Un triunfazo que deja la Copa al alcance de la mano

TARARIRAS (por Pedro Dutour, enviado especial). Como un equipo maduro y mostrando un gran temple, Paysandú sacó anoche una tremenda victoria por 2-0 en la visita a Colonia en Tarariras, para así encaminarse al título de la Copa Nacional de Selecciones de OFI.
El Estadio Artigas tendrá la última palabra el próximo fin de semana, pero queda claro que la Blanca –con estos tres puntos cosechados en un campo muy difícil– tiene casi todo al alcance de la mano para adjudicarse un trofeo que le es esquivo desde hace 30 años.
Paysandú no la pasó bien durante algunos pasajes de la primera mitad, dificultado por la presión rival y una cancha de menores dimensiones, pero supo mantener siempre el orden y la calma, para luego en el segundo tiempo liquidar el asunto y pegar cuando debía.
El ambiente de fiesta que predominó en la cancha de Peñarol de Tarariras contagió al combinado rojo que le imprimió un gran ritmo al juego desde el inicio, con unos diez minutos iniciales en los que superó en todos los sectores a la Blanca y contó con al menos dos situaciones muy claras para abrir el marcador.
Primero por parte de Bombi, cuyo remate tras gran media vuelta lamió el palo izquierdo de Giossa.
Poco después, el arquero debió apelar a sus notables reflejos para sacar una pelota muy difícil ante un disparo frontal.
Paysandú comenzó a zafar del asedio de Colonia pasados los 20 minutos, cuando sus volantes Cuelho y Mattiauda lograron controlar más y mejor el balón, tratando de activar las bandas por donde suelen subir Sabaño y Duarte.
Pero las transiciones resultaban lentas, por lo que el rival siempre llegaba a tiempo para abroquelarse; por lo tanto, a la visita le costaba habilitar a Andrioli y generar peligro sobre el arco defendido por Tourn.
Así y todo, la Blanca pudo llevar el duelo a su ritmo, al bajarle las revoluciones al contrincante y al cortarle los circuitos ofensivos.
Aunque no generó ninguna ocasión para marcar en el primer capítulo, la virtud de Paysandú estuvo en que nunca desesperó, manteniendo el pulso de un conjunto de Colonia muy enchufado. El local tuvo otra ocasión antes del descanso, nuevamente por intermedio de Bombi, con una aparición dentro del área.
Evidentemente, Paysandú se guardó lo mejor para el complemento. Adaptado al campo de juego, adelantó líneas y se aplicó a una presión más alta, al tiempo que los colonienses ya no eran los mismos.
Desgastados, no tuvieron la misma reacción y solo dependían de la fortaleza de Bombi en el ataque y de lo que pudiera hacer el goleador del campeonato, Facundo Rodríguez. Controlado en todo momento, solo pudo una vez rematar con cierta comodidad desde fuera del área.
Entonado y mejor consigo mismo, tras una gran combinación ofensiva, Duarte encontró una pelota en el área y con una excelente media vuelta la mandó a guardar. Golazo a los 56 minutos que comenzaba a volcar la historia para la Blanca en este encuentro de gran dinámica.
La madurez del conjunto sanducero quedó demostrada en los minutos que siguieron al tanto de apertura.
Sobrio, aplicado en la marca –donde Mattiauda se erigió en gran figura nuevamente, aunque se pierde la revancha por acumulación de amarillas–, concentrado en todas las líneas, llevó a su rival a la desesperación, a repetirse en centros y no encontrando la claridad necesaria para vulnerar la valla de Giossa.
En Colonia empezaron los cambios y así llegó a tener cuatro delanteros en cancha. Al menos buscaba empatar para no ir tan en desventaja al segundo cotejo en Paysandú.
Pero la visita, que le cerraba todos los caminos, aumentó la diferencia en la hora: tiro libre cerca del área ideal para la zurda de Andrada. El lateral le pegó de maravilla y la colgó del ángulo. Otro golazo para poner cifras definitivas.
Paysandú tuvo el tercero en los pies de Trinidades en una gran contra que no pudo aprovechar.
De cualquier modo, la Blanca dejó otra muestra de jerarquía y consiguió otro triunfo con autoridad.
Dejó en claro que quiere copa y, como local, deberá terminar de confirmar esta gran noche en Tarariras.