ni en Brasil ni en Argentina, ni en Chile, países más grandes”.
La empresa ha hecho muchas de las jarras de la Semana de la Cerveza. “Mi padre había empezado con las jarras, creo que la primera que hicimos fue la del año 1968, y de ahí con discontinuidades hemos hecho muchas. Las nuestras se identifican bastante porque el estilo es así, con mucho relieve y patinado”.
AGOTADAS
Desde hace algunos años han incorporado a la oferta las réplicas en miniatura de la jarra oficial, o “la chiquita”, como la bautizó el público, una opción que permite llevarse un recuerdo oficial de la Semana por la mitad del precio. Sin embargo las miniaturas de este año ya se han agotado.
