Deportes

Liverpool y River Plate por la Sudamericana

Liverpool y River Plate buscarán hoy sellar el pasaje a los octavos de final de la Copa Sudamericana, y en ambos casos como visitantes.
Los negriazules se impusieron en Montevideo por 1 a 0 en el partido de ida, y deberán buscar la clasificación ante Caracas como visita en Venezuela, donde Liverpool había pedido no jugar por la situación que se vive en aquel país.
Caracas complicó en el primer partido de la serie, al punto que Liverpool pudo marcar la diferencia sobre el final, con un cabezazo de Bajter, por lo que es de esperar un partido complicado para la visita, que no puede confiarse.
River Plate, por su parte, se las verá en Santa Fe ante Colón, tras lo que fuera el empate sin goles en el Estadio Centenario.
Los darseneros intentarán dar otro batacazo luego de haber dejado por el camino al Santos en la fase anterior, aunque el equipo de Jorge Giordano no la tendrá fácil como visitante luego de un partido que resultó parejo.
Liverpool y River Plate son los dos primeros equipos uruguayos que saldrán en búsqueda de sellar el pasaje a octavos. Mañana será el turno de Peñarol, y el jueves se las verán entre sí Cerro y Wanderers.
Caracas – Liverpool
Escenario: Estadio Olímpico de la Universidad Central. Hora: 17. Árbitros: Nicolás Gallo, John Alexander León y Sebastián Vela (Colombia).
Caracas FC: Alain Baroja, Eduardo Ferreira, Gilbert Guerra, Rubert Quijada, Bernardo Añor, Leonardo Flores, Ricardo Martins, Néstor Canelón, Daniel Saggiomo, Richard Celis, Jesús Arrieta.
Liverpool: Jorge Bava, Steve Makuka, Franco Romero, Gonzalo Maulella, Maximiliano Bajter, Alan Medina, Hernán Figueredo, Martín Rivas, Federico Martínez, Maureen Franco, Diego Guastavino.
Colón – River Plate
Escenario: Brigadier Gral. Estanislao López. Hora: 19.15. Árbitros: Ricardo Marques, Rodrigo Correa y Guilherme Dias Camilo (Brasil).
Colón: Leonardo Burián, Alex Vigo, Guillermo Ortiz, Emanuel Olivera, Gonzalo Escobar, Cristian Bernardi, Guillermo Celis, Gabriel Esparza, Fernando Zuqui, Nicolás Leguizamón, Luis Miguel Rodríguez.
River Plate: Gastón Olveira, Claudio Herrera, Sebastián Pérez, Agustín Ale, Sebastián Gorga, Mauro Da Luz, Sebastián Píriz, Facundo Ospitaleche, Nicolás Rodríguez, Juan Plada, Luis Urruti. → Leer más

Destacados

Coosepi “tendrá novedades” de la sindicatura por adeudos de la empresa

En los próximos días, “entre miércoles o jueves”, la cooperativa integrada por extrabajadores de PILI (Coosepi) se reunirá con el contador del síndico designado por la Justicia para la liquidación de la empresa, Júpiter Pérez, “con quien obtendremos mayor información sobre lo que nos deben como acreedores y nos dijo que habría novedades”, señaló a EL TELEGRAFO el integrante de la cooperativa, Marcel Petrib. El directivo recordó que el referente de la sindicatura “había confirmado que antes de agosto”, los extrabajadores comenzarían a cobrar “al menos una parte de lo que nos adeudan”.
GESTIONES
La cooperativa, conformada por más de treinta exoperarios de la industria láctea en proceso de liquidación, continúa su gestión y capacitación, al tiempo que elaboran los estatutos de funcionamiento con el acompañamiento de técnicos del Instituto Cuesta Duarte y la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL).
En un encuentro mantenido con la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Bottino, informaron sobre los alcances de la propuesta cooperativa y a instancias de la legisladora, los extrabajadores de PILI entregaron una copia del proyecto al ministro de Industria, Guillermo Moncecchi, quien estuvo en Paysandú por algunas horas la semana pasada y por correo electrónico a técnicos de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto. En tal sentido, “Moncecchi se comprometió a gestionar el diálogo con algunas empresas, pero nuestro interés era informarle sobre el proyecto”. En forma paralela, los cooperativistas trabajan junto a un escribano en la creación de los estatutos de funcionamiento. “La cooperativa se formará de igual manera. Si no sale este proyecto lácteo, quedaremos habilitamos para vender servicios y transformarnos en una cooperativa de trabajo”.
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Opinión

