Proyecto universitario en La Curtiembre Casa Molle se enfoca en la recreación, el uso del espacio público y generación de ciudadanía

Caía la tarde y en el predio del salón comunal de la cooperativa de viviendas 4 de Noviembre Vizconde de Mauá y Vásquez Varela un grupo de jóvenes se divertía practicando un extraño juego en el que empleaban bidones de agua reciclados impulsados mediante dos cuerdas al abrir sus brazos. Quizás hace 20 o 30 años no llamara la atención tanto como hoy, cuando el entretenimiento juvenil suele asociarse más al uso de dispositivos digitales.
El grupo forma parte de un proyecto que se está poniendo en marcha en la zona y que se presentó el viernes en ese lugar por parte de estudiantes de la licenciatura en Educación Física (ISEF) y la Unidad de Extensión de la sede Paysandú de la Universidad de la República, Udelar.
Fernanda Américo, integrante de esa Unidad, comentó a EL TELEGRAFO que esta iniciativa se enmarca en una relación que se extiende desde hace varios años con ese barrio. “Junto a la comisión de vecinos del barrio La Curtiembre Casa Molle, venimos trabajando desde el año 2016, llevando adelante acciones de distinto tipo en relación al desarrollo territorial que viene teniendo la zona y entorno al arroyo La Curtiembre, que bordea al barrio”, indicó. Esta articulación tiene un tercer participante en la Unidad de Gestión Ambiental de la Dirección de Higiene de la Intendencia de Paysandú.
En este tiempo se han desarrollado distintas actividades “de formación, de intercambios en relación a la construcción territorial, a la proyección del territorio y de los espacios que se habitan”.
Este proyecto fue aprobado y financiado por la Comisión sectorial de extensión y actividades en el medio de Udelar, “que genera todos los años distintas convocatorias para la postulación de actividades en el medio y proyectos de extensión para estudiantes, siempre en vínculo con organizaciones e instituciones de nuestra sociedad, en la cual la Universidad se encuentra inserta y con la cual trabaja de manera permanente”.
Mediante estos proyectos, Extensión Universitaria pretende contribuir en la formación de los estudiantes universitarios. “La función de extensión es parte de las tres funciones principales que tiene la Universidad de la República, además de la enseñanza y la investigación. También forma parte del quehacer docente de la universidad en el mismo sentido, realizando acciones de forma conjunta”, señaló.

RECREACIÓN

El docente orientador del proyecto es Federico Saredo, licenciado en educación física, e integrante del departamento académico de Educación física, tiempo libre y ocio de ISEF, que se enmarca en la búsqueda de la licenciatura para crear de nuevo conocimiento a partir de la investigación, y desarrollar actividades de extensión.
“La extensión en este caso viene dada por el acercamiento, esta devolución que hace la Universidad a la comunidad, para poder trabajar con ella en algunas problemáticas que se identifican y a la que la educación física puede dar respuesta”, dijo.
Saredo aclaró que como concepto se trabaja la recreación como algo más que un simple esparcimiento, “pensamos que la recreación es también una forma de acompañar estos procesos sociales, culturales y de desarrollo del territorio. Es venir a un lugar a compartir con otros algo que me gusta, lo placentero también ayuda a construir como ciudadanía”.
Agregó que la recreación “nos acerca, nos asocia con cosas que nos interesan, eso nos fortalece, no es solamente venir a proponer actividades para que otros de diviertan, sino empezar a generar participación, es la recreación para generar la participación de los adolescentes, poder venir, apropiarse de algún lugar, generar vínculos, y de ahí pensamos que es clave para construir sentido, significado, esa es la construcción de ciudadanía”.

PERMANENCIA

El proyecto de extensión tiene alcance anual, “está comenzado, pero en realidad ya tuvimos todo un trabajo previo de construcción de la demanda y de construcción de vínculos, durante todo el año pasado con este equipo de estudiantes y el docente orientador y con la Unidad de Extensión como articuladora en la zona”.
La intención es que al cabo de este año se genere entre los jóvenes un vínculo que permita que sigan funcionando de manera independiente. “Hubo una reunión con la comisión de vecinos, pero también luego hubo reuniones con adolescentes de la zona, para entrar en vínculo primero y luego recoger sus intereses, necesidades, demandas y planteos de los propios adolescentes para tener en cuenta en la formulación de un proyecto que lo que intenta es construir un espacio adolescente de intercambio y de desarrollo de actividades que luego pueda generar autogestión y autonomía por parte de los gurises”, señaló Américo.
Belén Legnazzi, Eliana Rodríguez y Victoria Rivero son las estudiantes que se encargan de proponer las actividades a través de las cuales se vinculan los jóvenes del barrio.
“En principio pensamos reunirnos dos veces al mes, a veces más, a veces menos, la metodología de trabajo es sobre todo la recreación, a partir de la recreación generar un vínculo, generar la participación y también aceptar las propuestas que ellos tengan. No es sólo venir a imponer actividades sino también ser receptivos a las necesidades que ellos planteen”, explicaron.
Estas actividades sirven para promover un espacio que será “de participación, de creación, de iniciativa, de autogestión de sus propias actividades y que puedan tener un grupo que tenga y pueda crear sus propios espacios. Nuestro ideal será consolidar el grupo, que ellos se identifiquen con el mismo, que una vez que el grupo de estudiantes se vaya, ellos sigan gestionando cosas que necesiten”.
El uso de juegos que se desarrollan a partir de elementos reciclados es también “una forma de mostrar que con cosas simples se puede lograr la recreación, el contacto uno con el otro, podes pasar un rato, divertirte, charlar, generar un vínculo cara a cara. También es romper con una lógica de que cada vez que se viene con una propuesta recreativa se asocia con el fútbol, o volley, deportes tradicionales que uno ve todos los días, entonces lo que buscamos es desestructurar”, enfatizaron.

POTENCIAL

Carlos Ruiz, uno de los referentes de los vecinos detrás de diferentes iniciativas que se han llevado a cabo en el barrio, destacó el vínculo que se ha generado con la sede universitaria local.
“Primero aprendimos con ellos a hacer el monitoreo, en el 2016 empezamos el lazo, y un poco también como vecinos y ciudadanos de Paysandú vemos que tenemos políticas sociales y culturales, como la Universidad de la República, que a veces los que vivimos en la ciudad tenemos esa herramienta y no sabemos el potencial que tiene”, dijo.
Como parte de este proceso, el barrio está en la última parte de los trámites para conformarse como una sociedad civil, un paso que Ruiz considera muy relevante, “vamos a ser prácticamente el único barrio en todo el país que va a integrar una sociedad civil, junto con cuatro cooperativas, casi 200 vecinos, en un área de 6 manzanas, y que va a ser el único barrio que va a tener autonomía de decisión”.
Uno de los aspectos más visibles de la acción en el barrio es la recuperación del arroyo en su paso por esa zona, un objetivo muy ambicioso, pero que no pone ansiosos a los vecinos. “Es un trabajo a 20 años. Hemos estado hablando, hay buena disposición, y creo que se está empezando con el urbanismo, y el urbanismo se ve obstaculizado por la propia contaminación. Hay que comenzar a hacer algo, y como vecinos queremos esperar esos 20 años trabajando, no esperando a que se haga solo”.