Lluvias cortan cosecha de soja pero alivian la delicada situación de siembras de otoño

A pesar de que algunos se ven beneficiados y otros perjudicados, las precipitaciones registradas en la víspera en buena parte del litoral llegan en momentos de mucha necesidad de lluvias, especialmente en casos de productores que sembraron distintas forrajeras o tienen previsto hacerlo, pero estaban muy preocupados por la incipiente seca.
Es que en los primeros cuatro meses las lluvias han sido muy irregulares. De acuerdo a la información brindada por la Estación de Meteorología de Paysandú, en enero llovió 541 milímetros, pero entre febrero y lo que va de abril –incluyendo lo de ayer–, van 212 mm, menos de la mitad de lo registrado en el primer mes del año. En febrero fueron 102, en marzo 64 y en lo que va de abril, 46 mm.
Incluso, la última lluvia importante fue la del domingo 24 de febrero con 91 mm, siguiéndole los 36 mm del domingo 17 de marzo (pasaron 20 días sin registros destacados), y los 21 mm del lunes 15 de abril.
Productores ubicados en diferentes puntos del departamento establecieron que –según registros hasta el mediodía de la víspera– en Guaviyú llovió 48 mm, en Santa Blanca, Buricayupí y Arroyo Malo 40, Chapicuy 38, Guarapirú y el kilómetro 120 de ruta 26 fueron 25, Puntas de Arroyo Negro 20, Meteorología 19 y en Piñera y Merinos 15 mm.
“Estamos muy conformes con las lluvias registradas, que oscilan entre 20 y 40 milímetros por lo que me manifestaron algunos productores”, señaló a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Enrique Colzada.
El técnico de la zona norte del país de Conaprole, explicó que estas lluvias “vienen bárbaro considerando los verdeos; algunos habían empezado a pastorear la avena, pero bastante pobre en disponibilidad de forraje, además los raigrases estaban bastante lentos en su crecimiento por la falta de agua, e incluso algunos se tuvieron que resembrar por la falta de lluvias”, dijo.
Citó casos de productores que también “se adelantaron a tirar urea antes de estas lluvias, lo cual fue una muy buena estrategia”.
A esto se suma que el sector “está con poca leche, considerando lo que fue el otoño pasado, que a pesar de haber sido más seco, teníamos mayor producción que ésta época”, precisó Colzada.
Por su parte, Gerardo De Souza, presidente de la Asociación de Productores de Leche de Paysandú (APLP), expresó que “vinieron en un buen momento, porque las implantaciones de verdeos se estaban sintiendo en los primeros pastoreos”. El productor lechero que hoy remite a Claldy manifestó que “es auspicioso para mejorar la producción de leche, especialmente en momentos que se verifican las pariciones de otoño, procurando mejorar para adelante, tras todas las cosas negativas que nos han pasado desde hace más de un año”.
Consideró que “sin ser en un extremo, los campos estaban sintiendo la falta de lluvias y no eran lo mismo de hace 15 días atrás. Además, los campos estaban feos y sintiendo los verdeos esa falta de agua, como así también las implantaciones realizadas en ésta semana”.
De Souza manifestó que “si bien enero fue lluvioso, a fin de febrero comenzó a sentirse la falta de lluvias, y en marzo fue muy poco, por lo que la gente comenzó a mediados de marzo a darle las reservas al ganado para tratar que los animales no se caigan, porque después cuesta mucho levantarlos”.

FRENA LA COSECHA

Pero las lluvias también generan contratiempos a quienes vienen realizando la cosecha de los cultivos de verano. “Fue una lluvia mansa durante la noche del miércoles y madrugada del jueves que no complica en demasía, más allá de detener el proceso de la cosecha”, indicó a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Miguel Pastorini.
“Desde el miércoles que los productores no pueden entrar a las chacras a cosechar porque en varios lugares estaba lloviznando y por la humedad reinante”, aclaró el técnico en Paysandú de Agrocentro, quien estima que “parará un par de días la cosecha, pero continuará después”.
De todas maneras, consideró que este parate “beneficia en la logística, permitiendo que se desatore un poco el ingreso del grano a plantas de silo”, pero remarcó que “no son grandes complicaciones, sino cosas normales de la zafra”.
La mayor ventaja que Pastorini le ve a las precipitaciones, “no son pensando en la soja, sino en las plantaciones de verdeos, praderas y festucas que los productores han venido sembrando, y que necesitaban un golpe de agua de estas características”.