Las desventuras del campo son las de todo el país

En el reciente congreso de la Federación Rural se escucharon voces y aportes desde diversos ángulos, tanto desde el punto de vista del ministro de la cartera, Enzo Benech, como de los precandidatos a las elecciones internas de los respectivos partidos y los propios dirigentes de la gremial. Más allá de evaluaciones que pueden no ser coincidentes, no puede negarse que estamos ante un sector que es columna vertebral de la economía nacional, y que en un país de base esencialmente agropecuaria, quiérase o no, la suerte de los uruguayos está indisolublemente ligada al desenvolvimiento de esta actividad.
Y corresponde en este sentido traer a colación las expresiones vertidas por el titular de Ganadería, Agricultura y Pesca, quien hizo referencia a los reclamos de algunos sectores de la producción agropecuaria, acerca de una eventual rebaja de tarifas como manera de lograr una reducción en los costos de producción y, por ende, una mejor competitividad en los mercados internacionales.
Asimismo, en declaraciones a Telemundo, Benech aseguró que el gobierno hace concesiones en ese sentido “cada vez que puede”, pero sostuvo que esa no puede ser la única manera de mejorar la competitividad. Recordó que, tiempo atrás, el gobierno otorgó beneficios a sectores como el arrocero o el lechero, y que en los últimos incrementos del precio de los combustibles hubo trato diferencial para el gasoil, además de explicar que Uruguay consume el 15% de lo que produce y exporta el resto, por lo que la producción también influye en la competitividad.
A su juicio “estamos en una meseta y no logramos superarla. ¿Cómo se logra competitividad? Con tarifas públicas es una forma, pero con capacidad instalada ociosa no, sino con capacidad instalada en uso completo”, afirmó.
“Nuestras industrias tienen capacidad ociosa. Creo que podemos producir más, pero tenemos que hacerlo entre todos”, añadió Benech, quien consideró que “es muy fácil decirle a los demás lo que tienen que hacer. Nosotros como gobierno revisamos y ajustamos tarifas públicas”, concluyó.
Pues el secretario de Estado hace análisis incompletos, sin lugar a dudas, y sobre todo en algunos aspectos hace referencia a las consecuencias y no a las causas del problema, que por regla general tienen un común denominador, y es que el Uruguay es un país caro para producir cualquier cosa, sean tanto bienes como servicios.
Gran parte de este escenario obedece a que más allá de la productividad, inversión y tecnología, el Estado se lleva una gran parte de los recursos –sino la mayor parte– a través de impuestos y burocracia, y que sus intervenciones por regla general son tardías, torpes y puntuales.
Al mencionar que uno de los entuertos en el atolladero en que se encuentra el país, es que el Uruguay cuenta con capacidad industrial ociosa, soslaya que este factor es precisamente consecuencia de políticas que han incidido negativamente en la competitividad que se necesita, empezando por los valores prohibitivos de combustibles, electricidad y tarifas públicas que son utilizadas por el gobierno como fuente de recaudación para tapar los agujeros en las cuentas fiscales.
No es porque sí que la desocupación flagrante y pérdida de fuentes de empleo en la industria es un factor de caída de actividad y reciclaje de recursos en el medio, pero su capacidad ociosa es consecuencia de que no existe mercado para lo que vende, debido a los altos costos que no permiten competir con los productos que ingresan desde el exterior, a mucho menor precio. Así como tampoco para exportar, salvo los productos primarios con nulo o muy escaso valor agregado, porque en Uruguay se grava el trabajo como si fuera un bien suntuario y prescindible.
Entre los precandidatos invitados y que hablaron en la oportunidad figuró el expresidente del Banco Central del Uruguay, Mario Bergara. El economista hizo referencia a los “impuestos ciegos” y reconoció que se debía ir hacia un sistema que permitiera suavizar esas cargas cuando haya baja rentabilidad y permitiera “pagar más” cuando la situación se revirtiera. El tema es que a esta situación hace ya tiempo que se ha llegado en el sector agropecuario y en el área productiva en general y el gobierno que integra Bergara no se ha dado por enterado, por lo que sigue aplicando impuestos, cargas y costos como si se estuviera en plena bonanza.
Las visiones políticas de los presidenciables no coincidieron, desde que mientras los candidatos del oficialismo Daniel Martínez y Mario Bergara destacaron el sistema de “libre flotación del dólar” empleado por el gobierno, Luis Lacalle Pou, Carlos Lafigliola, Enrique Antía, Jorge Larrañaga, Ernesto Talvi, Edgardo Martínez Zimarioff, Pablo Mieres y Novick, señalaron que Uruguay tiene “atraso cambiario” y que esta situación afecta la productividad, principalmente del campo.
Por supuesto, una campaña electoral en el que las sensibilidades están exacerbadas y se es generosamente optimista en las promesas, no es el mejor momento para separar la espuma de la sustancia; y demasiado a menudo los compromisos implican decir lo que los productores y la gente quiere oír, por lo que entre las promesas, los pases de factura y lo que en realidad se hace, da para hablar largo y tendido.
Pero hay hechos que no dejan lugar a otra interpretación, en cuanto a señalar que los gobiernos de izquierda y sobre todos los sectores radicalizados, con posturas sesentistas, plantean la dicotomía entre la “oligarquía” del campo y los habitantes de la ciudad, como si el país no fuera uno solo y las vicisitudes del sector agropecuario, sus crisis, no se trasladaran más temprano que tarde a todos los sectores de actividad, como lo estamos viviendo en la actualidad.
Es así que por encima de las tentaciones demagógicas de los actores políticos, sea de recibo el reclamo incluido en la declaración de la Federación Rural en el sentido de que “los uruguayos puedan conocer con exactitud los compromisos que se asumen para atraer inversiones, estamos de acuerdo en la generación de condiciones, como fuente genuina de empleo, protegiendo el medio ambiente y la calidad de vida”.
“Los uruguayos que vivimos, invertimos y arriesgamos nuestro capital generando empleo, necesitamos y exigimos las mismas condiciones que las empresas que se intenta atraer”, a la vez de recordar “nuestra permanente preocupación sobre la pérdida de competitividad que nos viene afectando, siendo la causa inmediata del deterioro de la actividad económica, del clima de negocios y por consecuencia del empleo”.
Ese es precisamente el escenario del Uruguay de hoy, y los ciudadanos deben reclamar respuestas a los presidenciales y sus partidos, por fuera de la fanfarria y los eslóganes, porque la encrucijada ya no tolera que se siga pateando la pelota hacia adelante, sino que hace rato que es hora de afrontar los problemas con altura, equilibrio y sentido común.
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