Pocas heladas no favorecen el buen combate contra la garrapata y puede haber pasturas muy contaminadas

La problemática de la garrapata es tema de todos los días en el sector ganadero, y las pocas heladas registradas no es un factor favorable, “por lo que debe haber a nivel de los campos una gran contaminación en las pasturas”, manifestó a EL TELEGRAFO el doctor Roque Almeida.
El delegado de las Cooperativas Agrarias Federadas (CAF) ante la Comisión Nacional Honoraria de Sanidad Animal (Conhasa), enfatizó que el tema garrapata “preocupa y mucho”. Y este año a pesar del trabajo que se viene haciendo, “sugiriendo el tratamiento generacional, hasta abril tuvimos una buena respuesta, y después de ahí el clima no nos acompañó y el problema de la garrapata volvió a resurgir”.
Más allá de expresar que “no fue con tanta intensidad como en otros años”, aseveró que “si se ha mantenido”. En estos momentos “recién se va a empezar a regularizar el ciclo de la garrapata, porque el frío debe jugar un rol importante”, dijo.
Para Almeida “hay que empezar con las estrategias de tratamiento a partir de este mes de julio y la primera quincena de agosto. El objetivo de empezar el tratamiento ahora, es hacer un buen control de la primera generación de la garrapata, que fue la que quedó en los campos desde la caída de las hembras repletas de huevos, a fines de marzo y comienzos de abril”.
Debido a esa contaminación en las pasturas a la que hacía referencia, explicó que “por eso es necesario que este primer tratamiento que se haga ahora, debe ser efectivo y no permita que esas larvas que van a empezar a subir, o que ya están arriba del ganado y no se ven –porque los vacunos están muy peludos y es más difícil de observarlas y detectarlas–, crezcan, así le podemos cortar el ciclo desde el inicio”.
Lo ideal en estas circunstancias “es usar un principio activo –uno de los grupos de moléculas–, que pueden ser las ivermectinas, y así en la segunda etapa del tratamiento, que va a ser cerca de octubre-noviembre, se use otra molécula diferente a la utilizada en la primera generación, que podría ser fipronil.
“Después se debe esperar a febrero, y hacer el tratamiento correspondiente a la tercera generación de garrapata, y evitar que genere la oferta de larvas, para otoño de 2020 y mantenga en el campo las poblaciones del insecto”, dijo Almeida.
Los productos eficientes y aprobados en el país, “son los que están a disposición en todos los comercios”, sostiene el técnico, por lo que “haya mucha o poca garrapata, si el objetivo es el control en un tratamiento estratégico, se debe comenzar con una ivermectina”, aclaró.
De todas maneras, indicó que “si apuntamos a limpiar el ganado porque tenemos que hacer un movimiento en poco tiempo, o tenemos la necesidad de hacer un buen control rápido, ahí deberíamos apelar a los productos de baños de inmersión, que son los que voltean más rápido a la garrapata”.
“El productor debe saber que el baño de inmersión es más barato que los productos inyectables o de aplicación pour on, y que también es un buen recurso”, afirma el profesional.

TRATAMIENTO DIFERENTE
Además, dijo que hay que diferenciar a todas las categorías de ganado que se van a tratar, “porque puede ser un tratamiento diferente para ganado preñado o diferente para el ganado soltero, si es que se puede hacer”. También hay que saber “las secuencias de baños o de aplicaciones de productos que se van a usar. Las secuencias de varios días son diferentes para cada específico que se va a usar”, acotó.
No es un tema menor, “en aquel ganado de invernada que se van a embarcar en poco tiempo a frigorífico, saber el producto que se va a utilizar, por los residuos en la carne y los tiempos de espera que hay que respetar, considerando especialmente que somos un país agroexortador, y que nuestros frigoríficos después comercializan la carne con el exterior, debiendo garantizar la inocuidad”.
Entiende que hay lugares en el país “en donde los problemas son mayores porque se ha generado resistencia. En Paysandú, no se ven productos que se pueda decir que no andan”, precisó.
Para Almeida “no es que yo aplique hoy una inyección o pour on y la garrapata mañana caiga del ganado. Cada producto que aplicamos, sea pour on o inyectable, tiene un tiempo en donde la garrapata irá succionando la sangre y ella misma se irá muriendo”.
Y aclara: “no quiere decir que no ande, simplemente que las garrapatas más grandes que se continúa observando y que están prendidas del animal, son afectadas por el producto en la producción de huevo. Caen al piso pero el desove que hacen no sigue el ciclo de la garrapata porque será estéril”, afirma.
Cada producto tiene su modo y su tiempo de acción. “Es muy diferente a un baño de inmersión, en donde el ganado se sumerge y ahí todo el específico disuelto en el agua afecta a todas las garrapatas y el efecto es instantáneo”.
Expresó que “una prueba que se hace muy frecuentemente, es pedirle al productor que nos traiga garrapatas grandes, las incubamos y las tenemos un tiempo a temperatura ambiente. Y vemos que esas garrapatas desovan, pero de esos huevos no nace ninguna larva, significando que el producto hizo su efecto, a pesar de que la garrapata continúa prendida en el ganado”, aseguró Almeida.

RESISTENCIA
El doctor Rafael Carriquiry, técnico del Plan Agropecuario, manifestó que “hay experiencias donde se logró la erradicación partiendo de establecimientos que tenían garrapata con múltiple resistencia (a varios principios activos). “En esos predios se erradicó el parásito usando la química y estrategias como el tratamiento generacional y los planes de control”, remarcó el especialista.
El IPA desarrolló algunas experiencias en establecimientos ganaderos del norte, en la zona forestal, con muy buenos resultados y mostró que se puede, ya no sólo bajar la infestación, sino erradicar el parásito.
A su vez, en caso de la babesiosis y anaplasmosis, enfermedades asociadas a la garrapata que en campaña se conocen como las causantes de la “tristeza parasitaria”, hay vacunas que pueden aplicarse y “su relación costo beneficio son muy interesantes”, afirmó Carriquiry días atrás a El País.
Recomendó que en aquellos establecimientos donde estas enfermedades están diagnosticadas, se debe apuntar a vacunar los terneros y terneras, que son la categoría más recomendable. En muchos casos esta vacuna es muy poco utilizada por los productores y las enfermedades cobran más fuerza en el predio.
Este año, con una mayor infestación de garrapata, crecieron los diagnósticos de ambas enfermedades en algunas zonas del país, pero hay que apuntar a controlar esas enfermedades para evitar mayores pérdidas productivas.