Una nueva ballena de aleta o “rorcual” apareció nadando el sábado, esta vez en el río Paraná, pero fue encontrada muerta ayer a unos kilómetros río adentro. Ante la coincidencia con el caso de la ballena que apareció frente a Colonia –o para saber si realmente lo fue– EL TELEGRAFO consultó a Rodrigo García Pingaro, un uruguayo experto en ballenas, director de la Organización para la Conservación de Cetáceos (OCC) con sede en Rocha.
El especialista, que ha participado en conferencias mundiales sobre las ballenas, dijo que hay muchos registros de ballenas que aparecen en aguas dulces, en muchos casos enfermas. Destacó que “hay registros bastante antiguos de esas apariciones, la más testimonial en Colonia es una ballena azul y su esqueleto está en la parte histórica de la ciudad. Si mal no recuerdo, data de los años 1930. Después hubo otros varios registros que son sistemáticos”.
LA CONTAMINACIÓN Y
EL CAMBIO CLIMÁTICO
“Por un lado, a uno le llama la atención y piensa que hay algo que está mal, no está funcionando bien, pero por otro lado también es algo natural, porque siempre en todas las especies hay una regulación, y nosotros vemos solamente una parte de lo que pasa en el mar, y por lo general esos animales mueren mar adentro y no los llegamos a ver porque se hunden en los abismos”.
No obstante, entiende que “es algo recurrente (hoy probablemente más difundido por las redes sociales), que se puede estar agravando porque no hay duda del impacto que el ser humano está causando en los océanos. No es discutible y hay muestras científicas y datos que lo demuestran, desde los microplásticos hasta los metales pesados como el mercurio y el plomo. Eso puede estar incidiendo en lo que antes era algo normal y puede ser cada vez mas grave”.
Dijo que “cuando estos animales empiezan a tener enfermedades, anomalías, debilitamientos, y el cambio climático también les afecta por su alimentación, y está sucediendo que muchos ya nacen debilitados porque su madre no los amamantó con la suficiente cantidad de leche, entonces nacen débiles y cuando son mayores no logran sobrevivir”.
INFLUYEN VARIOS FACTORES
El especialista entiende que “son varios factores difíciles de determinar si uno no hace análisis de contaminantes en el cuerpo que muchas veces son muy caros o no los tenemos, como por ejemplo el análisis de metales pesados se hace en el LATU pero es carísimo y hay algunos laboratorios que están haciendo estudios con mercurio”.
Dijo que el tema en Uruguay está a cargo de la Dirección de Recursos Acuáticos (Dinara), y con respecto a la última aparición, que fue en Argentina, “supe que van a tomar muestras y van a analizarlas, y la de Martín Chico no sé si lo pudieron hacer”.
Con respecto al tipo de ballena, dijo que “no sé si es de la misma especie, pero también es de aleta, que se llaman rorcuales, y probablemente sean de la misma familia”.
Consultado sobre por qué vienen a aguas cálidas y dulces, cuando son animales de agua salada, dijo que “cuando están aparentemente desorientadas y llegan a los ríos, es porque tienen algún problema como enfermedad o debilitamiento y tratan de buscar refugio, lugares de descanso donde las corrientes sean menos fuertes, y van buscando lugares que ofrezcan menor resistencia porque ya vienen debilitadas, y ese debilitamiento puede deberse a múltiples factores. Es casi imposible que pierdan el rumbo y se metan en el Río de la Plata, no obstante el agua dulce les afecta en su fisiología porque no están acostumbradas a bajas salinidades y su cuerpo lo siente. Y eso ya es un shock importante”. Sobre por qué si las afecta no vuelven al mar, afirmó que “es muy difícil dar una respuesta científica a eso porque hay pocos estudios que determinen por qué esos animales hacen determinadas cosas. Hay muchas hipótesis y teorías”.
EN BUSCA DE DESCANSO
Entiende que “a veces puede predominar que está buscando lugares para recuperar energías, y buscan espacios con menos corrientes, rasos, con poca profundidad para poder descansar, porque ellos están continuamente nadando y buscar lugares para apoyarse donde poder respirar sin tener que hacer fuerza. Pero podemos decir que cuando vienen para estos lugares es porque tienen pocas probabilidades de sobrevivir”.
Aclaró que “se puede hacer el intento porque puede estar pasando por una enfermedad de la que se pueda recuperar, una gripe, o porque se debilitó y después se recupera. Pero la mayoría de las veces, incluyendo en el océano porque también salen en la costa oceánica, cuando salen es porque ya están en el límite absoluto”. Dijo que “estas ballenas no son de zonas costeras, como la franca, son de mar abierto y generalmente se las ve fuera de la plataforma continental, lejos de la costa. Incluso muchas especies no se sabe dónde se reproducen, no se han encontrado los lugares de estas ballenas de aleta, excepto la ‘jorobada’, que es de aleta pero se sabe bien donde se reproduce, que es lejos de la costa pero dentro de la plataforma y es más fácil encontrarla. Pero las otras son un misterio,al menos en esta parte del Atlántico”.
LA BALLENA FRANCA,
CON “CÉDULA URUGUAYA”
García, que se especializa en la ballena franca (otro tipo) que es la que se ve en el Río de la Plata y llegan hasta Florianópolis en Brasil, explicó con respecto a la franca que “hemos estudiado el movimiento y hemos visto grupos que muchos grupos no siguen, se quedan en nuestra zona costera, y hay muchas ballenas que tienen ‘cédula uruguaya’. Hemos visto ballenatos nacidos en nuestras costas, se van a alimentar al Sur y en la época reproductiva vuelven a estas aguas”.
Dijo que “hay muchísimo para saber todavía sobre estos animales, todo el tiempo se descubren cosas nuevas. Es que son animales que pasan toda la vida en el mar, son mamíferos que no se reproducen en tierra como los lobos marinos que uno puede instalarse y estudiarlos. Y para estudiar estos animales hay que estar donde viven, o dedicar mucho instrumental. Un aparato para colocarle no es caro, pero sí todo el procedimiento, el derecho al satélite y conformar la base de datos. Hay mucho por descubrir”.