Con homenaje a Alvar Colombo y Julio Barrios, “la Escuela de Artesanía se honra a sí misma”

“Creo que con este homenaje que pretende honrarlos, la Escuela de Artesanía se honra a sí misma”, dijo el intendente Guillermo Caraballo al nominarla con los nombres de Alvar Colombo y Julio Barrios, durante un acto cumplido en la mañana de ayer en el patio del Paseo del Mercado, donde ahora la escuela ocupa un lugar más espacioso después de que la Agencia para el Desarrollo se mudara a una parte de la antigua Paylana.
Ante la presencia de los dos homenajeados, el representante de la Dirección de Artesanía del Ministerio de Industria, Energía y Minería, Alberto de Betolaza, la integrante de Inefop Silvia Camacho, el presidente de la Junta Departamental Hermes Pastorini, el jefe de Policía comisario general (r) Luis Mendoza y la directora general de Promoción y Desarrollo María José Manisse, entre otras autoridades.

“NUEVO HITO EN LA VIDA SOCIOCULTURAL”
“Es evidente que de un tiempo a esta parte en Paysandú se respira otro aire, un aire que permite el desarrollo de múltiples manifestaciones culturales. Y no es el azar, no; es la aplicación de un programa integral, de un plan metódico, y, por supuesto, de la visión y dedicación de muchas personas, lo que ha ido creando las condiciones propicias para que puedan respirar, crecer y complejizarse las más diversas formas de vida cultural. Y la Escuela de Artesanía es un fértil ecosistema en expansión, un potente emprendimiento que brinda a los integrantes de la comunidad la posibilidad de desarrollar un arte, de aprender un oficio, de ampliar perspectivas”, destacó el intendente.
“Por eso estamos satisfechos del crecimiento sustancial del proyecto que implica la ampliación de la propuesta (ya que se reeditan todos los cursos y se agregan otros, con gran potencial de inserción laboral); la instalación de la escuela en este céntrico y emblemático lugar –con salones y talleres acondicionados–; y por supuesto, la enorme convocatoria que han generado los cursos con más de 300 alumnos inscriptos, lo que evidencia la avidez de la comunidad por emprendimientos de esta naturaleza”, agregó.
“La Escuela de Artesanía constituye pues un nuevo hito en la vida sociocultural de nuestro departamento; y por eso, en esta instancia, consideramos tan importante como oportuno homenajear a los máximos exponentes de la artesanía sanducera. Y la mejor manera de hacerlo (o quizás la más significativa) es que la Escuela Departamental de Artesanía lleve el nombre de estos dos grandes maestros, Colombo y Barrios” aseguró.

“NO ES POR CASUALIDAD”
El subdirector general del departamento de Promoción y Desarrollo Alejandro Leites aseguró que se vivía una “enorme satisfacción por la tarea cumplida, por los objetivos logrados”. Subrayó que “esto no es por casualidad como algunos pregonan al referirse a las acciones de esta Administración, esto es causalidad porque desde el primer día de gobierno se ha trabajado ardua y planificadamente”. El proyecto comenzó con la “creación del Área de Ferias y Artesanías que no existía. Teníamos en claro que la artesanía -una de las industrias creativas- es un factor de desarrollo para cualquier comunidad tanto en lo económico como en lo personal”.

SATISFECHOS, AGRADECIDOS
Alvar Colombo, uno de los homenajeados, agradeció “enormemente esta distinción que va mucho más allá del ego personal del artesano. Nosotros somos referentes para la juventud. Con mucho esfuerzo, mucha honestidad, mucho trabajo, nos enriquecemos en la comunidad. En este pueblo donde nos conocemos, nos valoramos, nos respetamos. Además obviamente que la artesanía es la identidad cultural de los pueblos, la que entronca con el arte”.
Julio Barrios, a continuación, también tuvo palabras de agradecimiento “por poner nuestro nombre a la Escuela de Paysandú. Es un ícono. Tuvimos una ciudad muy fabril. Hoy no podemos recuperar eso, pero cada artesano que viene a aprender está construyendo su propia fábrica en su casa. Paysandú siempre será un ícono y un ejemplo a seguir”.

ARTESANÍAS PARA HACER DINERO
Alberto de Betolaza de la Dirección Nacional de Artesanías destacó que “entre los objetivos que vamos a tener está el de vender las artesanías. No tengan miedo a vender y a pensar que a través de lo que se haga acá hay que ganar dinero y eso es muy importante para la supervivencia de esta iniciativa”, la Escuela Departamental de Artesanía.
Silvia Camacho de Inefop destacó que “celebramos que se tenga un marco tan adecuado para la conformación de esta escuela y estamos para colaborar en todo este proceso”.
César Gutiérrez, del Área de Artesanías de la Intendencia de Paysandú recordó que “este es un sueño que nació hace más de tres años, que fue pensado y escrito en los programas de gobierno, impulsado por muchos actores de la política. Tener una escuela de artesanía en el norte del país, para todos los artesanos debe ser un espacio donde se puedan formar, pero además donde se conviva, se impulse este sector que es tan importante, que nace desde la esencia misma de la historia”.

ONCE PROFESORES
Posteriormente, los hijos de los homenajeados, Ignacio Colombo y Paulina Barrios descubrieron la placa que denomina a la Escuela “Alvar Colombo, Julio Barrios” y Colombo, flanqueado por Caraballo y Barrios realizó el simbólico corte de cinta.
Actualmente hay once profesores en la Escuela Departamental de Artesanía “Alvar Colombo, Julio Barrios” . Precisamente Barrios enseña calabaza de mate. Daniel Doti marroquinería, Gustavo Da Silva tallado en madera, Eduardo Taborda platería, Juan Acuña guasquería, María Eugenia Lema Lema fieltro, Mercedes Fernández textil plano, María Alvez textil bastidor, Ignacio Colombo diseño, Lucía Weare diseño y Alan Posse joyería.