“No se pueden esperar grandes soluciones en valor de la carne por la vía del precio”, dijo Stanham

En la jornada organizada por la Asociación de Consignatarios de Ganado (ACG), el presidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC); Federico Stanham, señaló que “no podemos esperar grandes soluciones en el valor de la carne por la vía del precio”.
Para el presidente del INAC, que compartió el estrado con el gerente de Información del INAC, Jorge Acosta, con al presidente de ADP, Marcos Guigou, y con el director de Frigorífico Pando, Eduardo Urgal, el precio actual de la carne exportada, que oscila en los U$S 3.500 por tonelada equivalente carcasa, “llegó para quedarse”.
Agregó que el gran escalón en el precio fue la incorporación de Asia como demandante, cosa que ya sucedió. “Hasta que África despierte como gran consumidor no parece que fuera a pasar una escalada en el precio internacional como la que hubo” en aquel momento, vaticinó.
Entiende que hay que encontrar valor por otros lados. Algunos “hacia afuera”, como por ejemplo en la firma de Tratados de Libre Comercio (TLC) que, en promedio, son 12% de lo que exporta Uruguay. Además, en un mejor acceso a mercados, estrategias de promoción y marketing del producto. Pero también “hacia adentro”, como eliminar pérdidas y desperdicios o reducir los costos de transacción. Según las auditorías de calidad realizadas por el INAC y el INIA, las pérdidas medidas son 2% de las exportaciones, unos U$S 31 millones. “Ahí hay para rescatar”, opinó Stanham.

La competitividad va a venir

Eduardo Urgal, uno de los principales de frigorífico Pando, al participar de esta jornada, indicó que “por las buenas o por las malas la competitividad va a venir, porque somos, primero que nada, un país agroexportador y en segundo lugar un país turístico, por lo que precisa el ingreso de dólares. Para cuando llegue este momento, más tarde o más temprano, el sector debe estar pronto para captarlo de mejor manera”, opinó
Reflexionó que el tamaño de la demanda en el mercado mundial de carnes, sus perspectivas futuras y el acceso con que cuenta Uruguay, “lo posicionan en un lugar privilegiado que nos llena de optimismo pero que plantea tareas impostergables”.
Entre los deberes del sector, Tardáguila Agromercados sostiene que Urgal planteó la ineludible mejora de los accesos comerciales mediante la disminución de aranceles y la flexibilización de cupos, lo que elevará los ingresos. A eso, agregarle la necesaria competitividad del sector. El industrial mostró la evolución del Valor Agregado Industrial (VAI) elaborado por el INAC, que estima los dólares por cabeza que la industria debe destinar al pago de todos los costos que no son la materia prima. El principal de ellos es la mano de obra. En los últimos años, mientras el VAI se contrajo 10%, el costo del salario se duplicó.
Para Urgal, es indispensable construir cadenas de aprovisionamiento con visión de mediano y largo plazo, así como lograr que se produzcan más kilos por carcasa (hay una clara limitante en la cantidad de animales), además de “fidelizar a las puntas” de la cadena.
Consultado sobre cómo viene evolucionando Japón luego de casi dos meses de su apertura, Urgal opinó que ese país “va a servir para agregar valor” y dijo que “en un principio aparecen oportunidades para carne terminada a pasto.”
Respecto a las alternativas ante una posible disminución de la participación de Uruguay dentro de la cuota 481 a partir del año próximo, el industrial dijo que existen, pero que son “25 a 30 centavos más baratas. Hay que ver si el sistema de producción lo puede asimilar”.

Cultura del cambio es indispensable

Marcos Guigou, principal de ADP, expresó que en estos cuatro o cinco años que llevamos trabajando en la producción ganadera, la cultura del cambio es indispensable porque han sido todos distintos”.
Basó su exposición en la filosofía que se le brinda al equipo de trabajo “con el simple y a la vez desafiante objetivo de que las cosas salgan mejor, adaptándose a las cambiantes circunstancias del contexto”. Ejemplificó con el dispar impacto del clima en los últimos tres años, con uno excelente, uno muy llovedor y el otro muy seco.
“El equipo debe comprender el objetivo y tener la flexibilidad en términos de cómo llegar a él”, expresó el empresario. Agregó que “esto fomenta la creatividad y la innovación, así como la agilidad si se precisa cambiar de rumbo en medio de un proyecto”.
ADP pasó de ser una empresa de venta de productos agrícolas a otra en la que, sin dejar de ser agrícola, una vez que los precios de la agricultura bajaron, pasó a utilizar la producción de la chacra para alimentar su propio ganado. Comenzó con 20.000 cabezas de ganado para consumir 20.000 toneladas de grano y facturar U$S 20 millones más. Hoy produce 65.000 a 70.000 por año.
“Nuestro negocio es la agricultura, ahí arranca la competitividad”, expresó Guigou. “Veo un crecimiento de nuestro negocio, basado en la competitividad de nuestra agricultura, cercana a los corrales, y en diferentes opciones de granos de invierno y verano”. Agregó que “la incidencia de la logística está siendo clave en el resultado” y que la restricción en el número de cabezas de ganado “es clara y seguirá”. Observa con expectativas la posibilidad de agregarle más kilos a las carcasas, generando reses más pesadas, con el acento puesto en que sea ganado joven. “Hay veces que competimos por el ganado gordo, lo compramos y le ponemos más kilos. Eso es agregado de valor”, afirmó.
Por último, el empresario agrícola dijo que ADP busca “llegar al consumidor con información del producto generada en el origen de la producción”. “Asociarnos, construir alianzas, está en nuestro ADN”, culminó Guigou.